Rafael Tarradas Bultó (Barcelona, 1977), es uno de los fenómenos editoriales más llamativos de los últimos años. En 2019 se lanzó a escribir la historia de su familia con la intención de hacer un regalo navideño. El escritor es nieto de Paco Bultó, fundador de las marcas de motos Bultaco y Montesa, primo del motociclista Sete Gibernau y sobrino del fallecido Álvaro Bultó, por citar a algunos de los más conocidos miembros de la saga de los Bultó-Sagnier. Su entorno le animó a autopublicarlo en Amazon para cubrir los costes de la edición (70 euros por ejemplar), y ‘El heredero’, que es como tituló su primera novela, saltó a la lista de los más vendidos. Una de sus primeras lectoras fue Rosa Pérez, editora de Espasa Calpe, qe le propuso publicar a lo grande. Acumula casi sin proponérselo 180.000 lectores. y cuatro novelas en cuatro años. Acaba de sacar la última, 'El hijo del Reich' (Espasa Calpe), una apasionante historia de amor y espionaje ambientada en los convulsos tiempos de la Segunda Guerra Mundial con la que viajaremos a la España de aquellos años, supuestamente neutral que se convirtió en el epicentro del espionaje de todos los colores, la Inglaterra de las señoriales casas de campo y Argentina, lugar de destino de altos cargos nazis.
Era un estudiante muy malo que solo se me daba bien la historia y la redacción
"Si hace 10 años me hubieran preguntado si iba a estar en esta situación, jamás lo hubiese pensado, era un estudiante muy malo que solo se me daba bien la historia y la redacción", asegura el autor, en un encuentro con periodistas en el mítico restaurante Horcher de Madrid, donde nos ha convocado para hablarnos de su nueva novela. "El otro día fui a la imprenta a ver cómo salían los libros y cuando vi salir el primero, fue como un milagro. No me lo podía creer, aquí está y se me saltaron las lágrimas", nos confiesa emocionado.
El germen de la novela: la historia de Unity Mitford
'El hijo del Reich' cuenta la huida desesperada de Daisy García junto a su hijo, un niño de 5 años, fruto de la violación que sufrió en Múnich por parte de un alto mando nazi, cuando ella trabajaba como doncella de una aristócrata inglesa muy cercana a Hitler. En este viaje de supervivencia, el autor abordará la guerra secreta contra el nazismo y recuperará episodios poco tratados en la novela histórica, como la fascinación por el fascismo de una parte de la aristocracia inglesa. Es el caso de las hermanas Mitford, en especial Unity Mitford, cuya historia fue el germen de la novela.
Un intento fallido de suicidio por amor a Hitler
Unity, llegó a formar parte del círculo más íntimo de Hitler y se ha dicho incluso que fue su amante. La joven se instaló en Alemania y no pudo soportar que el Reino Unido declarara la guerra al país que admiraba. Se intentó suicidar pegándose un tiro en la cabeza, pero sobrevivió quedando, eso sí, discapacitada de por vida. “Permitieron que regresara a Inglaterra y las fotos de su llegada, en una camilla gigantesca, me dio la idea de qué hubiese pasado si esta chica se hubiera quedado en estado de un alto mando nazi, como era su deseo”, explica.
‘El hijo del Reich’ nos traslada a la Segunda Guerra Mundial y a la labor de espías y agentes dobles, tanto en el Reino Unido como en España. Nuestro país fue un nido de espías nazis. Los mejores hoteles y restaurantes como Horcher, de origen alemán, se convirtieron en punto de encuentro de estos infiltrados de los servicios secretos de todos los colores. La delegación más importante de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazi, estuvo en Madrid", subraya Tarradas, que justifica este fenómeno con la postura no beligerante del régimen de Franco hacia Hitler y nuestra situación estratégica, con el estrecho de Gibraltar, lo que les permitiría controlar el acceso al Mediterráneo y a África.
Las ratlines, una ruta de escape para altos mandos nazis
La figura de Félix Zurita, uno de los protagonistas masculinos, introduce una subtrama relacionada con las "ratlines", las rutas de escape que los nazis planificaban por si la guerra se volvía en su contra. Este joven español, con contactos en diversas embajadas, es reclutado para organizar una de estas vías de huida para una importante familia del Tercer Reich. "Los alemanes son muy previsores y organizaron estas rutas mucho antes de que nadie pensara que podían perder la guerra", explica Tarradas, destacando la relevancia histórica de estos planes de escape que, en muchos casos, llevaron a altos cargos nazis a refugiarse en América Latina tras la caída de Alemania.
