Aunque las aplicaciones de citas se crearon principalmente para ligar, lo cierto es que cada vez más se dan para conseguir encuentros que van mucho más allá de conseguir una relación de pareja. Este es quizás el motivo por el que se han democratizado tanto, hasta el punto de que ligar en internet ha dejado de ser cosas de personas con fobia social, que era el prejuicio que había cuando empezaron a salir las primeras de ellas.
Sin embargo, esta democratización de la que hablamos ha hecho que los usuarios de este tipo de redes sociales se encuentren con algunas problemáticas relacionadas con el comportamiento de algunos usuarios. Esto es algo de lo que ha hablado recientemente el psicólogo y sexólogo Andrés Suro a través de su cuenta de Instagram.
En ella ha compartido una reflexión sobre un comportamiento que observa con frecuencia en consulta: el uso de aplicaciones de citas como Grindr o Tinder cuando las personas están aburridas, sin intención real de ligar o conocer a alguien, lo cual puede resultar frustrante para muchos usuarios que ven que se pasan el tiempo chateando con personas para luego no llegar a conocerlas nunca.
Un sexólogo resuelve la duda que tenemos todos: por qué hay personas que entran en redes sociales para ligar y luego nunca quedan
El psicólogo y sexólogo Andrés Suro ha creado una comunidad en Instagram que le sigue por sus interesantes consejos sobre sexo, relaciones y bienestar, concretamente de la comunidad LGTBIQ+. Y en una de sus últimas publicaciones ha venido a tratar un tema que, según cuenta, es una de las preocupaciones más habituales en sus consultas.
Según explica Suro, se trata de un "patrón clarísimo" que se repite en muchas personas: el de abrir la app de citas, hacer scroll y mirar quién hay cerca de forma rutinaria sin ningún objetivo claro. "Muchos no buscan ni quedar, ni hablar con alguien en concreto, ni siquiera tienen ganas de ligar en verdad. Pero no pueden evitar entrar a la app de la máscara amarilla", asegura, en referencia a Grindr, aunque podria aplicarse a otras aplicaciones similares..
Aunque evita entrar en tecnicismos sobre neurociencia, Suro señala que el motivo por el que sucede esto es porque este tipo de aplicaciones están diseñadas para ofrecer pequeñas recompensas inmediatas, como ver quién ha escrito o quién ha dado un tap. Es un mecanismo similar al que ocurre cuando se revisa Instagram sin pensar demasiado. "Es un chute de dopamina barata", asegura.
El problema, advierte, no es el uso ocasional de estas plataformas, sino lo que puede generar a largo plazo. "Puede generar dependencia", explica. Y añade: "Si cada vez que te aburres o te sientes solo recurres a la app, al final te acostumbras a llenar esos vacíos con validación externa, en lugar de realmente conectar contigo mismo o con los demás". En este sentido, Suro invita a reflexionar sobre este comportamiento y a prestar atención a las emociones que se esconden detrás del gesto de abrir una app de citas por inercia.