Isabel Díaz Ayuso no sólo ha conseguido una victoria inapelable en Madrid, sino también en el fuero interno del Partido Popular. La presidenta regional en funciones es un valor al alza en Génova y en las sucursales territoriales de la fuerza conservadora son conscientes de ello. “La nueva alternativa está en Madrid”, deslizan desde la formación.

Según desvela el diario La Razón, en el Partido Popular se ha sembrado la semilla y ya visualizan a Isabel Díaz Ayuso como futurible para heredar el trono de Pablo Casado. Eso sí, tan sólo en caso de tropiezo del actual jefe de los conservadores. Entienden en el PP que la presidenta madrileña – en funciones por el momento – personifica el cambio generacional frente a Alberto Núñez Feijóo.

El presidente de la Xunta de Galicia ha rehusado dar un paso al frente en incontables ocasiones y en el seno de Génova se sabe que tan sólo lo haría en caso de que las siglas del Partido Popular estuvieran en grave peligro. Por el momento, la sensación que arroja Feijóo es de retirada más que de llegada, aunque la formación le seguiría en el caso de presentarse.

Sin embargo, la fuerza de Alberto Núñez Feijóo se ha erosionado levemente desde el 4 de mayo. El triunfo incontestable de su homóloga en Madrid ha cautivado al poder territorial conservador, que reconoce, sin ambages, su potencial como alternativa a ocupar la planta siete de Génova.

Los roces entre la cúpula y Sol han sido constantes a lo largo de este año, intensificados con el veto de Teodoro García Egea a Miguel Ángel Rodríguez – asesor de Ayuso – en la reunión para confeccionar las listas del pasado 4M. En el partido están prevenidos ante un nuevo “choque inevitable” fruto del éxito en las urnas y sobre el que Génova proclama su parte alícuota de titularidad.

En la misma noche electoral, cuando la calle Génova se colmó de cánticos ajenos a las medidas sanitarias, ya se notaron las fricciones entre la dirección nacional y el equipo de Ayuso. En el Partido Popular dan por sentado que éstos choques “irán a más” por mucho que el líder del PP y la presidenta madrileña escenifiquen cordialidad en sus encuentros públicos.

Pese a sus críticas sobre la gestión de la pandemia, las baronías admiten y subrayan su autonomía con respecto a Pablo Casado. Incluso desvinculan a su líder de los “votos prestados” de Ayuso, atribuyéndolos a un nuevo método de hacer política que ha sido capaz de conectar con el electorado, bien por su “irreverencia” o por su “frescura”.

El triunfo el 4 de mayo ha otorgado a Ayuso el derecho propio a ser, a proclamarse y a creerse el relevo natural de Pablo Casado en el caso de un tropiezo o batacazo de éste. La líder presidenta madrileña ha pasado de ser considerada como un peligro para la imagen del PP y la estabilidad de su jefe, por su estrategia de confrontación directa a Pedro Sánchez, a emerger como una futurible al trono nacional.

El equipo de Ayuso ha tomado nota de las piedras que Génova ha puesto en su camino hacia la presidencia regional del partido motivadas por la obsesión de Casado a que se repitan episodios de otro tiempo. En Génova no quieren nuevos “Gallardones ni Aguirres ni Cifuentes”, pero la jefa del Ejecutivo madrileño seguirá en la batalla, reafirmada y amparada por un resultado idílico.