El exministro de Transportes, José Luís Ábalos, acudió la semana pasada al Tribunal Supremo donde declaro como investigado por favorecer presuntamente a empresas privadas con contratos públicos a cambio de mordidas. Durante el interrogatorio que duro algo más de media hora, Ábalos respondió, entre titubeos y dudas, a las preguntas del juez sobre las ultimas acusaciones del supuesto cabecilla de la trama, Víctor Aldama, que afirma haber alquilado dos pisos para que él y su exasesor, Koldo García, mantuvieran encuentros con prostitutas. “Yo creo que no me acuerdo” contesto el exministro a la pregunta del instructor, Leopoldo Puente, sobre si había estado en uno de esos pisos.

El interrogatorio inició con el magistrado preguntando a Ábalos si había asistido a alguna reunión de trabajo en uno de los pisos que Aldama o Koldo García aseguran haber alquilado para él. El exministro aseguró no haber acudido a los pisos alquilados por el empresario. El investigado contestó que su asesor se encargaba de reservar hoteles porque “trabajaba” haciendo esas gestiones, aunque afirma que no recuerda y desconoce haber asistido a reuniones en pisos organizadas por él.

El magistrado se refirió entonces a un piso concreto, el número 25 de la calle Atocha de Madrid, sobre el que Aldama dijo el pasado 22 de enero en una entrevista en la Cope: “Ese piso lo pago yo y lo busco yo para encuentros con señoritas que nada que tienen que ver con una reunión empresarial”. El empresario aporto días después ante el Supremo un recibo de alquiler que confirmaría el arrendamiento de este entre la tarde del 9 de noviembre de 2018 a la mañana del día posterior.

Ante las preguntas del instructor, Ábalos respondió que no recordaba haber estado en ese piso mientras ejercía su cargo de ministro a lo que el juez pregunto: “¿No estuvo o no lo recuerda? Son dos cosas distintas”. “No. Yo creo que no me acuerdo” fue la respuesta final del que fue el número tres del PSOE.

Sobre el segundo piso ubicado en el número 44 de la calle Ayala de Madrid, Ábalos aseguro que “no estaba allí”. El juez quiso recordar al investigado que tiene derecho a no contestar a las preguntas que se le formulen. “No tengo ningún recuerdo ni constancia de eso”, contesto entonces el exministro y, califico, además, de “inverosímil” que él se “metiera en su piso por ahí”.

Ábalos obligado a comparecer cada dos semanas

El exministro de Transportes tuvo que volver una vez más al banquillo el jueves pasado en un segundo interrogatorio para completar su comparecencia del pasado diciembre. El acusado repitió sus declaraciones pasadas negando todo tipo de irregularidades atribuidas a los implicados. Ábalos negó haber tenido alguna participación en la presunta red que se lucró con contratos de mascarillas amañados. El exministro ha situado a Víctor de Aldama como uno de los principales responsables de la trama. 

Tras las declaraciones de Ábalos, el juez tomó medidas cautelares entre las cuales prohíbe al exministro abandonar el país, con la retirada de su pasaporte, y la obligación de acudir a declarar cada quince días en la Secretaría de la Sala Penal del Tribunal. La defensa del acusado se ha mostrado en contra de aplicar estas medidas, alegando que no existen indicios de criminalidad contra el acusado ya que ha declarado de forma voluntaria en la causa. 

Por su parte, el juez aseguró que aún persisten indicios de una posible comisión por parte de Ábalos que podrían corroborar la implicación del exministro en los delitos de tráfico de influencias e integración en una organización criminal. El magistrado justificó que las medidas cautelares "resultan precisas" por "la particular gravedad de los hechos delictivos" atribuidos al investigado. 

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