El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha viajado del Palacio de La Moncloa al Instituto Cervantes este lunes a toda prisa. A las 9.30 era el momento de presidir un Consejo de Ministros corto, ligero, adelantado para no solapar el debate de investidura de Feijóo y suficiente para otorgar la condición de zona gravemente afectada a todos los territorios afectados por la última DANA. De ahí, rápidamente, al Instituto Cervantes, donde el líder del Ejecutivo tenía asignado el cierre del acto en conmemoración del día de las Lenguas en Europa.

Todo 24 horas después de ver cómo el PP reunía a cerca de 40.000 personas, según datos de la Delegación del Gobierno -más para el PP, menos para la Policía Nacional-, para protestar contra la debilidad de PSOE y Sumar a la hora de negociar la investidura de Sánchez con sus posibles socios. La marcha se enmarcaba en la “rebelión nacional” contra la amnistía que reclamó Aznar, difundió Ayuso y aceptó Feijóo. La plaza de Felipe II, engalanada con banderas de España y gritos contra Sánchez y Puigdemont, la nueva alianza a demoler por la derecha española. Ha sido 24 horas más tarde cuando el presidente del Gobierno ha contestado, sin aspavientos ni menciones expresas, a esa reivindicación que corearon decenas de miles de gargantas.

Pedro Sánchez ha decidido hacerlo ensalzando el uso de las lenguas cooficiales. La pluralidad española, su riqueza, su variedad. “Hay distintas formas de sentirse español”, ha repetido en más de una ocasión. "Hay quien caricaturiza esta medida, creando batallas donde solo hay normalidad. A quienes así razonan, les diré que el tiempo dará razón a la democracia, como siempre: en lugar del ruido transitorio del presente, la esperanza del mañana. España ya vivió un tiempo en el que las lenguas cooficiales estuvieron prohibidas. Hoy nuestra democracia es más fuerte", ha añadido.

“Se puede ser español sin conocer todas las lenguas, pero no tiene sentido pensar que solo tenemos una. En España las lenguas cooficiales gozan de reconocimiento y protección, tanto por mandato de la Constitución como de las medidas puestas en marcha”, ha proseguido, reivindicando el catalán, el euskera, el gallego, el aragonés y el asturleonés en el patrimonio cultural y nacional que “nos hace ser como somos”. “Por eso escuchar en el Congreso las lenguas cooficiales es imprescindible. Por dos motivos: nuestro legado cultural y porque proteger una lengua es una decisión política, al igual que es censurarla", ha explicado.

En un acto donde se ha conmemorado la figura de dos escritores españoles, Rosalía de Castro y Federico García Lorca, Sánchez ha querido recordar que el segundo de esto, el poeta granadino, decidió escribir seis de sus poemas en gallego. Uno, además, dedicado a la primera de las escritoras mencionadas: “Quiero volver a Rosalía de Castro. Ella se enfrentó en vida a enormes barreras: se atrevió en primer lugar a escribir, pensar y crear. Lo hizo, además, en una lengua como el gallego, entonces un idioma de pobres”.

“Quizá fuera esa valentía la que llevó a Lorca a dedicar a Rosalía de Castro uno de sus seis poemas que escribió en gallego, en el que llama a la poeta gallega minha amiga. Reivindico que nos podamos llamar, como hizo Lorca, meus amigos, amics meus, lagunak, amigos mios", ha sentenciado el presidente, ganándose de esta forma la ovación cerrada de los presentes en el acto celebrado en el Instituto Cervantes de Madrid.