El pleno arrancaba con un aviso: “Será largo”. Ya desde primera hora de la mañana periodistas y asesores de comunicación divagaban sobre esta misma idea: “Se está hablando de que se vote a las 23.00 horas”. Finalizada la junta de portavoces, el gabinete de prensa de la propia Armengol establecía el primer límite: “No antes de las 22.00”. De esta forma, con más dudas sobre el cuándo que sobre el propio resultado de la toma en consideración, avanzaba el reloj del primer gran pleno de la legislatura.

Finalmente el recuento del primer trámite parlamentario de la ley de amnistía se liquidaba pasadas las 22.30 horas, cuando, tras la celebración de una votación a viva voz por petición expresa del PP, la pantalla del salón de plenos evidenciaba la superioridad aritmética del bloque de la investidura conformado por las fuerzas progresistas y la suma plurinacional -la toma en consideración se ha saldado con 178 síes-. Con este paso, condición sine qua non de ERC y Junts en las negociaciones de investidura, arranca la tramitación exprés de una herramienta de gracia que desde el Gobierno plantean tener plenamente operativa, como muy tarde, a principios del mes de abril.

Antes de eso deberá superar el bloqueo del PP en el Senado. Los plazos son claros: primero, plazo de enmiendas, luego remisión a la Cámara Alta, dos meses de paralización y vuelta al Congreso para su aprobación definitiva. Será ley, insisten todas las fuerzas implicadas en potenciar esta solución política reclamada, en primer momento, por Carles Puigdemont desde el exilio. El eurodiputado y prófugo de la justicia está, tras el pleno de este martes, más cerca de caminar por La Barceloneta. Igual que lo están todos los implicados en actos que hayan “sido declarados o estuvieran tipificados como delitos o conductas determinantes de responsabilidad administrativa o contable vinculados a la consulta celebrada en Cataluña el 9 de noviembre de 2014 y al referéndum del 1 de octubre de 2017 que se hubiesen realizado entre el 1 de enero de 2012 y el 13 de noviembre de 2023”.

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Cerca de 300 beneficiados en una ley que consta de 16 artículos y tres apartados fiscalizados desde el mismo momento en el que el grupo parlamentario socialista, en solitario, la registró en solitario en el Congreso. Las asociaciones judiciales, los medios de comunicación, los letrados de las Cortes e incluso Europa ya habían pronunciado su primer veredicto sobre esta ley. No obstante, faltaba el parlamento, la casa de la soberanía nacional, el lugar que realmente decidirá sobre la aplicación de esta medida de gracia ampliamente respaldada por los partidos que conforman la aritmética variable sobre la que se sostiene Sánchez en Moncloa.

Una suma parlamentaria que ha debido enfrentarse este martes, durante el pleno en el que se debatía dar luz verde a la tramitación de la bautizada como Ley orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, a durísimas acusaciones por parte del PP: “Esta es la tarde más triste en el Congreso desde el 23 de febrero de 1981, ha indicado Feijóo, haciendo referencia al golpe de Estado perpetrado por el coronel Antonio Tejero. El líder del PP ha decidido tomar un papel protagonista en la cita, relevar a sus portavoces parlamentarios y ser él quien fijase la postura del PP.

Defensa de la ley

El encargado de defender la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados ha sido el portavoz del PSOE, Patxi López. Durante cerca de 12 minutos, en su turno inicial, el socialista ha reivindicado esta medida como necesaria para seguir avanzando en la hoja de ruta que su partido, y el Gobierno de Pedro Sánchez, ha ejecutado a lo largo de la última investidura. Un paso más en pro de la reconciliación, a su juicio, por el que ya llegaron decisiones como los indultos de los presos independentistas, la reforma del delito de sedición, la mesa de negociación o la condonación de la deuda autonómica.

