En su última novela, Enjambres (Altamarea Ediciones, 2020), Edgar Borges dibuja una realidad apocalíptica en la que una plaga de insectos voladores nubla la consciencia y provoca delirio colectivo, caos, violencia y muerte. Un grupo de padres en un intento de salvar a sus hijos los recluye de manera voluntaria en una casa situada en el interior del bosque. En una atmósfera onírica los cinco jóvenes, alienados de la realidad, intentan encontrarle sentido a la existencia ante la indiferencia, la soledad y la angustia del exilio.

"La novela tiene distintos niveles de lectura en torno a la huida de un grupo: la percepción, la memoria y el cuaderno de apuntes de María José, una adolescente que quiere escapar del mundo adulto"

A decir del autor, en Enjambres habita una historia particular a pulso con una historia general: “todo se mueve, se detiene, se fragmenta y se confunde entre el mundo de una persona y la realidad exterior. La novela tiene distintos niveles de lectura en torno a la huida de un grupo: la percepción, la memoria y el cuaderno de apuntes de María José, una adolescente que quiere escapar del mundo adulto”.

«María José huye junto a cinco amigos, pero esta es una fuga impuesta por los padres del grupo con la idea de salvarlos del caos global. Los personajes de Enjambres no huyen de la peste, como en El Decamerón, huyen de “la guerra de todos contra todos”», comentó en entrevista el escritor venezolano.

Enjambres surgió cuando reflexionó sobre la guerra de opiniones que existe en la sociedad actual

Edgar Borges compartió que Enjambres surgió cuando reflexionó sobre la guerra de opiniones que existe en la sociedad actual: «Observar que nos hemos dividido en bandos en torno a una determinada opinión (hay tantos bandos como opiniones), me hizo pensar en una novela donde aconteciera “una guerra de todos contra todos”».

«La sociedad humana se ha fragmentado en enjambres, en grupos cuya principal arma de combate es el ruido. De esa sociedad, que en la historia pasó de la opinión a los golpes, pretende huir María José. Pero en el bosque, a donde ella huye con un grupo de amigos, también ocurren cosas y se escucha el zumbido de una invasión de insectos. O acaso se trate de una pregunta repetida por distintos bandos: “Y tú, ¿con quién estás?”», agregó.

Recrear la ficción para combatir la angustia

Uno de los temas recurrentes en la obra de Edgar Borges es el estado de angustia colectiva que sobrepasa los límites de la realidad circundante. En un juego de representaciones de las diversas posibilidades de lo “real”, Borges sobrepone y contrapone ficciones que narran la supervivencia existencial ante la ruptura con el mundo: “si palabra es realidad, mi memoria es imaginación” (La ciclista de las soluciones imaginarias, 2014), “una angustia inexistente fue capaz de salvar una vida atrapada en una angustia real” (El olvido de Bruno, 2017).

PREGUNTA.- En estos tiempos, ¿cómo sobrevivir ante este estado de angustia aniquiladora de mundos?
RESPUESTA.- Nos han movido el espacio tiempo, he ahí el problema. Hemos quedado fuera del tempo natural de las cosas. De ahí la confusión, de ahí nuestra ruptura con la naturaleza. Lo cumbre es que se pretende crear una sociedad virtual, ajena a la dimensión de su tempo, de su energía, de su trascendencia. Para sobrevivir a esta vorágine habría que detenerse hasta lograr que la mirada capte de nuevo el sentir natural de las cosas.

P.- ¿En qué medida este juego de representaciones se diluye en una ficción que trasciende a la realidad?
R-.-Representar distintos niveles de realidad hasta que se filtre un poco de verdad en nuestra mirada; un poco esa es la idea que me mueve a escribir ficción.

"El modelo social del siglo XX fue dinamitado; seguir apegado a los valores que lo determinaron sería inútil"

P.- ¿Cómo recobrar lo real en una era en la que resurgen los sistemas fascistas (algunos totalitarios), el racismo, la xenofobia y, por qué no, las pandemias?
R.- Quizá lo que entendimos por lo real no era lo auténtico, por lo tanto, es posible que no podamos recobrar lo que creímos como real. Tal vez todo aquello que hoy nos sacude la vida y nos ubica a cada rato ante el abismo, tenga que ver con la pérdida de lo real.

