El País ha ratificado este miércoles la información de El Mundo, de este martes, en la que se asegura que Pedro Sánchez pidió al presidente de Telefónica, empresa accionista del diario de PRISA, que intercediera para “frenar la hostilidad” hacia él por parte de El País.

En un editorial, hoy, El País responde así a las acusaciones del exsecretario general del PSOE que, en el programa Salvados habló de presiones por parte del presidente de Telefónica, César Alierta, y del periódico de PRISA para que no formara Gobierno con Podemos y los independentistas.

"Falta de cultura democrática"

Según afirma El País, con la “revelación” de El Mundo “se pone de manifiesto la completa ausencia de cultura democrática de quien por dos veces ha encabezado, con pésimos resultados, la candidatura electoral de los socialistas”. 

“Ejercer presión desde el poder político sobre las empresas y accionistas de medios de comunicación, para torcer o manipular sus posiciones editoriales, es algo común en los regímenes autoritarios pero constituye un acto inaceptable que descalifica por completo a quien aspiraba nada menos que a presidir el Gobierno de España”, dice el editorial de PRISA.

Admite reuniones con Sánchez

El País añade que “confundir el derecho de los medios de comunicación a tener una línea editorial y expresarla libremente con el ejercicio de una presión inmoral e ilegítima sobre los partidos políticos solo puede deberse a la ignorancia acerca del papel de los medios de comunicación en una democracia o, peor aún, a una mala fe deliberada al servicio de intereses y estrategias puramente personales”.

El diario admite “reuniones con directivos de El País”, en las que "se le dijo lo mismo que este diario ha manifestado de forma pública, reiterada y con toda claridad en sus editoriales y que, por tanto, es de sobra conocido por nuestros lectores y la opinión pública: que, tras los resultados electorales conocidos, un Gobierno alternativo al minoritario del Partido Popular solo era posible desde el punto de vista aritmético si contaba con el apoyo no solo de Podemos, sino también de los partidos independentistas, lo que nos parecía una solución perniciosa para los intereses de los ciudadanos, aunque saciara el apetito personal de Sánchez de ocupar el poder”.