Los pensionistas están en pie de guerra  contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Los jubilados se han lanzado a la calle por la “subida de mierda” de las pensiones en lo que ya se ha calificado como su 15M particular. Y su adversario a derrotar es muy concreto: el Partido Popular. El detonante ha sido una escueta subida de las pensiones del 0,25% que ha provocado una pérdida de poder adquisitivo superior a un punto porcentual y el recorte de hasta 350 euros al mes. El PP tiene un problema serio, no solo porque este colectivo haya tomado las calles, rodeado el Congreso de los Diputados y copado las plazas de numerosos puntos de la geografía española; sino que, además, los populares sufrirán consecuencias electorales muy serias si no se reconcilia con los pensionistas.

El 21D en Catalunya ha marcado un antes y un después en el devenir de la política española. Un punto de inflexión que puede subvertir el sentido hegemónico del Partido Popular. Los de Mariano Rajoy aseguran que “una cosa son las autonómicas y otras las generales”, pero las encuestas insisten en rebatir a los populares: Ciudadanos le está comiendo el terreno. Según el último CIS, el 17,8% de los que votaron al PP el 26J, ahora optarían por Ciudadanos. Un flujo de voto notable y que no se produce en sentido contrario: el 86,2% de los votantes de Ciudadanos en las últimas generales mantendría su voto y solo el 2,4% cambiaría a los naranjas por los populares. Si a la fuga de votos en sentido naranja se le suma una sangría del voto de los jubilados, el PP se descalabraría.

El barómetro publicado tras el 26J por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ofrecía una radiografía clarividente del votante del PP: el 41,5% de sus electores tienen 65 años o más. La formación popular es la que recibe buena parte de los votos de los jubilados, y según el censo, suman más de nueve millones de los 36,5 millones que tienen derecho a voto. En otras palabras, los jubilados son el 25% de los electores, por lo que uno de cada cuatro votos es de un pensionista y en su mayoría optan por el PP. De hecho, es su principal fuente de votos. ¿Qué ocurriría si este colectivo les abandona?

Datos del CIS de julio de 2016, relativo al voto del 26J

El tiempo corre en contra del PP ya que, dada la pirámide poblacional, invertida, el número de jubilados aumentará y si continúa la fuga de votos a Ciudadanos, pierde el voto de un colectivo cada vez más grande como el de los pensionistas y no consigue atraer al electoral joven, el trastazo puede ser de proporciones bíblicas.

El voto joven, según el CIS, recae sobre todo en Unidos Podemos y sus socios de En Comú-Podem y Compromís. Los naranjas también se llevan un buen pedazo de la tarda. Por su parte, los jubilados optan por el bipartidismo, por lo que si el PSOE consigue aglutinar este voto, se puede abrir un flujo de votos del PP a Ciudadanos y del PP al PSOE. Una auténtica sangría que Mariano Rajoy intenta frenar negando la mayor: insiste en que las pensiones han subido y pide al resto de partidos que no hagan “demagogia” con el asunto porque él no solo tiene que pensar en el electorado sino en gobernar.

La oposición ha respondido conjuntamente registrando una solicitud de comparecencia para el presidente del Gobierno se justifique. Asimismo, PSOE y Podemos parecen convencidos de lanzar su propuesta de gravar un impuesto a la banca para equilibrar y hacer sostenible el sistema de pensiones.

El rico refranero español reza que “a perro flaco todo son pulgas”, y al PP parece que Ciudadanos le ha puesto la pierna encima y no levanta cabeza. El debate territorial ha lastrado a la formación popular, que no hacen más que ceder terreno a Rivera; el invierno ha sido el más frío que se recuerda, un día sí y otro también, algún imputado o testigo deja helados a los de Mariano Rajoy por tirar de la manta; y ahora, el 15M de los pensionistas. ¿Qué será de Rajoy? ¿Qué será del PP?