El parón de Semana Santa amortiguó el ruido político de estos últimos meses. Un respiro que acaba este martes. El Congreso de los Diputados constituirá la comisión de investigación sobre la compra de material sanitario durante la pandemia, tanto por el caso Koldo como por la causa judicial que estrecha el cerco sobre Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, imputado por falsedad en documento mercantil y fraude a Hacienda. Dos tramas que han embarrado el debate público y parlamentario, especialmente entre los dos principales partidos del arco. Subida de tono que también afectará al Senado, donde este lunes ha quedado definida la comisión respaldada por la mayoría absoluta del PP en la Cámara. Una guerra sin cuartel entre instituciones y en tiempo récord.

La detención del ex asesor de José Luis Ábalos en el Ministerio de Transportes desató la tormenta perfecta el pasado 21 de febrero. Desde entonces, el debate parlamentario se ha adentrado en una vorágine de y tú más, máxime tras el estallido del caso que arrincona al novio de Isabel Díaz Ayuso. PSOE y PP miden sus movimientos en virtud de sendas causas judiciales, elevando el conflicto partidista a las Cortes Generales. Los socialistas, por un lado, forzaron el exilio de su ex secretario de Organización por su vinculación con Koldo García, mientras en paralelo registraban una comisión de investigación de “todas” las operaciones de compra de material sanitario durante la pandemia por parte de “todas las administraciones”. Sin distinción.

Maniobras que, a la postre, sirvieron como cortafuegos para evidenciar las “diferencias” con un Partido Popular al que acusan de convivir con la corrupción, especialmente tras las pesquisas sobre el presunto fraude al fisco del novio de Ayuso. El foco se sitúa ahora sobre la presidenta regional y en el PSOE quieren que continúe así. De ahí, que ahora sea la figura de Ayuso la que canalice una comisión de investigación impulsada por los socialistas y que se constituirá menos de dos semanas después de que el Pleno validara su aprobación, con la abstención de los conservadores y el rechazo de sus socios de Vox.

Guerra de comisiones

24 horas antes de que el Congreso constituya la comisión sobre las mascarillas, el Senado ha hecho lo propio. En la Cámara de representación territorial, con mayoría conservadora, el Partido Popular ha impulsado y definido una investigación paralela, que confronta en diseño con la iniciativa socialista en el Congreso. Los conservadores quieren que las pesquisas se orienten hacia la vertiente del caso Koldo. A su juicio, cree que la trama salpica a varios departamentos ministeriales, como a expresidentes autonómicos hoy o bien en el Gabinete de Sánchez, como Ángel Víctor Torres, o bien presidiendo la Cámara Baja, como Francina Armengol. Sin embargo, los socialistas abogan por diluir la causa Delorme con las compras de material sanitario de todas las administraciones.

Desde el minuto uno, el PSOE ha vertebrado la estrategia sobre la causa contra la presidenta madrileña, aunque nunca se ha cerrado la puerta de la comisión a la declaración de nombres ligados a su cuerda. De hecho, si bien han respaldado a la presidenta del Congreso en la caza de brujas que la atribuyen a Génova, en Ferraz se han mostrado predispuestos a que Armengol “pueda dar todas las explicaciones pertinentes”, así como al resto de personas que puedan “arrojar luz” sobre la compraventa de material sanitario en aquellas jornadas. Una comisión, en suma, presentada por los socialistas como aprendizaje sobre cómo robustecer las vías de contratación de las diversas administraciones. También, por supuesto, para mantener en el foco no sólo a Ayuso, sino a un Feijóo al que le insisten en que baje su pulgar ante la proliferación de casos de corrupción en el entorno de su baronesa.

En cambio, en el Partido Popular centralizan la narrativa en torno al PSOE. Quieren hacer del caso Koldo la gran trama de corrupción de la legislatura y el Senado como escenario de una suerte de juicio sumarísimo. Eloy Suárez presidirá la comisión en la Cámara Alta, donde estarán un grupo de quince senadores de un perfil combativo, destacando, entre otros, el número dos de Ayuso, Alfonso Serrano. La orden de Génova pasa por levantar todas las alfombras y, para ello, harán valer su mayoría absoluta para elevar el ruido con las citaciones de pesos pesados del Ejecutivo de Sánchez e incluso aireando la posibilidad de que también comparezca su mujer, Begoña Gómez.

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