El Carnaval irrumpe cada año con su caleidoscopio de colores, humor y arte, transformando las calles en atrevidos escenarios donde la tradición y la caricatura se entrelazan. Este 2024, la festividad da comienzo el jueves 8 de febrero, conocido en muchos rincones de España como Jueves Lardero, y culmina el 14 de febrero, el Miércoles de Ceniza. Curiosamente, la danza de fechas que define el Carnaval año tras año obedece a los caprichos del calendario lunar, que marca que el primer domingo de luna llena de la primavera es el Domingo de Pascua, y retrocediendo cuarenta días desde esa fecha (lo que dura la Cuaresma) se llega al Miércoles de Ceniza, el último día del Carnaval.
La fiesta del Carnaval, una tradición milenaria
Los ecos del Carnaval resuenan desde hace siglos. Se cree que su origen se data en las civilizaciones grecorromanas, pues en la Antigua Grecia y durante el Imperio Romano se llevaban a cabo ceremonias paganas que honraban a Dionisio y Saturno, dioses del vino, con el fin de favorecer el comienzo del año agrícola. Estas celebraciones permitían un fugaz pero intenso intercambio de roles sociales gracias al uso de máscaras: nobles y vasallos compartían la mesa y los placeres terrenales una vez al año sin hacer distinciones.
En la Edad Media, el Carnaval tuvo que adaptarse a una Europa dominada por la fe católica. Las festividades evolucionaron para incluir rituales religiosos como la 'muerte' simbólica de una marioneta que representaba los males del pasado año y la esperanza de un nuevo comienzo. Por su parte, para el pueblo llano el Carnaval era una fiesta de despedida del invierno y también de bienvenida para una primavera fértil y abundante. Sin embargo, la nobleza encontraba en esta festividad una excusa para sus excesos antes del austero periodo de Cuaresma. Excesos que la Iglesia acabó restringiendo.
Las máscaras, todo un misterio
La máscara, ese elemento tan característico del Carnaval, encierra en sí misma la esencia de la fiesta: la transgresión, la inevitable igualdad entre sus portadores y el más absoluto anonimato. En la antigüedad, las máscaras permitían que los vicios y las virtudes humanas se manifestaran libremente, borrando, aunque fuera por un momento, cualquier línea que dividiera a los hombres.
Jueves Lardero, Miércoles de Ceniza y el Entierro de la Sardina: los pilares del Carnaval
El Jueves Lardero abre el telón del Carnaval, invitando a un último festín de carne antes de la llegada de la Cuaresma. Antiguamente, los cristianos aprovechaban este día para comer tanta carne de cerdo como pudieran, teniendo prohibido su consumo durante los cuarenta días que dura el periodo de Cuaresma como una ofrenda a Dios.
Cerrando el júbilo carnavalesco el Miércoles de Ceniza, durante el cual los sacerdotes dibujan una cruz con ceniza en la frente de los creyentes que simboliza el arrepentimiento. Entre las obligaciones de los católicos durante este día no está ir a misa, pero sí deben ayunar, haciendo solo una comida fuerte que no incluya, por supuesto, ningún tipo de carne.
Aunque el adiós definitivo a los excesos del Carnaval ocurre durante el Entierro de la Sardina. Un acto final a la altura de esta tragicomedia que combina la sátira carnavelesca con la sepultura fúnebre propia del catolicismo. Se trata de un desfile caracterizado por el luto irónico que portan todos los asistentes y la quema final de la figura de una sardina, que simboliza el entierro del pasado como la manera de renacer con más fuerza.
Recorrido por los mejores carnavales de España
España, con su rica tradición carnavalesca, ofrece una variada paleta de celebraciones que, aunque unidas por un espíritu común, se distinguen por sus peculiaridades locales. Desde los ancestrales ritos paganos hasta los impresionantes desfiles actuales, nuestro país ha mantenido viva la llama del Carnaval, resistiendo incluso los oscuros años de prohibición bajo el régimen de Franco. Así, en cada rincón de nuestra geografía, esta fiesta sirve como recordatorio anual de que, bajo las máscaras y los disfraces, todos compartimos un mismo anhelo de celebración, esperanza y comunidad.