“Esta mañana, el portavoz del PP indicaba que hoy era un mal día para la democracia. ¿Por qué el debate de las ideas es algo negativo para la democracia? ¿Por qué que sea el Constitucional quien decida si esta ley es constitucional es malo para la democracia? Hoy sencillamente es un mal día para los odiadores profesionales”, ha indicado López, que, además de hacerse preguntas, ha implorado una “alternativa” a Alberto Núñez Feijóo que no ha llegado en ningún momento de su réplica.

El portavoz socialista, yendo más allá, y tras atacar a PP y Vox por su negacionismo a la hora de hacer del diálogo la condición predominante del debate público sobre esta herramienta legislativa en pleno trámite parlamentario, ha reivindicado la ley orgánica como el camino de la “esperanza, de creer que todos los españoles, juntos, podemos avanzar, compartir, enriquecernos como país y sociedad”.

Las réplicas de la derecha

Los más duros en sus respuestas parlamentarias han sido tanto Alberto Núñez Feijóo como Santiago Abascal. El líder del PP y su homólogo de Vox han decidido ser los protagonistas de los turnos de intervención de sus respectivos partidos, desbancando a sus portavoces parlamentarios, Miguel Tellado y Pepa Millán, para tratar de ejemplificar con su presencia la importancia del debate que se estaba manteniendo en el pleno.

De hecho, en una hipérbole que ha seguido dando juego a lo largo de las intervenciones que se sucederían en la tribuna, Feijóo ha catalogado esta tarde en el Congreso como “la más triste desde el 23 de febrero de 1981”. Una comparación de la que no saldría indemne -Patxi López le ha contestado que la más triste fue la de la moción de censura que fructificó por corrupción; Aina Vidal, en cambio, ha optado por el pleno del senado en el que fructificó la aplicación del 155- pero que, no obstante, solo le ha servido al presidente del PP para preceder a los siete pilares que ejemplifican qué es la amnistía: un fraude, corrupción, injustificable, va en contra de la convivencia, supone una regresión democrática, acaba con la separación de poderes y humilla a los españoles.

“Los españoles ya no somos iguales ante la ley. Se abre la puerta a que el Gobierno borre cualquier delito siempre que se justifique con motivación política. Si permitimos que el Ejecutivo nos diga que los delincuentes son inocentes, ¿qué les impide convertir a los inocentes en culpables?”, se ha preguntado el líder popular, constantemente aplaudido por los suyos, demandantes de un tono especialmente duro que no ha llevado al líder de los populares a anunciar una comisión de investigación si el PSOE no da todas las explicaciones pertinentes sobre las reuniones en Ginebra, el papel del mediador y el alcance de los pactos que nace de estas reuniones bilaterales.

Santiago Abascal, por su parte, con solo cinco minutos para fijar postura en cumplimiento del reglamento de la Cámara, tampoco se ha quedado atrás en la cantidad de términos peyorativos dedicados a la ley que arrancaba su andadura en el Congreso: “Cohecho con mayúsculas, el mayor acto de corrupción, un golpe a la constitución, al poder judicial y la dignidad”, enumeraba.

El líder de Vox no se circunscribía exclusivamente a atacar al Gobierno y a los partidos independentistas. Siguiendo con la estrategia de su formación de aparentar una ruptura nacional con el PP, Abascal ha querido dedicar la mitad de su intervención a condenar el reparto de sillones que entienden que Génova negocia con Ferraz: “Usted traiciona a los españoles, señor Feijóo. El mismo día que se debate la amnistía en el Congreso usted se reparte las comisiones en el Senado con el PSOE”, ha criticado.

Los 178 del Gobierno

El resto de partidos han ido compareciendo de menor a mayor representación con diversidad de opiniones. No obstante, la fragmentación del Congreso ha vuelto a demostrar la capacidad de resiliencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para articular una mayoría con un marcado carácter plurinacional: “Ustedes son los que rompen a nuestro país. Me alegro de que este martes, por fin, se dé el primer paso a la postura que siempre ha defendido Unidas Podemos. Esta ley podrá debatirse y mejorarse, pero es un paso adelante frente a quienes solo piden la regresión y el 155”, ha arrancado Martina Velarde, diputada de Podemos que estrenaba las comparecencias de su formación en la Cámara Baja tras romper con Sumar e integrarse en el Grupo Mixto.

