El pasado martes Luis Bárcenas volvió a aterrizar sobre la Audiencia Nacional, esta vez en calidad de testigo y en la rama valenciana de la trama Gürtel, para soltar otra bomba Fritz X contra el Partido Popular. El extesorero confirmó el relato de Ricardo Costa, quien aseguró que le trasladó al extesorero el método de financiación en B que estaban empleando y Bárcenas le reprochó que “eso era un Filesa 2”. “Lo recuerdo vagamente”, se justifió el extesorero, pero delegó el asunto en Álvaro Lapuerta, quien se libra del juicio por demencia sobrevenida. En cualquier caso, una nueva bomba planeadora torpedea al Partido Popular, que no sale de una y se mete en otra. Un día sí y otro también, algún imputado o testigo deja helados a los de Mariano Rajoy por tirar de la manta.

La de Bárcenas ha sido la última, pero es que 24 horas antes, el exconsejero de Presidencia Francisco Granados cantó cucú. La rana de Esperanza Aguirre situó a la expresidenta de la Comunidad de Madrid y a Ignacio González en la cúspide de las responsabilidades y la toma de decisiones en las campañas de 2007 y 2011, financiadas en B. Granados subrayó que todos los nombramientos los hacían González y Aguirre, y que hasta el último de los departamentos de prensa eran nombrados por ellos. De hecho, matizó que en ocasiones mandaba más González. Pero la campanada llegó al final del concierto de la rana más cantarina, cuando el exconsejero mentó a la actual presidenta de la Comunidad de Madrid y líder del PP regional. Granados relató que Cristina Cifuentes es nombrada en 2005 número tres del partido y que se convirtió en la mano derecha de González: era sus ojos y sus oídos. Acumuló mucho poder y responsabilidad. Incluso, el exconsejero ha apuntado que en ocasiones Cifuentes se jactaba de que no mandaba González, sino ella. No obstante, Granados no se ha limitado a detallar su estrecha relación profesional, sino que también ha apuntado a una relación sentimental entre Cifuentes y González.

El cinturón de hierro de González

Precisamente, la presunta relación de tipo sentimental que señala Granados fue la que dinamitó el núcleo de control de González en la estructura de poder. Una guardia pretoriana que estaba conformada por Isabel Gallego, exdirectora de Comunicación de Aguirre (ya imputada en la causa); Jaime González Taboada, exnúmero tres de Cifuentes en el Ejecutivo regional y actual senador del PP; el consejero Borja Sarasola y el premio gordo, Cristina Cifuentes.

Granados lanzó la bomba Fritz X y Cifuentes, González y Aguirre han sido sus principales víctimas -no las únicas-. La presidenta de la Comunidad de Madrid ya ha anunciado que se querellará contra el exconsejero y le resta importancia: “Es un presunto delincuente, me da igual lo que diga”. Podemos y PSOE han pedido la comparecencia de Cifuentes en la comisión que investiga la caja B del PP en el Congreso.

Costa: el cohete V2 del PP

El técnico A4, más conocido como cohete V2, fue el primer misil balístico de combate de largo alcance (fue desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial en Alemania). Era devastador. “Es cierto que el PP se financiaba con dinero negro” por orden de Camps, declaró Ricardo Costa. Ese fue el V2 que el que fuera secretario general del PPCV le dedicó a la formación. Sus palabras resonaron -y resuenan-, en cada rincón de España. El exsecretario general del PPCV se arrepintió de los hechos (“lo supe y no lo impedí”) y ha desatado un auténtico vendaval. Ahora, la Fiscalía investiga los indicios contra Francisco Camps, quien ya fue citado a declarar por los sobrecostes en la Fórmula 1, e Izquierda Unida pide incorporar la confesión de Costa en Gürtel al caso de la caja B.

Correa, fuego a discreción contra Rajoy

El cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, negoció con la Fiscalía en los días previos a la apertura del juicio de la rama valencia de la trama (arrancó el 15 de enero). Correa reconoció todos los delitos de los que le acusa la Fiscalía en un escrito dirigido al juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

En el escrito, Correa reconoció que creó la empresa Orange Market para trabajar con el PP de Valencia después de que Álvaro Pérez El Bigotes contactara con el partido a nivel regional gracias al entonces president Francisco Camps. El cabecilla detalló que cobraban de tres maneras: “Mediante facturas correctas; mediante pagos en “b” y mediante la creación de facturas ficticias que se giraron a distintos empresarios por trabajos no realizados realmente a sus empresas”.

El capo de la trama Gürtel, además de en sede judicial, compareció mediante videoconferencia en sede parlamentaria. Ante la comisión que investiga la caja B del PP, Correa, que no quiso responder a ninguna pregunta, aseveró que “Rajoy daba el OK” a los gastos del PP.

El Bigotes y sus llantos para cobrar

Álvaro Pérez, más conocido como El Bigotes, era el cobrador. En su declaración ante el tribunal de la rama valenciana de Gürtel, contó con todo lujo de detalles que cobrar las facturas de los actos del PP era un suplicio y le costó más de un “llanto”. “El dinero B era para pagar los actos del partido que lo pagaban los empresarios”, dijo, y añadió, “todo el mundo estaba en contra de pagar en B, menos el que daba la orden que era Camps” y “solo Francisco Camps era el que podía ordenar los pagos a los empresarios”. “A mí los empresarios me pagaban siempre en B con facturas pero el concepto de la factura era falso”, relató quien “iba a Génova 13 con la tarjeta como la de cualquier otro trabajador”

Pablo Crespo: el cliente siempre manda

El número dos de Correa en la trama Gürtel. Pablo Crespo, destacó en sede judicial que quien propuso pagar en negro fue el Partido Popular de Valencia, ya que “lo decide siempre el que paga” porque “en la relación de subordinado que existe entre un proveedor y su cliente es el cliente el que puede decidir cómo le van a pagar. Era una decisión del pagador, en este caso, el PP” valenciano.  Crespo llegó a confirmar una reunión con Ricardo Costa para tratar este asunto, y expresó su empatía con El Bigotes: “Soy consciente del sufrimiento del señor Pérez para cobrar en el último trimestre de 2008. Me decía que hacía gestiones con todos ellos Rambla, Costa y Serra y con el entonces presidente, el señor Camps, no sé si de manera directa o indirecta. Hacía de todo para cobrar".

Costa, Granados, Correa, El Bigotes, Bárcenas… La lista infinita y, entre todos, han vertido un auténtico bombardeo de saturación sobre el Partido Popular, que navega en su propio fango y a la deriva, con descalabro electoral y fuga de votos en masa a Ciudadanos incluido. Y esto no ha hecho más que empezar: acaba de comenzar la fase testifical de la rama valenciana de Gürtel, en primavera se espera la sentencia de la primera etapa gürteliana, varios dirigentes y exdirigentes del PP desfilarán ante la comisión que investiga la caja B del PP en los próximos meses, se espera que Rajoy sea citado para finales de año y el caso Lezo continúa aportando nuevas informaciones. Al PP aún le pueden llover más bombas en forma de declaración de las que caen en la Operación Breakout del videojuego de guerra Call of Duty.