El Secreto es una novela bien pensada, quizás demasiado pensada, y eficazmente escrita. Su planteamiento es original, los temas que toca son a priori peliagudos y no carentes de cierto morbo, aunque en la mayoría de los casos sólo se pase de puntillas sobre ellos. Y el arranque de la historia es magistral. En apenas dos páginas la astuta Tartt es capaz de seducirnos para arrastrarnos hacía esta historia de un asesinato ejecutado a varias manos y confesado en las primeras líneas por uno de sus autores. ¿Y el misterio? Eso no va con el estilo de Donna, que prefiere llevarnos por otros derroteros.


Nada más empezar nos introduce en el mundo de la educación elitista, en una titulación de filología griega, un exotismo dentro de esas grandes escuelas de líderes en las que se han convertido las universidades americanas. Allí nos encontramos con un grupo de cinco jóvenes fascinados por la figura de Julian, el profesor de griego, una especie de señor Keating, que como en el El Club de los Poetas Muertos ejerce una influencia determinante en sus alumnos, inspirado por los clásicos. Eso sí, los pupilos de El Secreto aplican el Carpe Diem de modo más cruento que los de la Welton Academy.


En ese contexto rico en matices y abierto a múltiples posibilidades, Tartt comete la audacia de contar la historia  del asesinato con cierto interés pese al reto de haber desvelado el desenlace en los primeros párrafos. Lo más decepcionante viene en la segunda parte, en la que esperamos profundidad en las motivaciones y no en los hechos, en la que tenemos necesidad de adentrarnos en la psicología de los personajes y no en su manera de actuar ante las circunstancias. No era de esperar un retrato detallista de un puñado de jóvenes y despreocupados asesinos, pero si las pinceladas necesarias para que la indolencia que muestran ante sus actos sea capaz de inspirar al lector el desasosiego que, por ejemplo, provocan asesinos del mismo corte como  el inquietante Tom Ripley. Sólo en la figura de Henry, el “líder” de la pandilla, se atisba esa complejidad psicológica. Pero poco más. El incesto, las drogas, las bacanales, el desprecio por lo convencional, el elitismo cultural son circunstancias que rodean los hechos, y Tartt prefiere dejarlas en segundo plano.


Aún así El Secreto es una novela rica y entretenida. Un debut interesante, aunque quizás magnificado, de una escritora que ha logrado con sólo tres novelas un notable éxito, Premio Pulitzer incluido por su último trabajo, El Jilguero.


El Secreto, Donna Tartt (Lumen / Plaza y Janés)