En la misma dirección caminaría, poco después, Aina Vidal, quien hacía de portavoz de los liderados por Yolanda Díaz en este pleno: “La respuesta del estado español fue gritar a por ellos, inventar pruebas desde Interior y judicializar la política. Nunca hubo un porcentaje tan amplio de gente en Cataluña que quisiese la independencia que con Mariano Rajoy”, ha recordado, insistiendo en las mismas tesis que su excompañera y condenando a todos aquellos que favorecieron la aplicación del 155 en Cataluña. Vidal, además, ha reclamado “no olvidar el papel lamentable que tuvo la Corona criminalizando a quienes pensaban diferente”.

Igualmente reseñables eran las intervenciones de los oradores de los partidos nacionalistas, tanto catalanes como vascos. El primero en fijar posición ha sido Néstor Rego, portavoz del BNG, quien, con muy poco tiempo para explicar la posición de partido, ha defendido la constitucionalidad de la norma. Le seguía Mikel Legarda, del PNV, quien decidía dedicar sus cinco minutos a criticar el ejercicio de exageración constante que la derecha hace de este tipo de decisiones: “Se sustituyen los argumentos por exageraciones. La amnistía no puede analizarse desde la perspectiva de la mercancía política”.

Más incisivo se mostraría, poco después, Jon Iñarritu (EH Bildu), quien exigía subir el nivel y recordaba a Feijóo cuando él mismo definía Galicia en 2014 como una nación sin Estado: “Estamos ante el debate más importante de los últimos años. No obstante, nada de lo que se ha dicho en este pleno es nuevo. Ni una sola idea. Nos lo podríamos haber ahorrado”, ha sentenciado.

“Preparados para el referéndum”

Finalizadas las intervenciones de sus homólogos vascos, llegaba el turno de Junts y ERC. Los encargados de comparecer en este primer punto del día de una sesión plenaria eterna han sido Josep Maria Cervera por parte de los neoconvergentes y Gabriel Rufián por parte de los republicanos:Esto no es una medida de gracia, sino un acuerdo necesario entre demócratas para acabar con la judicialización que tanto daño ha causado a tantas personas”, sostenía el de Junts. “Los principales beneficiados de la ley de amnistía son los que votarán en contra, que no deberán ver cómo los tribunales europeos nos dan la razón. Y sí, señor Feijóo, tiene razón, los que nos encerraron, los que nos persiguieron, votaron el 155 y espiaron, ahora son los que apoyan esta medida. Esto es lo que provoca Junts”, remachaba.

Minutos después llegaba el turno de ERC, el otro gran actor de las negociaciones para que la amnistía se convierta en una realidad. El republicano, no obstante, y antes de defender las virtudes de la ley ue se debatía, ha querido contestar al discurso previamente pronunciado por Feijóo: “¿Esta usted a favor de las manifestaciones en las que se canta el cara al sol o se llama puta a Irene Montero?”, le ha preguntado, leyéndole la cartilla además al recordarle todos los casos de corrupción en los que se ha visto implicado su partido.

Poco después, el portavoz de Esquerra ha querido dejar sobre la mesa los problemas que realmente sacuden a España y la rompen: un 70% de personas jóvenes con ansiedad o depresión, un 15% de los mismos con instintos suicidas o el alquiler medio a 1700 euros. Para finalizar, y volviendo al centro del debate, ha mirado a la bancada socialista, ha sonreído consciente de lo que iba a decir y ha vuelto a entonar el anhelo independentista de celebrar un referéndum: “Estamos preparados para perderlo y para ganarlo. La pregunta es si lo están ustedes. Hace cuatro años nadie se imaginaba un debate como este. Dejemos que pasen cuatro más”.