Pedro Sánchez escenifica en Estrasburgo los últimos estertores del turno de España al frente del Consejo de la Unión Europea. El pleno de este miércoles en la Eurocámara se preveía tenso, dado que la derecha lucha por presionar al jefe del Ejecutivo español en Europa con la ley de amnistía. Esa atmósfera se respiraba en el Parlamento, mientras a escasos minutos de arrancar la sesión, Carles Puigdemont reclamaba su cuota de protagonismo para lanzar un rosario de avisos al presidente con vistas al futuro de la nueva relación con su partido, Junts, que a la postre sujeta un Gobierno de coalición que ha sido objeto de las reivindicaciones de Sánchez en su intervención.

Estrasburgo se pertrechaba para recibir este miércoles a Pedro Sánchez para rendir cuentas de los seis meses en los que España ha presidido el Consejo de la Unión Europea. Un semestre que concluye este próximo 31 de diciembre y que se ha saldado, tal y como ha recitado el presidente durante su intervención, con un bagaje de 43 expedientes aprobados. “Por encima de la media”, apostillaba el jefe del Ejecutivo español. Casi medio centenar de iniciativas entre las que destaca la recientemente convalidada ley para el desarrollo de la inteligencia artificial o el despliegue de la agenda exterior en materia de cooperación con América Latina. No obstante, aún queda una semana “clave” para cerrar flecos pendientes en clave migratoria o en la reforma del mercado eléctrico, entre otros.

Más allá de proyectos concretados o por sellar, la comparecencia del presidente del Gobierno estaba marcada por una sola cuestión: la ley de amnistía. Su presencia en Estrasburgo, de hecho, servía como coartada para la estrategia de la derecha para internacionalizar el “conflicto” y extrapolar el relato en el Parlamento Europeo. El jefe del Ejecutivo ha eludido cualquier alusión directa a la amnistía, insertando la dicotomía que abrieron las urnas el pasado 23 de julio. No así el Partido Popular Europeo. A través de su presidente, Manfred Weber, y de la europarlamentaria conservadora Dolors Montserrat, han orientado sus limitadas intervenciones a la medida de gracia, que dio el primer paso en su tramitación este martes en el Congreso de los Diputados.

Reivindica la coalición

En cualquier caso, Sánchez arrancaba su discurso recordando que la tradición estipula que esta intervención debió celebrarse el 1 de julio. Es decir, al inicio, y no al final, del turno de la presidencia española. Sin embargo, abundaba que el escenario electoral en España impedía su presencia en Estrasburgo y se ha convertido, a la postre, en una suerte de balance del semestre al frente del Consejo de Europa marcado, por obra y gracia de la derecha española y comunitaria, por la amnistía.

Pese a todo, Sánchez ha subrayado que la espera “mereció la pena” porque Europa, tras las elecciones generales, “ha ganado un gran aliado”, en alusión al Gobierno progresista emanado de las urnas. Sin menciones explícitas a la controvertida medida de gracia, el jefe del Ejecutivo ha defendido todas y cada una de sus alianzas, frente a un horizonte regresivo personificado en el frente ultraconservador que lideran Partido Popular y Vox.

Frente a la “alianza de la derecha y la ultraderecha”, cuya razón de ser es la “derogación de los avances” cosechados en base a las “fracasadas recetas neoliberales”, emerge su coalición progresista que “siempre” estará al lado de Europa. Ese “frente reaccionario”, ha continuado, “repudia e ignora” todas las conquistas de las últimas décadas. “Temen al futuro y solo quieren huir a un pasado glorioso que nunca existió y al que resulta imposible regresar”, ha percutido.

Duro varapalo a Weber

El presidente puso el colofón a su discurso con el horizonte que se abre tras el turno español en el Consejo. Un escenario marcado por el creciente “euroescepticismo” en el Viejo Continente, acentuado por el expansionismo de las fuerzas de ultraderecha. Precisamente tras el colofón de Sánchez, el europarlamentario y dirigente de Vox, Jorge Buxadé, subía al estrado para dirigir ataques personales hacia el jefe del Ejecutivo español, al que ha tildado como “narcisista” mientras le afeaba su hacer durante estos seis meses de presidencia del Consejo Europeo. “La ha arruinado”, ha vociferado el vicepresidente de Acción Política de la fuerza que dirige Santiago Abascal.

