La paz impostada tras la negociación con Podemos ha estallado por los aires. Sumar se quedó a las puertas de conseguir su objetivo, que no era otro que el sorpasso a Vox y erigirse como tercera fuerza política. Pese a ello, en la plataforma de Yolanda Díaz acogieron el resultado como una buena noticia y un impulso de cara al futuro. El contexto invitaba a un periodo de calma en términos orgánicos, pero desde el minuto uno, resortes de peso de la formación morada marcaron territorio y reivindican su “autonomía”, máxime en un clima previo a las negociaciones para reeditar el Gobierno progresista por otros cuatro años más. El que hasta la fecha fuera portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, ha unido su voz a la de Ione Belarra para lanzarle un nuevo órdago a la vicepresidenta segunda.

El 23 de julio no ha silenciado los tambores de guerra en el corazón de Sumar. La formación que encabeza Yolanda Díaz y Podemos cerraron en falso unas negociaciones para la integración de los segundos y evitar, de nuevo, la fragmentación en el espacio a la izquierda el Partido Socialista. El buen resultado de la amalgama fucsia en las elecciones generales no ha apaciguado el ánimo de un partido que se sintió ninguneado en las conversaciones. Los “vetos” que denunciaron los morados aún pesan. De aquellos polvos, estos lodos, suele decirse; convirtiendo al partido de la ministra de Trabajo en un polvorín.

Podemos quiere abrirse hueco en las negociaciones para ahormar un nuevo Gobierno de coalición y reclaman abiertamente su espacio. No sólo llevan a la práctica desde el satélite mediático de Pablo Iglesias, sino que son los propios dirigentes de la formación los que alzan la voz y reivindican su “autonomía política”. Tras el órdago de Ione Belarra, el que fuera portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha lanzado uno nuevo desde el altavoz del Congreso de los Diputados.

Más leña al fuego

El último acto de servicio de Echenique en la vida política española ha recorrido esta dirección. En su alocución en la Diputación Permanente, su última intervención en la Cámara Baja antes de regresar al CSIC como “científico”, el portavoz del Grupo Confederal ha defendido que la presencia de Podemos en un Gobierno de coalición es “indispensable” para el avance hacia las “transformaciones profundas” que ya se iniciaron en la pasada legislatura. Línea argumental que, por otro lado, choca con las intenciones de Yolanda Díaz, pues la líder de Sumar ya había designado un equipo negociador para un proceso que se afrontará sin pisar el acelerador en exceso.

Echenique ha planteado que “muchos partidos de la coalición” ejercerán una “autonomía política” a la que no van a renunciar desde Podemos. El portavoz parlamentario de los morados, ante las preguntas de los periodistas, ha precisado que las fuerzas regionalistas integradas en Sumar (Mès, Chunta o Compromís) van a reclamar su cuota de protagonismo. “Es evidente. No se le puede pedir a nadie que no la ejerza, pero desde luego nosotros lo haremos”, ha insistido Echenique.

Sumar aún no ha hecho público el número ni la identidad de los integrantes de un equipo negociador en el que, por supuesto, estará Podemos. Díaz incluirá a cuadros morados en su destacamento, precisamente para evitar que suban los decibelios en un debate interno que ya alcanza cotas elevadas. En cualquier caso, Echenique apuntaba a un escenario en el que la formación morada ponga sobre la mesa sus propias exigencias, incluso en el reparto de ministerios. A pesar de la reivindicación, ha evitado aportar “más detalles de la negociación” al no considerarlo útil. Sí aseguró que su partido aún es un “proyecto político indispensable” para cristalizar las “transformaciones” que plantean desde el espacio progresista, amén de la confrontación con “los poderes establecidos”.

Así las cosas, Echenique respaldó la intervención de Ione Belarra de este mismo lunes, donde afeó a Díaz los resultados y censuró la estrategia planteada por la cúpula de la formación. La dirigente de Podemos sugirió que la plataforma fracasó electoralmente con el enfoque de la campaña. Un pensamiento que comparte su compañero en Podemos. “Dijo la verdad respecto al resultado”, ha apuntalado el portavoz morado, quien ha invitado al resto de sensibilidades de Sumar a una reflexión para, a partir de ese momento, decidir “cada uno si hace o no autocrítica”. “La hipótesis inicial era que al espacio le iba a ir mejor si Podemos tenía un papel muy secundario, pues no se ha verificado”, ha rematado antes de inferir que han perdido músculo en la Carrera de San Jerónimo. No obstante, se muestra satisfecho al haber “evitado” una coalición de Partido Popular y Vox.

Sumar, un polvorín

Las palabras de despedida de Echenique no hacen sino refrendar la estrategia de Podemos, que busca amplificar su mensaje a través de la potencia de Pablo Iglesias y su canal particular (Canal Red). El ideólogo y líder de la formación hasta 2021 ya deslizó al término de la noche electoral que los cinco diputados morados serán “imprescindibles” para la gestación de un acuerdo con el resto de fuerzas progresistas del arco parlamentario. De hecho, puntualizó que este quinteto responden en exclusiva a los designios de “su partido”, dejando patente que no están bajo la tutela de Díaz y el resto de la cúpula de Sumar.

Toda esta amalgama de críticas desde el sector morado ha reavivado la llama interna en el espacio a la izquierda del PSOE, replicando el mismo sonido que en los prolegómenos del acuerdo. Desde la órbita de Sumar califican de “ruin” la estrategia de Podemos, mientras en público Ernest Urtasun intentaba repeler todos los balones que le llegaban en forma de preguntas, apelando a que se ha frenado al frente común PP-Vox.

La cúpula de Sumar no ha encajado bien las críticas públicas del sector Podemos, a quienes reprochan haber “ignorado completamente el resultado” de las municipales y autonómicas. “La coalición salió adelante por los resultados desastrosos de la izquierda en las autonómicas y ahora se ha conseguido remontar en tiempo récord y con un presupuesto ajustado. El ruido inicial no ayudó, pero se consiguió una buena colaboración durante la campaña que debe permanecer. No han dejado ni que salga Urtasun a colocar el mensaje”, rematan fuentes próximas a la dirección de la coalición.

En este sentido, otras voces autorizadas y del entorno de Díaz enmarcan las “tensiones” con los morados en el campo de lo “personal”. “Ni tan siquiera son diferencias ideológicas”, destacan dirigentes del partido, quienes rematan que no se pueden permitir “escisiones políticas” por problemas entre familias. “En Sumar han sido capaces de olvidarse de sus diferencias. En Podemos no lo parece”, zanjan otras voces consultadas.