Tuvo su momento de gloria. En marzo de 2011 fue portada en El Mundo, y su inefable director pretendió convertirla en heroína, tumba de Zapatero y Rubalcaba. La razón es que se ofreció a convertirse en el instrumento con el que Pedro J. imaginó por un momento que iba a poder ver convertida en realidad su obsesión paranoide noticiosa favorita: la conspiración tras el atentado del 11M. Hablamos de la juez María del Coro Cillán. Estos días la magistrada está muy lejos de aquel esplendor. Se sienta en un banquillo, acusada de prevaricación, mientras El Mundo ignora su noticia y sólo un medio aún más peregrino, La Gaceta, sale ya en su defensa.

18.000 euros para "su amigo íntimo"
La causa que la ha llevado de ser juez a juzgada tiene que ver con una decisión que tomó en septiembre de 2011. Decidió entonces precintar una discoteca, Moma, en la que sus diferentes dueños andaban enfrentados. Pero hizo algo más, colocó a quien eufemísticamente se presenta como 'un amigo íntimo' de gestor de la discoteca y le puso un sueldo nada despreciable: 18.000 euros al mes, en concreto. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) recibió una denuncia de los abogados de uno de los socios propietarios de la discoteca y abrió la causa contra la magistrada por prevaricación.

La juez Coro Cillán, en el primer día de su juicio como acusada por el caso de la discoteca Moma. Foto TSJM



Este miércoles casi conmovía verla sentada en las sillas de los acusados, sola, como muestra una foto que distribuyó el propio TSJM. Luego fuera, en los pasillos, la aún magistrada, para la que la fiscalía pide 20 años de prisión, se acercó a los periodistas y recuperó su 'tic': había una conspiración contra ella. Y como todo se pega, la juez del caso 11M echó manos de otro clásico de El Mundo y dijo que "en este proceso hay una persona X". Para vestir el misterio añadió que esa X venía por "alguna conexión" con otras causas de las que había llevado, y que veían ahora llegado el momento de apartarla de su órgano judicial.

Del postfranquismo al Betadine
Esta juez, en realidad tiene un largo y viejo historial de 'peculiaridades'. En ELPLURAL.COM descubrimos una de ellas. En los años de la transición Coro Cillán apareció, como número dos, en las listas de la franquista organización 'Unión Foral del País Vasco', el nombre que se dieron en Euskadi los seguidores de Coalición Democrática, aquél 'partido' en el que se reunieron los exministros franquistas, Fraga entre ellos, y que fue el embrión de lo que luego llegaría a ser el PP.

Su carrera profesional siguió con otras 'anécdotas', como que se le abrieran frecuentes expedientes por los tiempos interminables que se tomaba para concluir en la tramitación de los procesos que le caían. Y luego llegó su 'estallido' como juez popular, al intentar reabrir la causa del 11M investigando a los miembros de los TEDAX. No podía evitarlo, dejó en los interrogatorios alguna anécdota, como cuando preguntó a uno de los policías por el Betadine, confundiendo el nombre del antiséptico con el del Titadine, que es como se llama un explosivo que Pedro J. aún sigue buscando entre los restos del terrible atentado.

'Perseguida' por el 11M, según ella..., y La Gaceta
Posteriormente, en este periódico les hemos seguido informando de sus andanzas. Como la denuncia que hicieron la secretaria y dos fiscales de su juzgado, el 43 de Madrid, porque "actúa bajo la ingesta de bebidas alcohólicas que le provocan un estado “irascible” y le llevan a “confundir personas y delitos”".

'Abandonada' por El Mundo, como decíamos ya sólo La Gaceta parece continuar interesado en sacar la cara por ella. Incluido sumarse a sus peculiares 'sospechas' de persecución: "En cualquier caso -se lee en la información del diario de Intereconomía-, fuentes jurídicas consultadas por este diario señalan que desde que "Cillán reabrió la investigación del 11M se ha intentado apartarla de la carrera con la excusa del Moma". Palabra de Cillán. Palabra de La Gaceta.