Cruzarse de brazos es uno de los gestos más comunes en la comunicación no verbal. Muchas veces lo hacemos de manera automática, sin ser conscientes de lo que transmite a los demás. Pero, ¿qué significa realmente? ¿Siempre implica lo mismo?
Según explica Nacho Téllez, orador profesional y especialista en comunicación, este gesto puede tener diferentes lecturas en función del contexto y de la persona. Sin embargo, la mayor parte de las veces se asocia este gesto como algo negativo, lo cual no tiene por qué ser siempre así tal y como explicamos en este artículo.
Un gesto asociado a defensa e inseguridad
Las investigaciones coinciden en que, en la mayoría de los casos, cruzarse de brazos refleja una postura defensiva o inflexible. Puede ser señal de que alguien se siente inseguro con lo que está diciendo o incómodo con lo que está escuchando. Al hacerlo, la persona protege la parte central de su cuerpo —la zona más vulnerable—, generando así una barrera simbólica frente al exterior.
Por ejemplo, alguien que recibe una crítica con la que no está de acuerdo puede cruzar los brazos como muestra de resistencia o desacuerdo.

La importancia del contexto
Aunque suele interpretarse como un gesto negativo, Téllez advierte que no se puede interpretar un solo gesto de manera aislada. Para entender con precisión lo que significa, hay que observar dos elementos clave: en primer lugar, hay que prestar atención a la línea base de la persona: es decir, cómo se comporta normalmente en situaciones neutras. Y en segundo lugar, el contexto global: otros gestos, la expresión facial, el tono de voz o la situación en la que ocurre. De lo contrario, se corre el riesgo de equivocarse.
Otros significados de cruzarse de brazos
Más allá de la defensa y la inseguridad, cruzarse de brazos puede tener otras explicaciones. La más común es, quizás, la de cruzarse de brazos porque hace frío. Y es que, sí, efectivamente, en un entorno con baja temperatura, este gesto puede ser simplemente una manera de buscar calor.
Tampoco podemos olvidarnos que cruzarse de brazos es un símbolo de enfado; de hecho, los niños lo suelen hacer con frecuencia cuando se molestan aunque también no pocos adultos lo utilizan como señal de disgusto.
Quedan finalmente otros dos significados, los cuales son un poco menos conocidos. En primer lugar, cruzarse de brazos igualmente puede implicar comodidad. Y es que una persona que lleva mucho tiempo de pie puede adoptar esta postura porque le resulta cómoda y le permite descansar. Y, en segundo lugar, en momentos de análisis o evaluación, cruzar los brazos puede acompañar un estado de reflexión y de concentración.

Cómo interpretar el gesto correctamente
La conclusión es clara: cruzarse de brazos no tiene un único significado universal. Para interpretarlo de forma adecuada, es necesario tener en cuenta tanto la conducta habitual de la persona como el conjunto de señales no verbales que acompañan a la situación. Solo así se podrá distinguir si responde a un estado de incomodidad, resistencia, enfado o simplemente comodidad.