El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, no ha cerrado la puerta a transferir al resto de comunidades autónomas las competencias de Cercanías. “Estamos abiertos a dialogar en el marco legal”, ha apuntado en unas jornadas organizadas por eldiario.es en Barcelona. Con motivo del traspaso de Rodalies a Cataluña, que figura en el acuerdo de investidura con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), alimentó la polémica entre las administraciones territoriales, aunque las palabras del titular del ramo abren un nuevo escenario. “Depende fundamentalmente de que las autonomías lo soliciten porque los estatutos y la ley ferroviaria lo permiten”, ha precisado.

En este sentido, Puente ha explicado que en Euskadi se realizará ya una transferencia de las Cercanías, aunque con “fórmulas distintas” a las aplicadas con Rodalies, aunque “ya están en marcha”. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, reclamaba estas semanas el traspaso del servicio. El ministro de Transportes, con cierto tono irónico, ha asegurado que, tras escuchar al barón conservador, pareciera que hace “una especie de contraprogramación al señor Feijóo”. “Si se rompe España por ceder Rodalies a Cataluña a ver si se va a romper un poquito más por transferirlas también a Andalucía”, ha destacado el titular del ramo, quien precisa que “a lo mejor no se rompe nada” y simplemente el traspaso se limita a una “gestión descentralizada” que ha dejado “buenos resultados” durante los 40 años de democracia.

Confusión con el traspaso de Rodalies

En cualquier caso, Puente ha detectado cierto estado de “confusión” entre la ciudadanía a cuenta de la transferencia de las Rodalies a la Generalitat. A su juicio, cree que se debe a que “la gente no acaba de entender en qué consiste” y ha recordado que el proceso se inició ya en 2010, con la cesión de una parte de la gestión al Ejecutivo catalán. El ministro de Transportes ha explicado tiene tres derivas: la económica, ante la necesidad de mejorar las inversiones; la operativa con la creación de una sociedad mixta entre Gobierno y Generalitat, que a la postre será la encargada de tutelar la operación en lugar de Renfe; y la de infraestructura, que delimitará las vías transferibles a la comunidad autónoma.

Por ello, sostiene que ambas partes asumen que se trata de “un tema complejo” y que llevará su tiempo. “El punto de partido es que estamos de acuerdo y eso es una muestra de que vamos en serio y de que se van a hacer las cosas bien”, argumenta el responsable de Transportes, al margen de resaltar la “innecesaria alarma” que se produjo en las plantillas de Renfe y Adif, pues entiende que se puede implementar sin trastocar “sus derechos”. Con ello, aludía a las cinco jornadas de huelga convocadas por los sindicatos en señal de protesta por el traspaso, aunque se desconvocaron in extremis después de que el departamento de Puente se comprometiera a que los representantes de los trabajadores estarían no sólo implicados, sino también informados del transcurso de las negociaciones.

En este sentido, también se comprometió a mantener “la integridad del Grupo Renfe y Adif”, aunque en esta última parte pueda dar pie a una contradicción, ante la creación de una nueva empresa llamada Rodalies Catalunya. Sin embargo, tanto la Generalitat como el Ejecutivo de Sánchez insisten en que no existe tal incoherencia. “El tema no va a tener grandes problemas porque a las dos partes no nos interesa ningún conflicto con la plantilla, que tiene un sentido de pertenencia muy grande y lo vamos a cuidar”, remató Puente.