Las guerras muestran cómo realmente somos
El autor ofrece una trama que cautiva, llena de acción, al tiempo que reflexiona sobre cómo, en situaciones límite, sale a la luz lo mejor y lo peor de las personas poniendo a prueba la lealtad, la amistad, el amor y el deber. "Las guerras muestran cómo realmente somos", afirma Tarradas, subrayando que los personajes de su novela se enfrentan a dilemas sobre los que no pueden mirar a otro lado.
"Durante las guerras somos realmente quienes somos y durante la paz somos quienes queremos ser.", enfatiza. Sus personajes se implican totalmente en esta trama. Es el caso de Félix, quien se mete en la trama en busca de aventura y, cuando se da cuenta del alcance de su misión, tendrá que tomar partido. "No me gusta la gente que no lo hace y que nunca se enfrenta a nadie. En este libro tenemos a españoles que se mojan en una guerra que no es la suya, aunque las consecuencias de la victoria de uno u otro bando se iban a dejar notar en el mundo entero”, comenta Tarradas.
"Creo que en los momentos de incertidumbre hay gente que tira hacia los extremos, y los extremos de ambos lados", aseguró, preguntado por el ascenso de la ultraderecha en Alemania. En su opinión, todos debemos esforzarnos por ser más tolerantes con los que no piensan como nosotros, dialogar e intentar entendernos, aunque tengamos ideas políticas contrarias. "Si te esfuerzas puedes encontrar un nexo", subrayó. Él lo practica en su día a día, su único límite es la violencia terrorista, algo que, "desgraciadamente", ha tenido que vivir en su familia, comentó, en referencia a la muerte de su tío abuelo José María Bultó Marqués, asesinado con una bomba lapa en 1977 por el Exèrcit Popular Català (EPOCA), un atentado que conmocionó a la sociedad española en los primeros años de la Transición.
El método Rafael Tarradas Bultó
¿Cómo consigue un escritor novel (aunque cada vez menos novel), producir tanto? Asegura que escribe al menos dos horas diarias, aunque luego no sirva para nada y acabe en una papelera. Además, trata de no aburrir al lector con un exceso de los detalles históricos. "Mis libros son novelas, no ensayos", aclara. Cree que una de las claves de su éxito está en el equilibrio casi matemático entre desgracia y momentos felices, evitando que la “angustia del lector” sea una constante. “Siempre hay un balance entre las partes positivas y las negativas, incluso en los momentos más oscuros, pasan cosas buenas”, argumenta.
Rafael Tarradas Bultó es un escritor muy cinematográfico. No sólo nos sitúa en otra época, sino que nos traslada a diferentes escenarios con gran precisión. “No soy buenísimo en nada, pero tengo muchísima memoria fotográfica, una cualidad muy útil para poder hacer este viaje que propongo a través de los libros". A través de las páginas de 'El hijo del Reich' visitaremos las mansiones de campo de la aristocracia inglesa, algunas de las cuales se convirtieron en lugar de acogida de los niños que huían de los bombardeos de Londres. Pasaremos también por el Madrid de 1939 y seguiremos la ruta diseñada por Félix Zurita para poner a salvo a los jerarcas del régimen nazi, con parada, entre otros puntos, en la abadía benedictina de Montserrat, donde Heinrich Himmler, uno de los lugartenientes de Hitler, acudió en busca del Santo Grial. Por último, este viaje en el tiempo nos trasladará a la Patagonia argentina. No es casual la elección de este sitio, era uno de los destinos finales de las ratlines para que los altos mandos nazis se hicieran invisibles al mundo tras perder la guerra.
Como es habitual en las obras de Tarradas, hay guiños a su familia en la novela. Pat, el hijo de Daisy, se llama como su hermano y el niño que aparece en la portada del libro -por cierto, diseñada por él con todo lujo de detalles-, es uno de sus sobrinos. "Mi familia está encantada de salir", nos confiesa, y asegura que hay alguno que se queja de que todavía no lo ha sacado.