El tablero de juego ha cambiado. La balanza ya no está tan decantada hacia la izquierda en un Congreso de los Diputados a modo de Coliseo. El presidente del Gobierno se juega la legislatura. Su intervención en el Comité Federal no le valió a sus socios ni siquiera como aperitivo. El bloque de la investidura, incluso el aliado minoritario de la coalición, le exigen mucho más. La “traición” de Santos Cerdán y José Luis Ábalos dejó el “corazón tocado” a Pedro Sánchez, pero ese dolor interno no es suficiente y se prevé que dé respuesta a las demandas del resto de grupos, que exigen medidas y no palabras vacías. Se prevé, tal y como avanzaron efectivos de Moncloa, que despliegue toda una batería de iniciativas “contundentes” contra la corrupción.

Sánchez sabe que “no puede jugar con fuego”. El Pleno de este miércoles, al menos el del turno de mañana que versará sobre el caso Koldo y sus posibles ramificaciones en Ferraz –erradicadas tras la salida de Santos Cerdán-, será una toma de temperatura al estado de la legislatura. Desde que se levantó el secreto del informe de la UCO sobre la trama, los socios han sacado los cuchillos para presionar al Partido Socialista. La palabrería y las disculpas ya no son suficientes a ojos del bloque de la investidura, que urge al PSOE a abandonar el “estado de shock” y de “parálisis” en el que lleva inmerso un mes a golpe de BOE.

Moncloa cierra todas las grietas para evitar cualquier filtración por el momento, dejando todo el foco para que Sánchez sea el que verbalice toda esa maraña legislativa que prepara contra la corrupción. Lo avanzó el lunes el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y lo ratificaba este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la ministra portavoz, Pilar Alegría: habrá medidas. De hecho, ambos profundizaron al colocar los adjetivos “potente” y “contundente” para hablar de ese rosario de iniciativas legislativas que cultiva con mimo el Ejecutivo.

Desde Moncloa insisten en que Sánchez desbrozará una por una todas las medidas que conforman el “contundente paquete” contra la corrupción. Apuntan, además, de que todo ello parte de las reuniones que mantuvo el presidente con los grupos de la oposición, en las que trasladaron la necesidad de “seguir adoptando” iniciativas. Por lo tanto, la consigna en el Gobierno es clara: “En esa dirección vamos a continuar”. Incluso agregan que muchas de ellas son peticiones expresas de sus socios.

Presión aliada

La expectación es máxima entre los grupos de la investidura, quienes reiteran con tono amenazante que el inmovilismo no es una opción. Reivindican una respuesta dura, contundente y, sobre todo, que no se quede en palabrería que se pierde entre la escasa brisa que hay en estos días de julio. Tal es así, que desde el socio minoritario ya presentaron un rosario de 22 iniciativas ante sus compañeros de Gobierno en una reunión que se saldó con el cabreo monumental de la delegación de Sumar.

Los magentas, días después, dieron un golpe sobre la mesa para “tomar la iniciativa” ante la parálisis de los socialistas. Por eso, dando respuesta en parte a la necesidad de dar un “giro copernicano” a la coalición con maniobras contra la corrupción y para proteger el blindaje social del país, impulsaron la creación de un Oficina Anticorrupción que, a su vez, recibe el sustento parlamentario de otras fuerzas políticas como BNG. Un organismo, en resumidas cuentas, que actúe de manera independiente al poder político para evitar cualquier injerencia.

Los nacionalistas gallegos, al igual que EH Bildu y ERC, han fomentado una reforma legislativa de la contratación pública, así como implementar herramientas legales para perseguir a los corruptores. Algo que ya pensó Más Madrid al registrar una proposición de ley para vetar de manera cautelar a las empresas investigadas en tramas de corrupción. Pero tampoco es suficiente, pues reclaman que ese paquete de regeneración democrática incluya “políticas valientes, transparencia institucional y una actuación ejemplar”, al margen de “escenificaciones de cara a la galería”.

Por otro lado, tanto PNV como Junts per Catalunya han tomado caminos diversos. Los jeltzales advirtieron de que tomarán decisiones después del Pleno, pero sin elevar demasiado el tono contra el jefe del Ejecutivo. Mientras tanto, los neoconvergentes elevaron sus demandas tras el informe Cerdán, reclamando un nuevo interlocutor con Waterloo entre otras cuestiones. No obstante, también se guardan su opinión hasta pasada la comparecencia de un Sánchez que a quien seguro que no convencerá es a Podemos. “No esperamos nada”, resuelven desde e la formación morada, que no creen que el PSOE busque “apagar el escándalo mediático”.

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