La crisis del coronavirus ha incidido directamente en la intención de voto de la ciudadanía. Desde que se decretara el estado de alarma, en el final de la ‘vieja’ normalidad, hasta la actualidad, la tendencia ha cambiado en España. El Partido Popular ha pasado de rozar los 100 escaños a sobrepasarlos e incluso a empatar con el PSOE.

Según una encuesta elaborada por NC Report para La Razón, los de Pablo Casado conseguirían uno de sus objetivos desde que padeciera el severo castigo de las urnas en abril: igualar las fuerzas con un Pedro Sánchez que dominaría los comicios con bastante solvencia. En todas las encuestas se observa la tendencia alcista de los conservadores y en esta, incluso, rozaría la victoria.

El PSOE continuaría cediendo terreno y dando alas al Partido Popular que, aprovechando el desgaste producido por la pandemia del coronavirus, se quedaría a tan sólo 200.000 votos del sorpasso. Los conservadores obtendrían el 25,1% de los sufragios, reduciendo las distancias con los socialistas a menos de un punto.

Los de Pedro Sánchez aglutinarían al 26% de los votantes, lo que se traduciría en una horquilla de entre 109 y 111 asientos en el Congreso. Exactamente los mismos que el Partido Popular, quienes, a su vez, meterían distancia con Vox y ahogarían su amenaza.

Precisamente los ultraderechistas también retrocederían y facilitarían la ampliación de distancia del Partido Popular. El bipartidismo volvería a reinar en el Congreso y los nuevos partidos verían cercenadas sus pretensiones de arrebatar el poder a PP y PSOE. En este sentido, Vox cedería entre cinco y tres escaños, aunque tan sólo vería recortado su número de votos en 0,2 puntos.

Unidas Podemos, en cambio, sigue en caída libre. Los morados cederían casi un punto y perderían entre seis y cuatro sillones en el Congreso. El partido de Pablo Iglesias – hoy en el Gobierno – volvería a encontrar un nuevo suelo que ya había fijado en las elecciones de noviembre con sus actuales 35 asientos.

Otro gallo cantaría también para Ciudadanos teniendo en cuenta las encuestas pretéritas, en las que se apreciaba cierta recuperación del espacio perdido. Sin embargo, este giro nuevo del partido que hoy dirige Inés Arrimadas sería duramente castigado en las urnas, perdiendo entre uno y tres asientos.