Sin sobresaltos, sin sorpresas de última hora y bajo la atenta mirada de algunos protagonistas del procés, como Oriol Junqueras. Esta vez sí. El acuerdo a tres bandas por la amnistía entre PSOE, Junts y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha cristalizado en el Congreso de los Diputados este jueves, una semana y un día después de su rúbrica, en un pleno monográfico. Aun con todo atado, la jornada en la Carrera de San Jerónimo no ha estado exenta de tensión, máxime tras el anuncio de adelanto electoral en Cataluña que ha provocado la renuncia expresa del Gobierno a tramitar los Presupuestos Generales del Estado para este 2024.

La actualidad política ha fagocitado a una amnistía acostumbrada al calor del foco mediático. La convocatoria de elecciones en Cataluña, fijadas para el próximo 12 de mayo, sumado a la renuncia del Gobierno a sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2024. La derecha no ha soltado el hueso con la medida de gracia, calificándola como una “traición” y “humillación” a todo un país. Una “felonía” que responde a apuntalar al presidente en el Gobierno, aunque hay quien ha aprovechado para certificar la muerte de la legislatura, como ha hecho un Partido Popular que ha reiterado que hará valer su mayoría absoluta en el Senado para “torpedear” el camino de la medida de gracia, cuya próxima parada será la Cámara Alta.

Con el voto favorable de 178 diputados, el Congreso de los Diputados ha apostado por enterrar el conflicto en Cataluña y abrir paso a una “nueva política” de diálogo y consenso que sacará del cauce judicial “lo que nunca debió” de salir de la política. Ha sido el consenso de todo el bloque de la investidura al unísono, aunque el sector independentista ha exhibido sus recelos a la eventual “prevaricación” que pueda derivar de los tribunales. “El tiempo nos lo dirá”, sugería en su intervención el parlamentario de EH Bildu Jon Inarritu.

El temor al “lawfare” y a las posibles derivadas de la judicatura lo ha especificado en primer término Martina Velarde desde la tribuna. La parlamentaria de Podemos dedicó su turno de intervención a advertir al Partido Socialista. Si bien ha identificado al PP como el “principal problema” de todo lo sucedido en Cataluña, en consonancia con sus “aliados de la ultraderecha”, ha deslizado que parte de esa responsabilidad recae sobre los socialistas. Por ello, ha urgido a la formación progresista a acometer la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y así cercenar los hilos conservadores “de la judicatura”.

Aviso a navegantes

La sintonía en el bloque de la investidura no es tal cuando los ojos se posan en el horizonte. El “punto y final” que supone la amnistía para algunas fuerzas se diluye en la falta de confianza que aún reside en el fuero independentista catalán. Republicanos y neoconvergentes, ataviados ya con el mono preelectoral, no comparten los máximos del resto de los aliados.

Para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) la amnistía no es sino el primer peldaño en la escalera que conduce al referéndum de autodeterminación. Junts coincide en que tan sólo “se pasa página a la represión” de aquellos turbulentos días del proceso separatista. Sendos actores han exhibido cierta sintonía en sus intervenciones, amén de los golpes de pecho de los neoconvergentes, que se arrogan la victoria de esta “primera gran ley” de la legislatura. “Manteniendo una posición de firmeza se avanza de verdad”, ha celebrado desde el atril Josep María Cervera Pinart durante su turno de intervención. Alusión expresa a su primer rechazo.

Junts y ERC han clarificado que la amnistía no el final del camino, sino una mera parada antes de alcanzar la cima. “Era condición de posibilidad, pero no suficiente”, apostillaba la republicana Pilar Vallugera desde la tribuna. Fijaba el máximo de la autodeterminación, pero encapsulándolo en los “conductos democráticos, pacíficos, cívicos y dialogados”. “No vamos a dejar de reclamarlo”, insistía.

