Durante la reunión con su Junta Directiva Nacional, Mariano Rajoy hizo una lectura complaciente del daño electoral que les había causado la corrupción. Interpretó que ese daño estaba empezando a cambiar porque obtuvieron más respaldo el 26J que el 20D, aunque también se mostró dispuesto a avanzar en medidas contra esa lacra. Mucha tarea tiene por delante y más en pleno juicio Gürtel, porque la percepción de la corrupción pública entre los españoles está en niveles alarmantes. 

El país más preocupado por la corrupción después de Moldavia
Transparencia Internacional ha difundido este miércoles los datos de su Barómetro Global de la Corrupción 2016  y las conclusiones son demoledoras. El presidente de la plataforma, Jesús Lizcano, ha resumido durante la presentación que dos de cada tres españoles está preocupado por la corrupción y el 80 por ciento piensa que la actuación del Gobierno es "mala o muy mala" frente a ella. Ha explicado que la encuesta se ha hecho en 42 países de Europa y Asia Central entre noviembre de 2015 y julio de 2016 y, concretamente en España, entre diciembre del año pasado y enero de éste a más de 60.000 personas. Según esta "radiografía de la corrupción" ésta se percibe en España como un "problema muy importante", ya que es el segundo país tras Moldavia más preocupado por el asunto. 

Lizcano, según ha recogido EFE, advierte de que esta preocupación genera "desconfianza de los ciudadanos" y un alejamiento de su clase política. A diferencia de la mayoría del resto de los países encuestados, los españoles perciben la corrupción en la clase política, mientras que a los funcionarios no les consideran "contaminados".

Mala percepción del presidente y de la evolución del problema
La letra pequeña del barómetro incluye datos todavía más preocupantes para Rajoy y todo el Congreso. El 55% de los encuestados piensa que la oficina del presidente está relacionada con la corrupción. El 37% cree que lo están los miembros del Parlamento, el 31% los directivos de empresa y el 29% los concejales de gobiernos locales. Un 3% de los preguntados incluso admite haber pagado un soborno en el último año. 

Lo que se percibe en cuanto a la evolución de la corrupción tampoco es buena: el 47% piensa que ha aumentado, el 37% que se ha mantenido constante y el 15% que ha disminuido.