Víctor de Aldama, ese señor que se ha erigido como la garganta profunda en contra del Gobierno de Pedro Sánchez. Una garganta profunda, eso sí, que no ha aportado una sola prueba, pero que fue excarcelado con una declaración judicial, cuanto menos, pobre. Ese señor que tiene o, al menos hasta hoy, tenía un beneplácito que ningún acusado de corrupción ha tenido por parte de la Fiscalía Anticorrupción que dirige con puño de hierro el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón (ironía modo on), el meñique del Ministerio Público. Un beneplácito por ser la María Callas de marca blanca cuya interpretación del aria de Madame Butterfly contra el exministro José Luis Ábalos y el resto del Gobierno de Sánchez aplaudieron Luzón y los suyos hasta decir basta.

Sí, Víctor de Aldama, ese ‘presunto’ corrupto -no hay sentencia- que nos ha robado a todos 182 millones de euros en un fraude de IVA… ojo que no lo digo yo, lectores, sino la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), y un señoría de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, que lo mandó al chiquero (Soto del Real) y que se vio obligado a excarcelarlo gracias a Meñique y los suyos. Ese hombre que concede una entrevista radiofónica en la COPE que es desmentida por la misma Anticorrupción que casi lo santifica en menos de cinco minutos, algo que personalmente, lectores, me ha dejado loca habida cuenta del rendibú al que se estaban sometiendo en esa Fiscalía con el susodicho. Y sí, y ahora viene lo jocoso, la super fuente de información del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo para atacar a Sánchez.

Lo que tiene llevar como periodista de tribunales más años que un bosque es que puedes decir, casi sin temor a equivocarte, que en el PP han acogido a Víctor de Aldama como su Luis Bárcenas personal. Tienen sueños pensando en que a Pedro Sánchez le ocurra lo mismo que a Mariano Rajoy con sus declaraciones. Es decir, lectores, que caiga su gobierno.

Pero por desgracia para Alberto Núñez Feijóo y sus acólitos, el señor Aldama se parece muchísimo más al comisario jubilado José Manuel Villarejo que al extesorero del PP. Bárcenas aportó papeles que abarcaban años y años de corrupción en el seno del Partido Popular mientras Villarejo, viéndose cogido por la gónadas, decidió ‘rajar’ de todo Cristo viviente pensando que eso no solo disiparía la atención mediática de su persona, sino que le ayudaría a salir indemne o, como mínimo, menos perjudicado judicialmente hablando.

Ay, pobre Feijóo, y pobres portavoces del PP, que eleven a la categoría de realidad lo dicho por una persona acusada no en uno, sino en dos casos muy gordos. Y de verdad que hasta dan lástima, pero la lástima que nunca debería dar un político. Y es que Feijóo aun no ha asumido que ha perdido las elecciones y trata de quitarle el sillón en la Moncloa a Sánchez por lo civil o por lo criminal, pero lo que no asumen, ni él ni los suyos, es la vergüenza ajena que supone verle dar credibilidad a un acusado de corrupción al que la Fiscalía ha desmentido en menos de cinco minutos. Él sabrá qué hace, pero para los viejos de lugar, esta mañana ha sido como estar viendo una película de los Monty phyton, muchas risas derivadas de un guion surrealista. Solo nos faltado por ver a la bestia de Caerbannog… sí lectores, ese conejito blanco.