Uno de los documentos más esperados de este domingo post Comité Federal socialista era el editorial de El País, medio que desde antes de las elecciones de diciembre se ha situado en posiciones muy próximas al partido de Albert Rivera.

Ese cambio de rumbo ha ido acompañado de lo que muchos han denominado “purgas” en todos los medios del grupo Prisa. Además, los elogios al líder del partido naranja eran proporcionales al trato dispensado a los socialistas, con una excepción, cuando Pedro Sánchez buscó la investidura con el apoyo de… C´s.

De ahí que el posicionamiento editorial de este 2 de octubre adquiere tintes épicos y no decepciona. Bajo el título de ‘La hora de la unidad’, y después de planteamientos anteriores en los que no faltaba ni el insulto, El País busca cobrarse su pieza, el dimitido, para rematarla y mostrar su trofeo cual espectáculo medieval se tratara.

Califica, con razón, de “lamentable espectáculo” el del Comité Federal, repasa los batacazos electorales cosechados por Pedro Sánchez hasta llegar a los 85 diputados actuales. Su conclusión es que “como secretario general del partido ha añadido el triste récord de una profundísima división que, de no restañarse con urgencia, puede dejar al partido fracturado e inutilizado”.

La “cohesión interna”

Apelando, quién sabe si a la famosa “cohesión interna de Aznar”, indica el editorial que “la principal tarea de un líder es mantener su partido cohesionado por encima de las diferencias de opinión”, para añadir que “si algo ha distinguido el mandato de Sánchez no son por tanto las rivalidades internas (…) sino su incapacidad para unir al partido detrás de sí, construir un liderazgo abierto e incluyente y sumar a sus críticos a un proyecto ganador”.

El grupo Prisa, a través de su periódico y radio, ha recibido algún que otro rapapolvo por parte de algunos dirigentes, el último Borrell en directo con Pepa Bueno, por ello da la impresión, sin necesidad de recurrir al insulto -esta vez-, de que alguien se quiere cobrar la factura.

Expresiones significativas

El nombre de Pedro Sánchez lo sitúa este domingo el editorialista junto a expresiones como: “haya logrado unir en su contra a muchos de los que hasta hace poco rivalizaban entre ellos”; “pérdida de crédito”; “maniobras para crear entre los militantes la falsa ilusión de esa posibilidad (de Gobierno alternativo)”; “el cúmulo de tensiones generadas por el enrocamiento de Sánchez (…) ha llevado al partido al caos y al descontrol durante una semana fatídica para el partido (sic)”.

Tras el alarde de epítetos guerreros y la salida de Sánchez, sitúa como prioridad la unidad de la formación “que debe hacerse con toda generosidad”.

Nadie puede poner en duda la legitimidad para hacer estas afirmaciones o que sean ciertas o no. La cuestión es que el posicionamiento previo ha sido tan llamativo, con críticas incluso de la propia redacción del periódico, que lleva a sospechar de que dichas aseveraciones sean sinceras o respondan, únicamente, a intereses mediáticos.