El que fuera secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha apartado al periodista Sergio Gregori, director de la tertulia ‘El Tablero’ -uno de los espacios presumiblemente más importantes de Canal Red’- y lo ha sustituido por dos personas afines a Podemos: Dina Bousselham y Laura Arroyo. Para ser más concretos, el periodista ha sido relevado en tres de los cinco días que se emite el programa.

Los motivos, según fuentes del entorno de Iglesias recogidas en el diario ‘El Mundo’, tienen que ver única y exclusivamente con “mejorar la calidad”. Sin embargo, el asunto no ha estado exento de controversia, algo de lo que el recientemente elegido secretario general del Sindicato de Periodistas de Madrid es consciente. “Lo puedo entender y creo que habrá que comunicarlo y explicarlo bien”, cuenta en palabras al mismo medio, subrayando que lo que hay que hacer ahora es “remar para que las decisiones sean por el bien del programa y la cadena”, como considera que se está llevando a cabo.

Queda claro que la decisión no la ha tomado él y que ésta llega desde el programa. En cualquier caso, Gregori la asume de buen grado. “Puede ir bien encaminada”, apunta a la vez que expone que el equipo es “muy reducido” y que él es “casi la única persona en la redacción del programa”, por lo que resultaba “muy complicado hacerlo cinco días a la semana”. “Con otras dos personas es más fácil dedicar el resto de días a preparar el producto”, señala.

El entorno del periodista vincula la decisión con Sumar

El entorno del periodista se muestra más contundente con la decisión y considera que ésta tiene que ver con la “afinidad” del informador con Sumar y Más Madrid -integrado dentro de la plataforma de Yolanda Díaz-. “Él nunca ha sido un perro faldero de Pablo”, acentúan.

Él mismo reconoce que no se ha sentido “cómodo” con la guerra que en los últimos meses se ha librado en la izquierda a la izquierda del PSOE y que ni Yolanda Díaz ni el propio Iglesias han ocultado. “Nadie que tenga una vocación progresista lo ha estado (…) Ha sido muy duro”, relata refiriéndose a las “guerras cainistas” entre las distintas corrientes ideológicas. “Soy como el hijo de padres separados que intenta que se acerquen papá y mamá”, proyecta.

Guerra “cainista” entre Iglesias y Díaz

El principio de la ruptura entre el periodista y Pablo Iglesias llegó precisamente durante la negociación entre Podemos y la plataforma -ya formación que concurrirá a las elecciones generales del próximo 23 de julio- de la vicepresidenta segunda del Ejecutivo.

Antes del veto a Irene Montero, miembros de los morados se debatían entre si lo adecuado era concurrir a los comicios del verano bajo las mismas siglas o por el contrario hacerlo de manera independiente. La firma final del documento llegaría a principios de junio y se consumaría con unas listas polémicas de las que no solo forma parte la ministra de Igueldad, sino que tampoco están presentes el portavoz del partido en el Congreso, Pablo Echenique, o Rafa Mayoral, cercanos todos ellos a Iglesias.

Fue después de que la secretaria general de la formación progresista, Ione Belarra, confirmara a la opinión pública el pacto cuando el canal del que fuera vicepresidente segundo escribió un artículo firmado por el periodista Raúl Solís en el que acusaba a Díaz de representar “por excelencia lo que se ha venido en llamar franquismo sociológico” y con el que se criticaba a la ministra de Trabajo por ser hija de un dirigente de Comisiones Obreras (CCOO).

“Aunque el relato publicado es de ilusión, la realidad es de resignación. Vuelven los vetos, las negociaciones a puerta cerrada, la izquierda aristócrata, el hablar bajito para que no se enfaden los que mandan, aceptar que el poder marque los límites de lo posible y los viejos aparatos (…) Ni las derrotas ni las victorias son definitivas, pero de momento ha ganado el 15M clasemediero, los hijos de los altos funcionarios del felipismo que se hicieron revolucionarios no porque sintieran que era injusto que la limpiadora de su casa no tuviera derechos, sino porque el sueño aspiracional que le habían prometido sus padres no se iba a poder cumplir con el colapso del neoliberalismo”,  eran algunos de los aspecto que lamentaba el autor de las líneas.

Ante ello, Gregori hacía público su malestar con la situación. “Ni un domingo hay descanso en la guerra cainista. La desafección que esto genera en propios y ajenos puede llegar a ser irreparable”, publicaba en sus redes sociales, donde también cedió espacio a una fotografía suya con Unai Sordo y Pepe Álvarez (CCOO y UGT respectivamente). Asimismo, criticó públicamente el artículo y apoyó ya dentro del canal de Iglesias a quienes pedían a los férreos defensores de la parte morada un poco de moderación.

La disputa entre Podemos y Sumar, entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, cobró especial relevancia tras la decisión de la responsable de Trabajo de presentar su marca a las elecciones generales. Lo cierto es que las heridas se han abierto en muchos momentos durante los últimos meses y ninguno de los dos se ha escondido a la hora de mostrar su descontento con las decisiones del otro.

Uno de los cruces de palabras más reseñables de todo este tiempo fue el que tuvo lugar durante y después de la entrevista de Díaz en ‘Lo de Évole’, donde la ministra calificaba de “falta de respeto” el nombramiento a dedo de Iglesias como su sucesora y señalaba que el liderazgo de éste está "aún muy agudizado" a la vez que hablaba sobre el principal drama entonces: la celebración o no de primarias.

 “Todo el mundo las quiere. Va a haberlas con participación ciudadana. Se llega a acuerdos cuando se quiere”, emplazaba la vicepresidenta segunda, que encontraba la respuesta de Iglesias, quien no comprendía en qué beneficiaba “esta ensalada de hostias” y emplazaba a la que fuera su compañera a “dejar de pretender integrar a Podemos en su plataforma, del mismo modo que Podemos nunca pretendió integrar a otros partidos” pese a dejar constancia de la necesidad de ir juntos a las elecciones para “que no caigan los gobiernos progresistas”.

Gregori se muestra únicamente progresista

Volviendo al asunto principal de estas líneas, Gregori se reconocía independiente, “ni de Podemos, ni de Sumar, ni de Izquierda Unida (IU)”, simplemente “periodista”, cuando se estrenó al frente de ‘El Tablero’. En medio de las tensiones entre los morados y los magentas celebrara estar logrando “sacar adelante un matinal progresista y con pluralidad y pluripartidismo -en el peor clima posible de la izquierda- donde se discute con profundidad y se abordan multitud de temas de actualidad”, con la complicación añadida que acarreaba para ello el escenario de entonces (que sigue hoy en día).

En cualquier caso, el informador destaca haber coordinado el programa con “libertad” y recalca que su relación con el exvicepresidente es mejor que cuando el canal de éste empezó a funcionar. Asimismo, no descarta asumir nuevos proyectos dentro de ‘Canal Red’ a partir de septiembre.