Tener una relación de pareja suele funcionar como un apoyo cotidiano: alguien con quien compartir un mal día o quien ofrece consuelo en momentos difíciles. Cuando esa figura no está, las personas encuentran otras maneras de gestionar sus emociones.
La psicología señala que esta independencia fortalece la resiliencia, aunque también modifica los hábitos diarios de formas sutiles pero significativas. Veamos cinco de estos hábitos y la psicología detrás de ellos.
1. Estrategias de autoconsuelo

Cuando pasamos un mal momento, a veces necesitamos comentárselo a alguien para ofrecer consuelo: habitualmente esto suele recaer en el entorno cercano, como puede ser tu pareja, tus padres o hermanos.
Sin embargo, hay muchos casos en los que la familia no está cerca y si no tienes pareja, puede ser complicado encontrar alguien con quien compartir las penas. En estos casos, una forma de combatir esta ausiencia de alguien con quien hablar, la mejor estrategia puede ser la autocompasión.
La psicóloga Kristin Neff es una de las psicólogas que apuesta por esta idea que consiste en abrazarnos tal y como somos, aceptarnos en nuestra esencial, lo que significa principalmente que dejemos de tildar nuestras características bajo el binomio "bueno/malo".
"Un primer paso importante para ser más autocompasivas consiste en analizar cómo nos tratamos a nosotras mismas ante las dificultades en comparación con cómo tratamos a nuestros seres queridos", explica la propia Neff en Autocompasión. Cómo las mujeres pueden utilizar la amabilidad para expresarse, empoderarse y crecer.
"El contexto más adecuado para esta comparación es una amistad estrecha (porque, afrontémoslo, en ocasiones no somos tan compasivas como nos gustaría con nuestros hijos, nuestras parejas o nuestra familia: se trata de personas demasiado cercanas)", asegura la experta, y añade: "En general, disponemos de más espacio en nuestras reacciones con las amistades y no las subestimamos tanto porque son relaciones voluntarias. Esto significa que casi siempre mostramos nuestra mejor versión con nuestros mejores amigos".
La autocompasión precisa, según la mencionada psicóloga, de tres elementos fundamentales: atención plena (mindfulness); es decir, reconocer y admitir nuestro malestar en el aquí y el ahora, sin exageraciones; humanidad compartida, que implica ser consciente de que todos tenemos problemas; y, por último, tratar de ser bueno y amable, además de apoyar en los problemas.
2. ¿Es mejor la amistad o el amor?

Muchas veces se habla de las relaciones de pareja como un paso que va más allá de la amistad, como una especie de escalera superior a la que solo acceden unos pocos privilegiados. Sin embargo, son relaciones completamente distintas que no tiene nada que ver una con la otra.
De hecho, el impacto en nuestra vida en las primeras es muchísimo más positivo que el de iniciar una relación romántica, tal y como ha descubierto un estudio. Y es que, según la Universidad Estatal de Michigan, tener amigos íntimos reduce los síntomas depresivos un 33% en la mediana edad e relación amorosa aumenta la depresión un 22%.
En este sentido, los resultados parecen indicar que un círculo de amigos sólido puede ser a largo plazo una mejor forma de garantizar la buena salud mental.
3. No necesitas a nadie para crecer personalmente

Uno de los grandes problemas que tienen que hacer frente las personas que no tienen pareja es perder el miedo a hacer actividades solo o sola. Y es que ir solo a los sitios es algo que a muchos no les gusta, la mayor parte de las veces.
Sin embargo, ir solo al cine, al teatro o a un concierto puede ser una idea genial para combatir esa soledad que puedas sentir si no tienes pareja. Y es que este tipo de actividades también te van a sacar de la rutina y, al mismo tiempo, enriquecer tu mente. "Pasar tiempo en solitario te ayuda a fortalecer la independencia, el coraje y la valentía. Además, consigues espacio para la paz y la reflexión", explica Bayu Prihandito, fundador de Life Architekture, consultor certificado en psicología y coach de vida para hombres.
Pero no tienes por qué realizar solo actividades en solitario para fortalcer tu desarrollo personal. Igualmente puede ser una buena oportunidad de conocer mucha gente nueva, si es que lo necesitas. Por ejemplo, puedes apuntarte a hacer algún tipo de actividad en grupo como una clase de deporte o de cerámica, por poner algunos ejemplos.
4. Decisiones sin consulta
La falta de un compañero o compañera sentimental tiene un efecto positivo o negativo en la toma de decisiones, según se mire. Y es que, por un lado, tu eres la única persona responsable de hacia dónde diriges tu vida, no tienes que consultar a nadie sobre qué camino tomar salvo en determinados casos. Por otro lado, precisamente porque no tienes que consultar a nadie, puede ser más difícil la toma de decisiones, porque no lo has tenido que debatir.
Esto puede ayudar a que haya una pérdida de miedo a la toma decisiones. Y es que a veces cuando tenemos que hacer una elección trascendental, podemos caer en un bucle del que es difícil salir cuando no tienes claro qué es lo que necesitas, lo que puede generar estrés o ansiedad. A veces es más fácil tomar este tipo de decisiomnes cuando la tomas en familia; no obstante, al tener que enfrentarte a estas decisiones por tu cuenta, es posible que desarrolles una mayor capacidad de resolución de problemas.
Quizás es por este motivo por el que el Journal of Personality and Social Psychology observó determinó en un estudio que las personas solteras tienden a desarrollar mayor capacidad de resolución de problemas y confianza en sí mismas, aunque también pueden caer en la duda constante ante la falta de apoyo emocional inmediato, tal y como ha asegurado Global English Edit.
5. Compañeros digitales

La tecnología ha cambiado la forma en que nos comunicamos con el mundo y esto hace que, en muchas ocasiones, prefiramos escribir un mensaje de texto a hablar frente a frente. Esto no es algo propio de los solteros y solteras, claro está, sino de todo el mundo general. Sin embargo, en el caso de las personas solteras, y en el caso de aquellas que viven solas más concretamente, esto puede hacer en algunos casos que no hables con nadie a lo largo de todo el día y que las conversaciones sean fundamentalmente digitales.
Tendemos a pensar que la tecnología estemos más conectados con todo el mundo; sin embargo, una de las gurús de la psicología más importantes de todo el mundo, Sherry Tuckle, confirmó al Diario de Sevilla no es así. "Aunque pensemos que estamos conectados a través de internet, la relación que se establece entre nosotros no es igual a la que mantendríamos en persona. Preferimos mandar mensajes o e-mails a nuestros amigos, familiares o compañeros de trabajo en lugar de conversar con ellos cara a cara. Esta actitud nos aleja los unos de los otros, desvía nuestra atención y nos vuelve menos empáticos", explica al mencionado medio.
Esto no significa, para esta experta, que haya que rechazar de plano la tecnología sino de "recuperar la conversación". "Y para ello es necesario crear espacios libres de tecnología, como la cocina, el salón o el coche. Los aparatos electrónicos desvían nuestra atención y afectan a la profundidad de la conversación, así que la manera más eficaz de aprender a conversar de nuevo es olvidarnos de la tecnología cuando estamos con otras personas", asegura
Conclusión

Todas estos hábitos no han de entenderse como el resultado de una carencia por parte de las personas solteras. A veces, cuando se habla de una persona que no tiene pareja, lo que le alta es encontrar su media naranja. Pero lo cierto es que, tal y como advirtió John Lennon, todos somos una naranja entera.
En este sentido, hay que entender estos hábitos como actos que surgen de las características de vida de las personas que no tienen pareja, que no son ni más positivas ni más negativas que las personas que están casadas o tiene pareja sentimental.