Empieza la entrevista con una pregunta breve y clara: ¿Habrá rescate? Contestación confusa y dubitativa. Tan dubitativa que el tiempo en empezar a contestar se hizo eterno. Quienes critican al presidente del Gobierno por no ir a los medios, no tienen razón. Acudir a no decir nada…. Un político de talla estadista debe dejar la impresión de que el tiempo se le agota sin decir todo lo que tiene que decir. No es el caso. Una entrevista corta, unos escasos 50 minutos, de los que sobraron 40.

Solo dos ideas: no se puede gastar más de lo que se tiene, (obvio) y que “lo que otros llaman rescate” se lo está pensando, (falso). Lo sabe de sobra. Lo que está pensando es si le van a permitir repetir su estrategia ya conocida. Esperar a las elecciones gallegas y vascas para no perjudicar a su partido electoralmente.

Por lo demás decepcionante. Ni una palabra sobre Educación, el día en el que empieza el curso más convulsivo conocido. Ni una palabra sobre Sanidad, cuando peligra el sistema sanitario que han heredado. Ni una palabra sobre la Dependencia, con gente que se está quedando en desamparo total. Ni una palabra sobre las guerrillas internas acerca de la sostenibilidad de la estructura del Estado. Ni una palabra sobre el desbarajuste por la atención a los sin papeles. Y ni una palabra sobre las condiciones del rescate. Ni siquiera contestar a la pregunta de si tiene intención de presentarse ante los ciudadanos para explicarnos las condiciones del rescate cuando lo pida. ¡Deben pensar en el PP que es mejor no acudir a los medios!

Julio García-Casarrubios Sainz

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