Hablemos de terrorismo, no porque sea grato o apetecible, sino porque, en tiempos pre electorales y como siempre es costumbre, la derecha saca de su maleta de “maldades para desprestigiar al contrincante” mentiras, bulos y tópicos (algunos más que obsoletos y manidos) para manipular la conciencia colectiva y, por supuesto, buscando réditos electorales. Una conciencia colectiva, la española, que, por otra parte y digámoslo claro, por lo general ya está bastante manipulada de antemano.

La cultura, la razón, la información veraz y el librepensamiento son claves para defenderse intelectualmente de esas mentiras, esos tópicos y esos bulos. Pensar por uno mismo, además, suele ser bastante infrecuente, y mucho más si se retiran de los currículums educativos contenidos de Humanidades, Filosofía y Lógica que nos enseñan a pensar y, por tanto, a defendernos intelectualmente de las ideas, dogmas y falsedades con las que se nos manipula desde diversos flancos. Ello explica que calen en la conciencia de la sociedad ideas engañosas y disparatadas que nada tienen que ver con la realidad. Aunque claro, buscar la verdad requiere de un esfuerzo. Hacer actos de fe es lo más fácil.

Tópicos y bulos clásicos que emplean la ultraderecha y la derecha, que crecen como la espuma en épocas electorales. Tienen muchos de ellos un antecedente  muy antiguo que se empleó en la guerra civil y en la dictadura para justificar ante la sociedad acrítica y asustada las monstruosidades que se cometían con los progresistas y demócratas que se oponían al fascismo: ¡Que vienen los rojos!, ¡que viene el comunismo!. Tópicos que podríamos considerar actualizados en las cantinelas que se traen los de la derecha con Cuba y Venezuela. Por no hablar de los bulos de odio y xenofobia que extienden sobre los inmigrantes, por aquello de hacer patria.

Y otras veces, enormemente carentes de inventiva e imaginación, vuelven a tópicos obsoletos que ya no tienen ninguna razón de ser. Pero alientan el fanatismo de cualquier modo, sin siquiera necesitar inventar nada nuevo. Uno de esos tópicos con los que están dando la lata y erre que erre en las últimas semanas es el tema de ETA, asociado a la polémica que han generado con Bildu. Como siempre, se las ingenian para sacar réditos electorales, y de todo tipo, de cualquier circunstancia. Más sucio no se puede actuar. La cosificación de todo y de todos es una de las grandes herramientas de la maldad, y así han hecho incluso con seres humanos y familias víctimas de atentados terroristas..

Es tan descabellado el asunto que siguen utilizando a ETA para desprestigiar a los progresistas a pesar de que ETA ya no existe, y a pesar de que fue un progresista del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quien acabó con ETA mediante un final dialogado en su legislatura, en el año 2005, como todos los que tenemos las neuronas en su sitio recordamos bien; un final en el que la banda terrorista renunció definitivamente a la violencia.

El silogismo es: Zapatero acaba con la banda terrorista hace veinte años / pero la derecha sigue culpando a la izquierda del terrorismo, y  utilizándole como arma arrojadiza contra sus contrincantes políticos. El asunto es de locos; algo descabellado que nos lleva a una de las grandes herramientas de manual de la maldad humana extrema (técnicamente psicopatía o narcisismo perverso); una herramienta que es la obra maestra de la malignidad: culpar y responsabilizar al otro de las maldades propias. Si lo pensamos con atención nos encontramos con estas canalladas constantemente, en política (la derecha y la extrema derecha son el ejemplo perfecto, como lo fue  la propaganda franquista), y también en otros muchos espacios y ámbitos. En este sentido me viene a la mente una maravillosa viñeta del gran Forges, en la que, desde un púlpito, un cura vociferaba amenazante el siguiente mensaje a sus feligreses: “¡Arrepentíos de nuestros pecados!”; una manera brillante y llena de humor inteligente de describir esta técnica espeluznante.

Pues bien, como decía, ETA ya no existe. Y el comunismo ya no existe más que en las mentes obscenas que lo utilizan para fanatizar y movilizar al personal. Ahora bien, el terrorismo, definido por la RAE  como “actuación criminal de bandas organizadas que, de manera reiterada, pretende crear alarma social con fines políticos”, es algo que, es evidente, forma parte de la vida cotidiana de todos, por parte de diversos ámbitos, unos políticos y otros no tanto. Fijémonos en esa expresión que es clave: “crear alarma social con fines políticos”. ¿Acaso no es exactamente eso lo que hacen continuamente con descaro y alevosía la derecha y la extrema derecha?

Si hablamos de muertes, ETA asesinó a 858 personas entre 1960 y 2010. En 2021, en las residencias de la Comunidad de Madrid, competencia del gobierno autonómico, murieron en pocas semanas 7.291 ancianos sin asistencia médica, por orden directa de la presidenta de la Comunidad. La diferencia es mucho más que significativa. Y, además, como sabemos todos, desde la presidencia de la Comunidad de Madrid se difundió un bulo perverso que hacía responsable a Pablo Iglesias de esas muertes que fueron, clarísimamente, responsabilidad de la comunidad autonómica. Una jugada maestra. Como digo, técnicamente es una de las más maléficas herramientas de manual que utilizan las mentes más perversas. Los datos están ahí. Que cada quién saque sus propias deducciones.

Coral Bravo es Doctora en Filología