El polvo es un conjunto de partículas microscópicas que flotan en el aire y se depositan sobre los objetos del hogar, formando una capa de suciedad que tiene que ser eliminada. Un par de veces a la semana es necesario retirarlo, ya que, de lo contrario, se va acumulando. Aunque el principales problema es que el hogar se vea sucio, también provoca problemas de salud respiratoria

Ventilar antes de limpiar

Lo primero de todo y muy importante es ventilar, para mantener la casa limpia y saludable. Hay que hacerlo antes de empezar a limpiar, ya que de esta manera se evita que el polvo vuelva a depositarse en los muebles. Un truco es ir habitación por habitación, de manera que no se vaya esparciendo por la casa. 

Lo recomendable es ventilar durante 10 minutos, aunque si se tiene alergia a los ácaros lo mejor es dejar las ventanas abiertas media hora. 

Los muebles, ¿cómo limpiarlos? 

El orden que hay que seguir al limpiar los muebles de la casa es de arriba a abajo. Lo mejor es limpiar los muebles con un trapo de algodón humedecido con agua, aunque en las superficies que estén más arriba se puede utilizar un plumero que permita llegar a todas partes. 

El aspirador y repasar el suelo

La mejor herramienta para eliminar el polvo completamente es el aspirador, ya que la escoba no lo va a hacer del todo. Las zonas en las que más hay que insistir son aquellas con cables, como la parte de atrás del mueble de la televisión. 

Por último, un truco es fregar el suelo a menudo, además de hacerlo después de limpiar. De esta forma, se recogen todas aquellas partículas que no se han conseguido eliminar por primera vez. 

Qué evitar para tener menos polvo

Algunos de los trucos para reducir el polvo en un hogar son lacar los muebles, ya que la suciedad se adhiere menos a este tipo de superficies; evitar el exceso de adornos, sobre todo de aquellas decoraciones recargadas que son las que más polvo acumulan; y no tener muchas alfombras.