Poco más de dos años y medio después de las últimas elecciones autonómicas, Extremadura vuelve a acudir a las urnas. El adelanto electoral decretado por la presidenta de la Junta, María Guardiola, ha convocado a los extremeños este domingo 21 de diciembre a decidir el futuro político de la región en un contexto marcado por la inestabilidad institucional y la ruptura del pacto entre el Partido Popular y Vox. Un escenario que, además, tendrá su réplica en Aragón el próximo 8 de febrero de 2026, donde también se celebrarán comicios anticipados.

Desde el inicio de la campaña, las encuestas han dibujado un panorama bastante definido. Los principales sondeos, incluidos algunos publicados en las últimas semanas y el propio CIS dirigido por José Félix Tezanos, apuntan a una clara victoria del Partido Popular y a la reelección de María Guardiola como presidenta de la Junta de Extremadura. Algunas estimaciones incluso sitúan a la candidata popular rozando la mayoría absoluta, fijada en 33 escaños, lo que le permitiría gobernar en solitario y sin necesidad de reeditar acuerdos con la extrema derecha. Pero el suflé conservador se ha ido desinflando a medida que se acercaba la fecha, como ocurría en las generales de 2023. 

Frente a este escenario, el PSOE extremeño aparece como el gran damnificado del adelanto electoral. Los socialistas, que en las elecciones autonómicas de 2023 lograron 28 escaños - empatando en número de representantes con el PP -, se enfrentan ahora a una posible debacle histórica. Aquellos comicios acabaron con un pacto entre el Partido Popular y Vox que permitió a Guardiola acceder a la presidencia, una alianza que se rompió meses después y que está en el origen directo de la convocatoria anticipada de este 21-D.

Pendientes de Don Benito

Más allá de las encuestas regionales, hay un elemento que en cada cita electoral despierta especial atención entre analistas y partidos: Don Benito. Este municipio de la provincia de Badajoz se ha ganado con el paso del tiempo el apodo de ‘el Ohio extremeño’ por su sorprendente capacidad para reflejar, casi al milímetro, el resultado global de las elecciones autonómicas en la región.

El paralelismo no es casual. En Estados Unidos, el estado de Ohio fue durante décadas un fiel predictor del ganador de las elecciones presidenciales, hasta que en 2020 rompió la tendencia al votar mayoritariamente por Donald Trump mientras Joe Biden se imponía a nivel nacional. En Extremadura, Don Benito ha desempeñado un papel similar como espejo electoral, con resultados que, elección tras elección, reproducen el reparto de fuerzas del conjunto de la comunidad.

En las autonómicas de 2023, el PSOE fue la fuerza más votada en Don Benito con el 38,9% de los sufragios (7.652 votos), seguido muy de cerca por el Partido Popular, que obtuvo el 38,25% (7.524 votos). Vox se situó en tercera posición con un 8,55% (1.682 votos), mientras que la coalición Podemos-IU-AV alcanzó el 5,95% (1.172 votos). Un reparto prácticamente calcado al resultado regional, con diferencias de apenas unas décimas arriba o abajo.

La coincidencia no es puntual. La última vez que el Partido Popular superó al PSOE en Extremadura, en 2011, también fue la fuerza más votada en Don Benito. Desde entonces, este municipio ha consolidado su reputación como termómetro electoral y referencia obligada en cada noche de recuento.

No existe una explicación única y concluyente que justifique por qué Don Benito actúa como un indicador tan fiable del comportamiento electoral extremeño. Sin embargo, algunos factores ayudan a entenderlo. Su estabilidad demográfica, con una población que ronda los 40.000 habitantes y un censo electoral cercano a las 30.000 personas, permite que los resultados sean representativos del conjunto regional, aunque a una escala más reducida y manejable.

A pocas horas de que se abran las urnas, todas las miradas vuelven a dirigirse a este municipio pacense. Si se repite el patrón de anteriores convocatorias, Don Benito podría anticipar una nueva victoria del Partido Popular en Extremadura. La gran incógnita sigue siendo si ese triunfo se traducirá en una mayoría absoluta para María Guardiola o si, por el contrario, el reparto final de escaños volverá a dejar la gobernabilidad en el aire. El ‘Ohio extremeño’, una vez más, tendrá la primera pista.

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