El Carnaval de Tenerife, una fantasía
Comenzamos nuestro viaje en Tenerife, cuyo Carnaval es un auténtico despliegue de brillantes y fantasía, merecedor de su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico otorgado en 1980. Hermanado con el Carnaval de Río de Janeiro, el Carnaval chicharrero cuenta con una serie de conciertos y eventos al aire libre muy disfrutados por los asistentes, gracias en parte a la buena temperatura de las Islas Canarias. Además, la elección de la reina del Carnaval es uno de los momentos más esperados del año, que se retransmite en directo en televisión.
El Carnaval de Cádiz y sus ingeniosas chirigotas
Navegando hacia Cádiz, nos encontramos con el humor ingenioso de las chirigotas, cuyas letras satíricas repletas de la más inmediata actualidad social y política son el alma de la fiesta. Aquí, los disfraces y la diversión se entremezclan con la crítica social en un carnaval que invita a la reflexión a través de la risa.
El Carnaval de Águilas, con Don Carnal y Doña Cuaresma
El Carnaval del municipio murciano de Águilas se distingue por su batalla de Cascarones, una tradición única donde las cáscaras de huevo se llenan de confeti y sirven de munición en una gran batalla donde Don Carnal y Doña Cuaresma son los protagonistas.
El Carnaval de Alhama de Granada, donde la ropa no tiene género
De todas las fiestas de la Andalucía rural, el Carnaval de Alhama de Granada, es la más la tradición más arraigada. Durante este carnaval, hombres y mujeres intercambian roles y vestimentas, que han de ser las más antiguas y horteras que tengan en sus armarios. Esta celebración desafía las normas y los convencionalismo y celebra el espíritu comunitario a través de canciones tradicionales que, si te animas a vivir la experiencia, te aprenderás rápidamente.
El Carnaval de Badajoz tiene reconocimiento internacional
En Extremadura se toman muy en serio esta fiesta, tanto que el Carnaval de Badajoz, tiene su propio Museo dedicado a la celebración. Además, cuenta con el título de Fiesta de Interés Internacional desde 2007. Los desfiles en la capital pacense son todo un espectáculo de color y música, y sirven de homenaje al arduo trabajo de sus habitantes que elaboran durante semanas los impresionantes trajes que allí se lucen.
Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, con nombre propio
El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo es uno de los más antiguos de nuestro país. Su origen se remonta al siglo XV, al año 1418, y ha resistido en el tiempo a pesar de las restricciones franquistas y la Guerra Civil Española. Durante esta celebración tienen lugar eventos taurinos y festividades callejeras que se combinan a la perfección que se disfrutan desde febrero hasta marzo, y debido a su innegable relevancia cultural, ha sido declarada de Interés Turístico Nacional, atrayendo cada año a cientos de visitantes dispuestos a correr y festejar por sus calles.
El Carnaval de Lantz y la leyenda del bandido
Ya en el norte, en Navarra, muy cerca de Pamplona, el Carnaval de Lantz gira en torno a la figura de Miel-Otxin, un bandido legendario que que aterroriza al pueblo cuya Quema, previo Ajusticiaminto, simboliza la victoria de la comunidad sobre el miedo y toda adversidad. Esta celebración, revivida gracias al interés cultural que genera, se ha convertido en un evento imprescindible que cada año atrae a más curiosos.
El Carnaval en Orense: tres pueblos mágicos
Para terminar este recorrido por los mejores carnavales de nuestro país, nos trasladamos a Galicia, donde el "triángulo máxico" formado por los municipios orensanos de Xinzo de Limia, Verín y Laza destacan por sus impresionantes fiestas de Carnaval. El de Xinzo de Limia es famosos por ser el Carnaval más largo del mundo y cuenta con un disfraz típico 'La Pantalla' que con su cinturón de cascabeles anima a todos los asistentes a disfrazarse también.
Por su parte, el de Verín es el más antiguo y su disfraz característico es el de los Cigarrones, que curiosamente se transmite de padres a hijos. Por último, en Laza encontramos el Carnaval más alocado y con más jerga propia. La cual merece la pena aprenderse antes de entrar en el juego, ya que la experiencia será infinitamente mejor y, por supuesto, mucho más divertida.
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