Guisantes con restos de pollo estofado.
¿Con qué?
Restos de pollo -cuello, espinazo, mollejas, higaditos, etc.- cuarto de guisantes frescos o congelados, tres patatas medianas, una cebolleta, una copa de vino blanco al gusto, aceite de oliva, perejil y sal.
¿Cómo?
En una cazuela vertemos dos cucharadas de aceite y cuando esté bien caliente echamos los restos de pollo y cuando estén dorados vertemos la copa de vino y los dejamos cocer a fuego medio durante quince minutos, sacamos y reservamos. En el jugo pochamos la cebolleta cortada en tiras y rehogamos las patatas peladas y cortadas en dados, cubrimos de agua y dejamos cocer diez minutos, añadimos los guisantes -frescos o congelados- y un poco de perejil, cuecen diez minutos, echamos los restos de pollo sin huesos, removemos, cuecen cinco minutos más y servimos.



 

 

Lubina en la sal.
¿Con qué?
Un par de lubinas medianas de piscifactoría o una grade salvaje, sal de horno, aceite de oliva.
¿Cómo?
Este es un plato nada engorroso, en contra de lo que pudiese parecer: no se trata de cubrir el pescado de sal, sino de hacerlo en el horno sobre la sal. En la pescadería pedimos que nos den la lubina, salvaje o de piscifactoría, limpia, sin tripa y sin escamas. En una fuente de horno echamos una capa de sal de cocinar -no condimento- de un centímetro de grosor, situamos encima la o las lubinas, rociamos un poco de agua sobre ellas e introducimos en el horno a 170º C durante veinte minutos o media hora, según el tamaño. Pasamos el pescado a una bandeja de servir, retiramos la piel, rociamos con unas gotas de aceite de oliva virgen y servimos.

Helados variados.