Al filo de la elección del nuevo presidente y primer ministro de Líbano, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, viaja este miércoles hasta la zona para trasladar el apoyo del Gobierno de España tras más de dos años de bloqueo y en el que ya está cerca la expiración del alto el fuego entre Hezbolá e Israel.

El encuentro se produce después de que el hasta ahora jefe de las Fuerzas Armadas del Líbano, Joseph Aoun, fuera elegido como presidente el jueves pasado por el Parlamento libanés, y la correspondiente formación de Gobierno por parte de Nawaf Salam, presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Ambas elecciones se producen en un momento en el que el país atraviesa una situación de inestabilidad y con multitud de cuestiones a abordar. De hecho, esto mismo fue puesto de relieve por Exteriores quien señaló en un comunicado que esta elección era necesaria no sólo para garantizar una mayor estabilidad en el país sino también “para abordar los retos políticos, económicos y sociales”.

Lo cierto es que el país arrastra la situación desde que en agosto de 2020 se produjo la explosión en el puerto de Beirut, que vino a sumarse a la situación ya complicada por la pandemia y la crisis política que acabó con el mandato de Michel Aoun en octubre de 2022, dejando así el Gobierno de Nayib Mikati en funciones. 

En esta misma línea, el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 también contribuyó al agravamiento de la situación, a partir del cual la tensión entre Hezbolá e Israel no ha cesado. De hecho, el choque entre el partido milicia y el ejército israelí se recrudeció el pasado mes de septiembre cuando estos últimos bombardearon posiciones de Hezbolá y también en Beirut en respuesta a los lanzamientos de proyectiles de la milicia.

La muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en uno de estos bombardeos junto a la pérdida de cientos de combatientes llevó al grupo chií, clave en la política libanesa, a acceder a un alto el fuego con Israel el pasado 27 de octubre, en virtud del cual, retirará sus tropas del sur de Líbano, permitiendo que las Fuerzas Armadas libanesas asuman el control, a cambio de la salida del Ejército israelí de esta zona.

El anuncio del alto fuego

Por su parte, la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (FINUL), en la que España tiene desplegado un contingente de más de 600 efectivos y cuyo comandante es el general español Aroldo Lázaro, deberá acompañar a las Fuerzas Armadas en su despliegue en el sur y velar por el cumplimiento de lo acordado, en línea con su mandato definido en la resolución 1701.

En este contexto, Albares aterriza este mismo miércoles a Beirut con la intención de conocer de primera mano la situación actual en el país, las perspectivas de un alto el fuego definitivo y cómo España puede ayudar en el futuro, sobre todo en lo relativo a la reconstrucción. Su agenda prevé encuentros con Aoun y con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, así como con el primer ministro saliente y el ministro de Exteriores saliente, Bou Habib, toda vez que Salam aún no ha conformado el nuevo Ejecutivo.

También tendrá ocasión de mantener un encuentro con el general Lázaro para abordar la labor que está haciendo la FINUL y cómo se está implementando en el terreno el alto el fuego. El Gobierno ha venido defendiendo en todo momento el rol de la FINUL, muy criticada por Israel que llegó a pedir su retirada, y ha dejado claro que está dispuesto a enviar más efectivos en un futuro si fuera necesario.

Damasco, la segunda parada de Albares

Al margen de todo ello, el titular de la cartera de Exteriores también visitará Damasco para reunirse con las nuevas autoridades del país, incluido con el 'hombre fuerte', Ahmed al Shara, líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) que encabezó la ofensiva del pasado mes de diciembre junto a grupos rebeldes sirios que acabó con 50 años de dictadura de la familia Al Assad en Siria.

En esta línea, Albares ha adelantado que en la nueva Siria se deben respetar los derechos de las mujeres y todas las minorías, tanto étnicas (en referencia sobre todo a los kurdos) como religiosas (alauíes, cristianos y drusos). También debe preservarse la integridad territorial del país y no debe haber interferencias extranjeras, en referencia al hecho de que el régimen de Al Assad dependía en gran medida de Irán, que desplegó milicias chiíes en suelo sirio para sostenerle.

De darse estas circunstancias, ha dicho el jefe de la diplomacia, España estaría dispuesta a apoyar el levantamiento parcial de las sanciones que en su día impuso la UE a Siria. De hecho, junto con Alemania, Francia, Finlandia, Dinamarca y Países Bajos han presentado una propuesta en este sentido para un alivio condicionado de las sanciones económicas, financieras y energéticas.

Visita humanitaria

En este orden de cosas, Albares también tiene previsto visitar el Hospital Baabda, acompañado del director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Antón Leis, donde mantendrá también un encuentro con algunas de las organizaciones que han activado convenios de emergencia en Líbano como Cruz Roja, Acción contra el hambre, Intermón Oxfam, Cáritas y Save the Children.

Durante la visita que realizó en enero de 2024 a Beirut, el ministro de Asuntos Exteriores ya anunció que España iba a destinar 30 millones de euros en los próximos tres años a Líbano, cuadruplicando así la ayuda al desarrollo a este país.

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