Embarrada sesión de control en el Congreso de los Diputados. El PP preparó el pleno para arrinconar al PSOE con el caso Koldo, sin esperar que 24 horas antes estallase el escándalo del novio de Isabel Díaz Ayuso. Envuelta en un manto de gruesa tensión, las acusaciones iban y venían. Desde la bancada azul a la popular y viceversa. Pese a no adentrarse en los casos de corrupción, el enfrentamiento de Cayetana Álvarez de Toledo con la ministra portavoz, Pilar Alegría, no ha estado exento de barro después de que la conservadora le preguntara sobre qué es la reconciliación. Un interrogante que la titular de Educación, Formación Profesional y Deportes ha despachado con la trayectoria de la parlamentaria en Génova, basada en una “relación amor-odio” con todos los líderes del partido.

La portavoz parlamentaria del PP en la Comisión Constitucional del Congreso ha arremetido contra el Ejecutivo a costa de la palabra “reconciliación”, un argumento que desde Moncloa han blandido desde que la amnistía comenzó a erigirse como opción tras el verano de 2023. “Un bulo envuelto en un embuste dentro de una trola”, argumentaba desde su escaño la que en tiempos fue cabeza visible conservadora en la Cámara Baja. La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha recordado que la corrupción es la práctica diaria de los populares, mientras recurría a la “relación” de Álvarez de Toledo con todos los líderes de su formación con los que ha coincidido.

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El historial de la hispanoargentina en Génova es lo más parecido a una noria. De la cúspide, al exilio o a las filas traseras de la bancada del PP en el Congreso de los Diputados. Con arreglo a este currículum, Alegría ha ejemplificado el significado de la palabra “reconciliación”. “No entiende la palabra, aunque me queda claro que no me preguntará nunca que sí forman del acerbo de su partido: ‘comisionar’, ‘defraudar’, ‘polarizar’, ‘asediar’, ‘privatizar’, ‘censurar’, ‘enfrentar’ o ‘cobrar’. Preferiblemente en B, que es como pagaron la sede de Génova”, comenzó la titular de Educación.

Alegría ha resaltado la “guasa” que le ha producido la pregunta de Álvarez de Toledo sobre lo que significa “reconciliación”. “Bastaba con mirar su trayectoria política en el PP. Ha estado basada en esa relación amor-odio, odio-amor, odio-deslealtad… Con todo lo que usted ha dicho del señor Casado, del señor Rajoy e incluso del señor Feijóo”, ha espetado la portavoz del Ejecutivo, al tiempo que se refería a la parlamentaria conservadora como una “diputada reconciliada” que unas veces se ha presentado por Madrid y otra por Barcelona.

La intervención de la conservadora ha activado el recuerdo de la ministra portavoz, que se ha retrotraído a unas declaraciones del actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, hace cuatro años, cuando se refirió a la hispanoargentina como una persona que “pierde los papeles, crispa y provoca”. “Han pasado cuatro años y no ha cambiado nada”, ha continuado la titular de Educación, mientras aconsejaba a los populares una dosis de “humildad” porque “no están para dar lecciones sobre nada ni a nadie”.

Amnistía y corrupción

La diputada conservadora ha defendido que la Comisión de Venecia ha desautorizado la ley de amnistía, a pesar de que el Gobierno haya asumido el primer borrador como trampolín para cimentar el texto de gracia sobre ello. Álvarez de Toledo asegura que el proyecto se ha redactado “a cuatro manos con un golpista” que, a la postre, está pensando ya en el siguiente paso, que identifica como el referéndum de autodeterminación de Cataluña.

“Venecia exige razones de reconciliación; a ustedes les mueve la ambición. Sánchez es el artífice de la operación de corrupción sin precedentes. Nunca antes unos políticos habían borrado los delitos de otros políticos a cambio del poder, a cambio de manejar 450 mil millones de euros. Esa es la cifra de su corrupción y Koldo, un aprendiz”, ha vociferado la portavoz del PP en la Comisión Constitucional, al tiempo que calificaba al Gobierno -y a la amnistía- como un “bulo envuelto en un embuste dentro de una trola”.

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