El Gobierno de España retoma la compra de armamento después de rescindir de manera unilateral el contrato para la compra de balas a Israel. Moncloa ha encontrado en Italia, un país prácticamente vecino, el sustituto.
El Ejecutivo español ha logrado el cierre parcial de un acuerdo marco para la adquisición de munición de calibre 7,62 y 51 milímetros que el Consejo de Ministros autorizó el pasado mes de siempre. Comprende el suministro de más de 71 millones de cartuchos durante los próximos cuatro años con posibilidad de alargarse dos más en el tiempo y su valor estimado es algo superior a los 92 millones de euros.
El Ministerio de Defensa ha adjudicado cuatro de los siete lotes que la cartera de Margarita Robles sacó a concurso el pasado mes de octubre y el principal proveedor ha sido el grupo italiano Fiocchi Munizioni.
La compañía, que recientemente ha comprado la checa CSG y que no hace demasiado también se dirigió a Talgo se ha impuesto en tres lotes valorados en unos 60 millones de euros para suministrar 54 millones de cartuchos, sobre todo al Ejército del Aire. Las otras compañías que se han presentado al concurso, aunque en su caso sin éxito, han sido la filial noruega Nammo -fabrica en Palencia-, CBC -de Brasil-; o la checha Sellier & Bellot. El otro lote, valorado en cuatro millones, ha ido a parar a manos de una unión temporal de empresas (UTE), a la que dan forma ITE y Bocum.
España e Italia han cerrado varios contratos en esta línea. Ejemplo de ello es la adjudicación de 9,45 millones de cartuchos de pequeño calibre 5,56 x 45 y 7,62 x 52 milímetros que la Guardia Civil encargó al fabricante italiano el pasado mes de agosto por 8,27 millones de euros; o los acuerdos que la Dirección General de la Policía mantiene para el suministro de los mismos cartuchos que despertaron el malestar social al obtenerse de una empresa israelí.
Rescinde el contrato con Israel
El Ejecutivo español ordenaba hace cosa de un mes rescindir el contrato que Interior había firmado con Israel para comprar balas “tras haber agotado todas las vías negociadoras” con la compañía israelí.
El asunto fue motivo de disputa entre los socios de la colación y el PSOE y la decisión última llegó después de los contactos en primera persona que mantuvieron el presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz. Finalmente, el jefe del Ejecutivo priorizó la relación con el partido magenta y actuó en línea coherente con la posición del Gobierno frente a la invasión de Israel sobre Palestina.
Después de tomar esta decisión, desde Moncloa subrayaron que los partidos de Gobierno se encuentran “firmemente comprometidos con la causa palestina y la paz en Oriente Medio” todos ellos, motivo por el cual desde que estalló la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, España no compra no vende armamento a las empresas israelíes “ni lo hará en el futuro”. En este sentido, el Gobierno recordó también el reconocimiento a Palestina en sede parlamentaria.
Desde el Congreso de los Diputados, Sánchez garantizó que no habría contratos de compraventa de armamento con Israel mientras se mantenga la situación en la Franja de Gaza. Si bien, el que rescindió era solo uno de la decena de contratos pendientes de licitación con compañías israelitas, Moncloa quiso distinguir entre el material ofensivo, como la munición, y el defensivo, como pueda ser material para los chalecos o los blancos de tiro.