El modelo social del siglo XX fue dinamitado; seguir apegado a los valores que lo determinaron sería inútil. A partir de los años 80 del pasado siglo se aceleró el desmontaje de todo aquello que nos enseñaron como “seguro”. Hoy, en medio de la caída, tenemos la necesidad de replantearnos todo. Ahora mismo estamos ante el reto de crear una nueva conciencia o permitir que de nuevo el gran poder nos invente otro modelo seguramente más totalitario.

P.- ¿Qué representa para usted la libélula en Enjambres?
R.- La libélula es la comprensión profunda del significado de la vida; en la novela María José imagina libélulas, pero también las ve en la realidad del bosque. Las libélulas acompañan las distintas huidas de María José, la necesidad de vuelo del personaje.

Enjambres de realidades e interpretaciones

Como en un enjambre las obras de Edgar Borges se interceptan y se relacionan en la historia de María José y sus amigos al abordar temáticas que giran en torno a la violencia de un sistema social que satura la realidad con nimiedades que merman la capacidad de los individuos para enfrentar sus miedos o para crear soluciones. La protagonista de Enjambres huye de la realidad y al mismo tiempo se enfrenta a ella por medio de fluctuaciones mentales espacio-temporales.

P.- ¿Acaso el estado intermitente (la fluctuación de realidades Bosque–Calle 11) de la protagonista es una especie de exilio del mundo caótico e inhóspito del que tiene que resguardarse?
R.- En su huida María José queda entre dos espacios: bosque-calle 11; infancia-adultez. Ciertamente se trata de un exilio; pero la realidad del mundo se empeña en aparecer en ese no lugar que ella pretende crear.

"La literatura está para romper los paradigmas de la razón"

P.- Si la literatura es como un enjambre cuyos agentes evalúan, comparan e imitan la realidad, para usted ¿cuál es el estado actual de la literatura del mundo?
R.- La literatura no imita la realidad; al contrario, desafía lo que conocemos como real para dar cabida a muchas otras posibilidades. Y justo lo que no me gusta de la literatura actual es la enorme cantidad de libros que imitan la realidad. Escribir para ser un notario de la realidad es algo que no me interesa. La literatura ante el poder puede quebrar sus certezas o convalidar sus argumentos; en la literatura actual percibo un interés desmedido en convalidar la realidad del poder.

La literatura está para romper los paradigmas de la razón; un libro tiene que ser capaz de contradecir la cultura aprendida, de abrir la mirada más allá de cuatro paredes. La literatura sabe que en lo invisible está la verdad. Promulgar literatura realista es el dogma de una industria interesada en limitar el conocimiento de los individuos. 

P.- En la contraportada de Enjambres hay una cita de Peter Handke que dice "deja frases como pistas". Es inevitable encontrar estas pistas a lo largo de la novela. ¿Acaso esto se debe al juego que hace con el metarrelato?
R.- Frases como pistas, lecturas como pistas, vivencias como pistas. Creo más en la mirada que en la experiencia, porque la mirada es una apreciación constante y la experiencia, siempre que descuida la mirada, puede volverse una carga.

P.- ¿En qué medida el lector debe conocer la obra de Ana María Matute, Peter Handke, George Perec, William Butler Yeats o del mismo Edgar Borges, para comprender Enjambres?
R.- Cada cosa es consecuencia de muchas otras. Pero una novela debe tener en sí misma su propia comprensión, sus propias sensaciones. Su propio mapa. Aunque ella sea solo una parte del todo.

P.- Concluiré con una secuencia de preguntas que retomo de su obra: ¿Para qué la música? ¿Para qué los paseos (al bosque)? ¿Para qué los juegos (del presente)? ¿Para qué las historias (posibilidades de mundos)?
R.- Para ser los dueños de nuestra locura.

*Elizabeth Vilchis Martínez estudió Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha colaborado en proyectos de comunicación de la ciencia de la UNAM y como periodista de ciencia y cultura en medios digitales.