Quien fuera secretario de Estado de Mariano Rajoy, Francisco Martínez, ha roto su silencio después de haber pasado por prisión por su presunta implicación en una trama de compraventa de datos robados encabezada por el pirata informático José Luis Huertas, alias Alcasec.

Se encuentra procesado además por su implicación en el caso Kitchen, que tiene que ver con el espionaje al extesorero ‘popular’ Luis Bárcenas y por el que le piden 15 años de cárcel. También está imputado por la supuesta guerra sucia que se libró durante la era del anterior presidente del Gobierno para destruir políticamente a Podemos.

"Probado no hay nada"

Ha hablado de todo ello por primera vez tras salir de la cárcel en una entrevista concedida al diario El País. Sobre la operación Kitchen, que se juzgará en 2026, señala que existía una “clarísima motivación política de que se convirtiera en escándalo” y que “no hay cuerpo de delito” -hay más de 11 procesados en la que es una de las tramas de corrupción más sonadas de la historia democrática y está demostrado que se produjo un seguimiento a la familia Bárcenas. Pese a todo, el que fuera uno de los hombres fuertes del Ejecutivo anterior mantiene que “probado no hay nada”. “Me he tenido que defender de todos los poderes del Estado (…) La verdadera defensa se realizará en el juicio. La instrucción ha estado contaminada”.

Entre otras cuestiones, ha hablado también de los mensajes que él envió al notario y derivaron en la imputación del ministro: “No me arrepiento de nada”. Asimismo, sostiene, por ejemplo, que el entonces presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, “nunca” le dio ninguna información. “Tuve palabras afectuosas hacia una persona con la que tenía una buena relación que nunca se tenían que haber hecho público”.

Asegura también, pese a las pruebas de la existencia de una policía patriótica que no existieron maniobras para perjudicar a Podemos, y se defiende de la información solicitada por él mismo sobre el partido morado al comisario Enrique García Castaño destacando durante toda la entrevista que son conversaciones que se producen en el ámbito privado y nunca debieron haber salido a la luz.

En la conversación aparece igualmente el nombre de Pedro Sánchez y la información de los negocios de su suegro que el PP actual, a raíz de una ‘información’ del excomisario José Manuel Villarejo, pretendía usar en su contra. Martínez mantiene que lo que no deberían nunca esas conversaciones son públicas: “(…)  Yo me limito a escuchar y me limito a hacer un comentario porque me sorprende la información que traslada. Él es el que, mientras cuenta, además graba. Lo cual es bastante sospechoso. Yo no le pido que haga absolutamente nada”.

Trama de compraventa de datos robados

Y sobre la primera de las tramas mencionadas, defiende que únicamente defendió “como abogado” para la trama en el seno de una actuación “siempre autorizada por el juez”. “Se consiguió una sentencia que le dejaba en libertad vigilada. Ese camino de reinserción siguió y, en ese contexto, se produce la creación de una empresa con un amigo para alquilar cachimbas a locales. Yo hice el trabajo que se espera de un abogado en mercantil: ayudarles a constituir una empresa. Todo, absolutamente público: se acudió al notario, se inscribió en el registro... Más adelante, en la vía evidente de reinserción y para que tuviese un futuro profesional, se constituye una empresa de ciberseguridad. Pero yo nunca fui socio, ni administrador”, relata.

Preguntado por los datos que buscó, Martínez asegura “no acordarse” y que, en todo caso, siempre actuó en consonancia con su trabajo, acusando al PSOE y el Gobierno de querer imponer una cortina de humo. “Hay una instrumentalización”, considera.

Precisamente sobre los socialistas pone el foco en Leire Díez, a la que el PP llama “fontanera” del PSOE y que, según Martínez, se acercó a él en dos momentos de forma muy breve: para pedirle información sobre la formación de Sánchez y ofrecerle un pacto con la Fiscalía. Todo esto, siempre según la persona que habla para estas líneas. “No ha habido contacto con ella hasta fecha” -(la Fiscalía) de cara a la entrada-.

Y, seguramente la pregunta clave: “¿Teme volver a prisión?”. “Cuando uno está inmerso en causas penales, tiene un comprensible temor. Pero tengo muchísima confianza en mi defensa. También le digo que me han pasado cosas extrañas, como que se me haya acercado la fontanera del PSOE a ofrecerme todo tipo de arreglo sin especificar en mi causa".

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