A una semana de acudir a las urnas, los medios comienzan a publicar sus últimas encuestas. En la realizada por Sigma Dos para El Mundo se advierte una ligera ventaja para el bloque de izquierdas, aunque estas estimaciones están pendientes del posible traspiés de los candidatos en los debates de esta semana que pueda mover a los indecisos, inclinando la balanza parlamentaria hacia uno u otro lado.

El sondeo pronostica unos resultados para populares y socialistas que dan la vuelta a los obtenidos en las últimas elecciones de junio de 2016. Al contrario que los 122-133 diputados proyectados actualmente, en ese momento el PSOE se quedaba en los 85 escaños, desangrado por un Podemos que se comía una parte importante del pastel de la izquierda y que ahora podría ver reducida a la mitad su presencia en la Cámara Baja (pasando de sus 71 asientos a entre 30 y 41).

Ahora, la disgregación del voto es un problema más lacerante para la derecha. Con una entrada de la ultraderecha de Vox por la puerta grande ( 20-32) y un Ciudadanos que puja al alza (48-56), el Partido Popular puede, incluso, caer de la barrera psicológica de los 80 parlamentarios (74-86), alcanzando su mínimo histórico y dejando muy atrás los 137 asientos conseguidos por Rajoy en las últimas elecciones.

Cuestión de pactos

Con esos datos, ninguno de los bloques alcanzaría la mágica cifra de los 176 escaños que abre las puertas de La Moncloa. Aquí es donde entrarían en liza los pequeños partidos nacionalistas, otra vez determinantes para hacerse con el poder.

Aunque el destino de los 6 diputados previstos para los Nacionalistas Vascos dependan puramente de intereses económicos y territoriales, el importante crecimiento de ERC -que pasaría de 9 a 15 escaños en detrimento de los de Puigdemont- inclinaría la balanza hacia el bloque de izquierdas mientras el durísimo discurso centralista de la derecha solo les permitiría llamar a la puerta del único diputado de Coalición Canaria.

De esta forma, PP + C's + Vox + CC. Se quedarían con 175 diputados en su horquilla máxima, quedándose a un asiento de la mayoría simple. PSOE + UP alcanzaría los 174 asientos que, sumados a los del PNV o Compromis, permitirían a Sánchez quedarse en el Gobierno sin tener que preocuparse de su discutida dependencia de los independentistas catalanes.