Las emociones están íntimamente relacionadas con la postura. Es decir, que a veces sin darnos cuenta las emociones que estamos sintiendo se manifiestan en una postura corporal determinada. De hecho, esto puede suceder incluso cuando no nos damos cuenta de por qué nos sentimos de una determinada manera.
Por ejemplo, una de estas posturas que pueden dar una pista sobre el estado emocional de una persona es cuando está caminando y dirige su mirada al suelo. Este gesto tan habitual y que parece inocuo puede esconder detrás algún problema de salud mental.
Comprender qué hay detrás de esta conducta requiere analizarla en su contexto social y cultural.

Relación con la autoestima y las emociones
Ciertamente, algunos especialistas en psicología han señalado que caminar mirando hacia abajo puede estar relacionado con la tristeza, por tener alguna que otra preocupación, o incluso cuando se necesita un momento de estar solo.
No obstante, cabe recordar que esto no tiene por qué ser así: hay algunas personas que pueden caminar así por costumbre y no tienen por qué estar tristes. En este sentido, como casi todo en la vida, hay que relacionarlo en su contexto.
De hecho, un ejemplo en el que se puede ver esto tiene que ver con las costumbres culturales: mismamente, en España puede ser habitual darse un ósculo para presentarse; sin embargo, en otros países realizan otro tipo de saludo que en nuestro país podría considerarse como un gesto de enfado.
También puede ser que una persona camine mirando al suelo por timidez ya que, tal y como se afirma en este artículo, las personas tímidas "tratan de evitar el contacto visual para así saber manejar la ansiedad social que les genera estar en público. Esto les ayuda a reducir las interacciones sociales y así disminuir las posibilidades de sentirse juzgados tras estas".
Señales que requieren atención: cuando caminar mirando al suelo puede ser un problema
Volviendo al tema de caminar mirando al suelo, este comportamiento podría significar en muchos casos que la persona simplemente está concentrada en sus pensamientos, enfocada en una idea o desconectada de lo que ocurre alrededor. En ese sentido, mirar al suelo al caminar puede ser solo una señal de concentración o de ensoñación momentánea.
El escenario cambia cuando esta actitud se mantiene en el tiempo y aparece junto a otros signos de alarma, como el aislamiento, cambios repentinos en el ánimo, ansiedad frecuente o cansancio persistente. En esas circunstancias, mirar al suelo al andar puede ser una manifestación externa de un problema emocional más profundo que merece atención especializada.

¿Cómo podemos hacer que la emoción cambie?
Si alguien cercano presenta este comportamiento de forma recurrente acompañado de otros síntomas, lo mejor que le puedes recomendar es que vaya a un psicólogo. Sin embargo, ante de eso, lo mejor es tratar de acercarte a esta persona y hacerle entender que estás ahí para ayudar en lo que vaya a necesitar, de manera que se sienta seguro de contarte lo que le pasa. Por supuesto, hay un gesto se que puede hacer antes de ir al psicólogo y que puede ser de ayuda, y es forzar a cambiar nuestro estado de ánimo.
Y es que, tal y como explican desde Altea Psicólogos, "tenemos el poder de provocar un estado de ánimo interno “forzándolo” a través de sus manifestaciones externas (postura corporal, gestos del rostro…) [...] Sería como el refrán que dice: «el comer como el rascar, todo consiste en empezar»". "La sonrisa es la manifestación natural de la alegría, como el llanto lo es de la tristeza o enseñar los dientes con rabia lo es de la ira. Entonces, si mi cerebro hoy no está listo para sentirse bien, voy a darle un motivo", añaden.