Dolors Montserrat ha ido cobrando protagonismo en los últimos tiempos en el PP. Formó parte de la mesa negociadora con Ciudadanos. La nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, tendrá que lidiar con las reivindicaciones de la oposición para que derogue o al menos suavice la reforma sanitaria aprobada en 2012 y con los reclamos de los profesionales sanitarios y de los pacientes.

Una de las cuestiones que Montserrat tendrá que afrontar será concretar la forma de devolver la asistencia sanitaria en atención primaria a los inmigrantes en situación irregular, retirada en 2012 con la reforma sanitaria aprobada por Ana Mato, ya que hasta el momento no se ha llegado a un acuerdo con las comunidades sobre la manera de articularla.

También tendrá que enfrentarse a las exigencias de varios grupos de la oposición, que ya han anunciado que reclamarán el fin del copago farmacéutico, incluido en la reforma, para los colectivos más vulnerables como pensionistas o enfermos crónicos.

Otro de los frentes abiertos en el Ministerio es la temporalidad del empleo en el SNS, después de la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que declara contrarios al derecho comunitario los contratos temporales en este ámbito.

Fue vicepresidenta segunda del Congreso en la anterior legislatura con Celia Villalobos y no se le recuerda ninguna iniciativa relevante de aquella etapa. Sí se la recuerda defendiendo a su jefa, tras ser pillada jugando al Frozen Free Halls. "La gente puede hacer lo que quiera mientras esté escuchando. Hay personas que podemos hacer dos cosas a la vez".

Cercana a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, su nombre sonó con fuerza para sustitur a Alicia Sánchez-Camacho en el PP catalán.