Vox ha conseguido, con el beneplácito de Partido Popular y Ciudadanos, que sus medidas de extrema derecha calen en la sociedad y provoquen un intenso debate. La última prueba de ello es el pin parental, una de las propuestas estrella en la campaña de los de Santiago Abascal en la campaña electoral de las pasadas elecciones generales de abril. Una iniciativa con la que pretenden obligar a los centros educativos a informar a las familias de todas las actividades complementarios organizadas dentro del horario lectivo, otorgando a estas la capacidad de vetar aquellas charlas o talleres que no casaran con sus convicciones, como podría ser la educación sexual.

Una medida que deberán de aceptar sí o sí azules y naranjas si quieren sacar adelante los presupuestos en aquellas regiones en las que gobiernan gracias al apoyo de Vox. Es decir, Andalucía, Comunidad de Madrid y Región de Murcia. De hecho, en esta última la iniciativa ya ha recibido el visto bueno, y ha generado una gran ola de indignación en todo el país. Unas críticas a las que se ha sumado el Gobierno; este lunes la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha dado al Ejecutivo de Fernando López Miras un mes para retirar el pin parental.

Sin embargo, el presidente del PP, Pablo Casado, ya ha avisado que no piensan retroceder, y ha acusado al Gobierno de utilizar el tema como “cortina de humo”. “La libertad de nuestros compatriotas es que nadie meta la mano en nuestros hogares. Me parece muy bien que los padres tengamos que autorizar un curso fuera del currículo educativo”, indicaba el líder popular este domingo durante un acto.

Por su parte, en Ciudadanos existe un debate interno sobre qué hacer. Entre los detractores de esta medida, destacan Ignacio Aguado y Begoña Villacís, líderes de los naranjas en la Comunidad de Madrid y en la capital, respectivamente.

En este sentido, ante la proliferación de noticias que han ido apareciendo respecto al tema, la medida ha ido adquiriendo otros nombres. De esta manera, el periódico El País ha decidido dejar de llamarlo pin parental, y denominarlo veto parental. “Se ajusta más a la realidad de la medida”, defienden desde el citado medio.

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, calificaba la medida de “pin neandertal”. Lo hacía en su cuenta de Twitter, y lo reiteraba el sábado en ‘La Sexta Noche’: “Es un intento más de la extrema derecha para volver a tiempos pretéritos”.

El último en sumarse a esta moda ha sido el líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, quien ha tildado la iniciativa de “pin Abascal”. “La ofensiva del bloque reaccionario con el Pin Abascal no busca solo normalizar la desobediencia de la derecha frente a la ley (mañana será el Pin fiscal para que los ricos no paguen impuestos) sino que es un ataque contra la educación pública y las familias que la necesitan”, escribía el dirigente morado este lunes en su cuenta de Twitter.