A partir de ahí, Buxadé se ciñó a los habituales mantras del partido ultraderechista, intercalando denuncias contra la ley de amnistía con la clásica dosis de rechazo al migrante. De hecho, le ha acusado abiertamente de abandonar a su deriva al pueblo español en favor de los inmigrantes y de los líderes del procés. Denuncias habituales en el discurso ultraderechista que han dado paso al presidente del Partido Popular Europeo y uno de los principales aliados comunitarios de Alberto Núñez Feijóo.

La intervención de Manfred Weber ha sido el prólogo de una dura contrarréplica de Pedro Sánchez. El líder de los conservadores europeos amenazaba en su turno con la apertura de una comisión de investigación en la Eurocámara sobre la situación de España, después de arrojarle a la cara la ley de amnistía pactada con Junts, con su líder, Carles Puigdemont, de cuerpo presente, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El político alemán afeaba al jefe del Ejecutivo español que hablase de democracia cuando uno de sus principios básicos es “decirle la verdad a las personas antes de las elecciones”.

Sánchez, a Weber: “¿Su plan para Alemania sería devolvera a las calles y plazas de Berlín los nombres de los líderes del III Reich?”

A Sánchez no le ha temblado el pulso en su turno de contrarréplicas. Ha entrado en el cuerpo a cuerpo con el líder de los conservadores europeos, argumentando que las derechas tradicionales “están abriendo la puerta a los gobiernos de coalición” a las formaciones ultraderechistas y euroescépticas. “Ese tándem reaccionario debilita el proyecto europeo”, le ha recordado a Weber, al tiempo que le cuestionaba si tenía consciencia de estos pactos en España de sus socios del PP con Vox. “¿Sabe usted realmente qué representa y qué piensa Vox realmente? ¿Sabe cómo se refieren a las instituciones comunitarias? Le cito textualmente: oligarquías degeneradas que quieren convertir naciones enteras en estercoleros multiculturales”, ha espetado un contundente Sánchez.

Por ello, Sánchez le ha interrogado sobre su conocimiento a cerca de las políticas que “están desplegando Vox con el PP en los cinco gobiernos autonómicos y en los 135 municipios” donde gobiernan en coalición. Ha recordado los recortes en derechos públicos, así como el tijeretazo a fondos destinados a combatir la violencia machista o la política de censura cultura, así como la recuperación de nombres franquistas en los callejeros de esas regiones. “¿Ese sería también su plan para Alemania? ¿Devolver a las calles y plazas de Berlín los nombres de los líderes del III Reich?”, ha rematado el jefe del Ejecutivo, mientras reivindicaba España como uno de las 25 democracias más fuertes del mundo.

Cara a cara con Puigdemont

Por si la estrategia de acoso y derribo de la derecha se quedara corta, el expresident catalán Carles Puigdemont reclamó también su parcela de protagonismo en el pleno. Estrasburgo ha sido el escenario del primer cara a cara entre ambos. El eurodiputado de Junts, durante el minuto que le corresponde, se dirigió al líder socialista y escenificó la “desconfianza” a la que se aferran los neoconvergentes, basándose en la “promesa incumplida” de potenciar las lenguas cooficiales -el catalán en este caso- en Europa. “Hoy le hablo en su lengua materna, pero no lo puedo hacer en la mía. El incumplimiento pone en juego la confianza. Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando ocurren”, ha advertido el líder de los herederos de la antigua Convergència.

Puigdemont avisa: "El incumplimiento pone en juego la confianza. Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando ocurren"

Sánchez tomaba de nuevo la palabra para replicar al expresident catalán, con el que no ha intercambiado saludo alguno durante el pleno. Ha enarbolado una defensa categórica de la ley de amnistía para los encausados por el procés, recordando, también como mensaje a la derecha española y europea, que los indultos “han funcionado”. También la “negociación y la normalización institucional”. “Estoy convencido, además, de que la amnistía apuntalará el noble objetivo de la convivencia”, ha reiterado mientras redundaba en que la Cataluña de 2023 apenas guarda parecido con la Cataluña crispada de 2017.

Tras ello, se ha dirigido directamente al expresident de la Generalitat, a quien le ha indicado que está en sus manos lograr la normalización del escenario sociopolítico en la región. “Tenemos que hacerlo pos las vías de la política, de la negociación y de la Constitución. Por eso la ley de amnistía es un paso importante en la buena dirección”, ha puntualizado el presidente.