El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha negado este martes que sus mensajes al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en prisión por la Operación Lezo, se refieran a “cuestiones judiciales” al escribirle que esperaba que se cerrasen “los líos”.

En declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso tras la sesión de control al Gobierno, Catalá ha asegurado que sus conversaciones con González en noviembre de 2016 se referían a la situación política de España, transmitiendo su “deseo” de que el país tuviese “pronto estabilidad” porque llevaban ya un año con el Gobierno en funciones y que “en absoluto” se refería “a cuestiones que tengan que ver con el señor González”.

Catalá ha explicado también que mantenía una relación con González meramente profesional y, en cualquier caso, “no una relación de amistad”, asegurando que “nunca” el expresidente le ha pedido ayuda para solucionar sus problemas con la justicia.

Carga contra el PSOE

En esa sesión de control, tanto el PSOE como Podemos han pedido la dimisión del ministro, así como que quedasen bacantes los puestos del fiscal general del Estado y del fiscal Anticorrupción.

En respuesta a estas reclamaciones, Catalá se ha defendido atacando y asegurando que no se había hecho nada ilegal y que los socialistas se habían alineado con las posiciones más radicales.