El narrador y ensayista vasco-asturiano, Pedro Antonio Curto, ofrece su nueva novela Blues de los cuchillos (Ilíada ediciones, 2021), una obra sobre el mundo del circo y la traición como tema. En este diálogo el autor habla de sus personajes, todos al margen de lo establecido, pero también fija posición sobre cierta moda de convertirse en “escritor funcionario” sin serlo de profesión u obligación, como sí fue el caso de Franz Kafka, creador que, a pesar de ello, “se convirtió en literatura para poder escarbar en las partes ocultas de la realidad”.

Blues de los cuchillos

"La traición, como la fidelidad y la entrega, son una parte del ser humano"

Edgar Borges: - ¿Qué cuenta el Blues de los cuchillos?
Pedro Antonio Curto: - Aunque hay una historia central que gira en torno a tres personajes, lo planteo como una especie de largo pasillo donde hay puertas diferentes, a uno y otro lado, que se abren a cuestiones como la exploración de los límites de la pasión, la violencia que puede tener esa pasión, aunque sea simbólica y limitada, el arte como una forma de vida, como este se vive en el marco social, el circo como uno de los últimos nomadismos y se enfrenta al mundo sedentario que en general representa lo establecido. Es la invitación a entrar en un laberinto.

E.B: - El circo opera en tu novela como un entramado, casi que como el espacio constante donde de ven reflejados los personajes. ¿Es una alegoría a la sociedad actual?
P.A.C: -Tiene algo de eso, pero también es un mundo al margen. Todos hemos visto que cuando se instala un circo en una ciudad a su lado están las roulotte que son sus casas ambulantes y suele haber un colegio, entre otras cosas. Es un microcosmos y como suele pasar en los espacios cerrados o circulares, las vivencias y los conflictos son más intensos, tanto en su aspecto negativo como positivo.

E.B: -  La traición es el cuchillo invisible de esta y de otras de tus historias.  ¿Es la traición un cuchillo más peligroso que un arma blanca?
P.A.C: - La traición, como la fidelidad y la entrega, son una parte del ser humano. Podemos amar, porque podemos traicionar. Es una cuestión compleja y no siempre negativa, aunque tiene un gran poder de destrucción. Además, somos parte de la cultura judeocristiana que ha plasmado la figura del gran traidor, Judas, y lo que hizo fue entregar a su líder rebelde, Jesús de Nazaret, al poder. Sin embargo, es algo que hoy se hace y se aplaude. Creo que en mi novela la traición es una figura ambivalente, está en los cuchillos porque en los cuchillos está todo. Además, habría que preguntarse: ¿Vivir los impulsos de eros se puede considerar una traición? Para Roberto Arlt, la traición, era el gran tema, figura en casi todas sus obras.

E.B: - Tu nuevo libro está lleno de personajes que parecen vivir contra el mundo que los ha engendrado. Háblame del lanzador de cuchillos.
P.A.C: - Más que contra el mundo, viven al margen del mundo, son seres nómadas y no solo porque no vivan en un lugar fijo. El lanzador de cuchillos es un personaje que va más allá de quien viste su piel, Fernando, en buena medida es una construcción de Yamile. Quizás sin ella, sin la interrelación que hay entre los dos, no es posible Donan Pher, el lanzador de cuchillos.

"Las dictaduras de lo políticamente correcto están estrechando el margen de la creación. Hay quien dice que una novela como Lolita sería imposible hoy"

E.B: - Tu literatura nunca ha sido complaciente con las tendencias de moda; sin embargo, con esta novela percibo que menos aún lo eres. Como si te hubieras radicalizado en forma y fondo, pero también en cuanto a editorial, te fuiste por otras búsquedas. ¿Es la radicalidad lo que mueve tu evolución literaria?
P.A.C: - Puede que sí, entendiendo radicalidad como ir a la raíz de las cosas. Dado que en otros marcos la cuestión es muy difícil y compleja, la literatura te permite poner en cuestión cosas que la realidad existente no te permite. Por desgracia las dictaduras de lo políticamente correcto están estrechando el margen de la creación. Hay quien dice que una novela como Lolita sería imposible hoy.

E.B: - Tú ganaste el premio internacional de periodismo Miguel Hernández. Eres lector de la obra del poeta y también, como lo fue él, eres crítico con la realidad que nos enseñan. ¿Qué cede la literatura cuando se vuelve solo un reflejo de lo existente?
P.A.C: - Que en realidad termina por contar los protocolos de la realidad, no contar la realidad, que es siempre poliédrica. Cervantes nos habló desde la voz de un personaje estrafalario y al margen, las novelas de caballeros han desaparecido, el Quijote no, es eterno. Miguel Hernández habló desde lo que María Zambrano llamó el pensamiento poético, que progresivamente fue radicalizando en sus contenidos existenciales hasta sus últimos momentos de vida. “Hay que matar para seguir viviendo”, es uno de los versos más estremecedores que se hayan escrito.

"Hoy domina el modelo de escritor-funcionario y no porque tengan tal profesión, sino porque se adaptan a las estructuras de una llamada industria cultural"

E.B: - Escribir para no ser un funcionario de la realidad. ¿Estás de acuerdo? (si es así, dime por qué).
P.A.C: - Kafka, que fue funcionario de profesión y por obligación, se convirtió en literatura para poder escarbar en las partes ocultas de la realidad. Curiosamente hoy domina el modelo de escritor-funcionario y no porque tengan tal profesión, sino porque se adaptan a las estructuras de una llamada industria cultural, que no es otra cosa que mercado en el peor sentido del término.