Macarrones con picadillo de chorizo y tomate.

¿Con qué?

Un kilo de pasta de macarrones, cuatro tomates maduros, una cebolla pequeña, ciento cincuenta gramos de picadillo de chorizo, sal, aceite vegetal y queso rallado.

¿Cómo?

Se cuecen los macarrones en abundante agua durante diez minutos –si se quieren muy pasados deberán cocer más tiempo-. En una sartén se vierten tres cucharadas de aceite se pocha la cebolla muy picada y se pone el tomate pelado y cortado en dados o un bote pequeño de tomate triturado. Después de cocer cinco minutos se añade el picadillo de chorizo. Se escurren los macarrones y se depositan en una fuente de horno, se derrama sobre ellos el refrito de la sartén –si se quiere se puede incluir un poco de salsa picante- se añade bastante queso rallado y se introduce en el horno a 180º C para gratinar si los macarrones están calientes. Si no fuese así se pondrá el horno en función de calentar durante diez minutos y gratinar después durante cinco minutos más. Se sirven en plato hondo.

Conejo al ajillo.

¿Con qué?

Un conejo limpio y sin cabeza, una cabeza de ajo, una copa de vino blanco, aceite vegetal, un poco de vinagre de buena calidad, sal y hierbas aromáticas al gusto –romero, orégano o tomillo-.

¿Cómo?

Dos horas antes de cocinar el conejo lo pintamos con el vinagre de forma suave y lo dejamos en la nevera. En una cazuela baja vertemos tres cucharadas de aceite vegetal, echamos la cabeza de ajos desecha y sin pelar –para evitar que se quemen- añadimos el conejo partido en trozos pequeños y lo rehogamos durante unos siete minutos a fuego vivo sin dejar de moverlo. Espolvoreamos las hierbas aromáticas –según gusto del cocinero, si el conejo es de monte le vendrá muy bien el tomillo o el romero- rociamos con el vino blanco y dejamos que se haga a fuego lento durante unos veinte minutos o media hora, según la dureza de la carne. Añadir un poco de agua si se seca demasiado en la cocción. Se puede servir con patatas fritas y poniendo ambos en fuentes en el centro para que cada comensal se sirva a su gusto.

Chirimoyas con gajos de pomelo rojo, se limpia la chirimoya dejando solo la pulpa, se pela el pomelo rojo –menos amargo- y se rompen los gajos en dos o tres trozos y se mezclan.