Enmienda al fracaso

El PSOE, en cambio, no piensa tan a largo plazo. Centraliza el foco en el éxito de la amnistía, que, adelantos electorales o Presupuestos mediante, no hace sino consolidar la legislatura. Más allá de los avisos del independentismo catalán, para Patxi López supone el culmen de la agenda política del Gobierno en Cataluña. Un despliegue legislativo desarrollado para contener y neutralizar el “fracaso” de las recetas de la “ausencia” del Partido Popular.

El portavoz socialista apuntó hacia Génova como único titular del enfrentamiento entre los catalanes y de estos con el resto del país. El Ejecutivo de coalición se ha tenido que “arremangar” ante lo que entendieron como una obligación para “arreglar lo que estropeó” la administración e Mariano Rajoy. “Tomamos la iniciativa”, ha presumido, apelando a la “valentía” socialista para tramitar una “controvertida y muy atacada” ley. Como ya hicieron con los indultos o la mesa de diálogo a pesar de ser el foco de los “insultos, las descalificaciones, señalamientos, amenazas e incluso agresiones” de la derecha.

Un libro de recetas, el del Partido Popular, que no es sino una colección de “incoherencias” y en las pataletas. Así lo han retratado desde la tribuna los diferentes grupos parlamentarios. Utilizando todo tipo de “estrategias”, incluso dilatando tiempos en el Senado con reformas del reglamento, los conservadores han buscado “torpedear” la proposición de ley.

No obstante, hay quien ha sembrado la duda de lo que ocurrirá en un futuro, amparándose en los indultos que incluso llegó a manejar el propio Feijóo como pago en su fallida tentativa de investidura. “Han ido todo este tiempo de farol”, ironizaban miembros del bloque de la investidura. Aunque hay quien a la incoherencia del PP lo ha calificado directamente como “política de la mentira”, como Enrique Santiago; que se ha retrotraído al perdón fiscal a los “ricos”. “La amnistía, cuando quieren”, remachaba.

Un clavo ardiendo

Todas las fuerzas políticas coincidían en que la amnistía era la ley “más importante de la legislatura”, pero hay quien se atrevía a aventurar que también era “la última”. El propietario de esta profecía es Alberto Núñez Feijóo, quien ha optado por orillar la medida de gracia y aferrarse al clavo ardiendo de las elecciones en Cataluña. Génova ha empaquetado el adelanto como una metáfora de la debilidad del Gobierno, quien tuvo que renunciar de manera inmediata al proyecto de Presupuestos para este curso.

Moncloa prorrogará las cuentas públicas, mientras focalizará todo el trabajo en el próximo ejercicio. Al contrario de lo que transmiten desde el ala conservadora, desde la órbita del Gobierno neutralizan la alegría que airea la derecha. Nada cambiará la acción legislativa del Ejecutivo. Pero Feijóo insiste en que Cataluña, irónicamente, será la tumba de la coalición progresista y forzará una nueva cita con las urnas en todo el país. “Esta ley es la más importante, pero la última probablemente”, profetizaba el l líder de la oposición, al tiempo que prometía una robusta candidatura del PPC para dar cobijo a todos los catalanes.

Más allá de las monedas al aire que lanza el líder de la oposición, ha acusado al Gobierno de “dividir” Cataluña en dos con un articulado que no supone sino la “sumisión” del Estado. Aunque con una retórica más inflamada, esta misma linde ha seguido Santiago Abascal, quien incluso agitaba la conspiración de una España “gobernada por Mohamed VI y Carles Puigdemont”.

El ultraderechista evitó redundar en argumentos de perfil técnico, orientando su narrativa hacia el exabrupto, hasta el punto de calificar a Sánchez como “el líder de una banda de forajidos que humillan a los españoles”. Momento que recordó a aquella intervención lejana de Albert Rivera, entonces líder del cuasi extinto Ciudadanos, e incluso dejó algún homenaje a Pablo Iglesias al dibujar como “casta privilegiada” a los futuros amnistiados.

Soflamas, amenazas y chanzas que no hacen sino evidenciar la debilidad parlamentaria de una derecha carcomida por la ultraderecha. Incluso el propio Abascal auguraba que su homólogo popular “diría lo mismo” que él, aunque con la suavidad implícita al que “pastelea por puestos en TVE”.

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