Es una pena que el acuerdo, lo que debiera ser la norma democrática, se convierta en excepción. Lo digo por el pacto alcanzado entre el PSOE y el PP esta semana, en el Congreso de los Diputados, para reformar el artículo 49 de la Constitución o, por ser más precisos, para cambiar su terminología.

Las personas con discapacidad nunca más serán tratados como “disminuidos”. El Congreso de los Diputados así lo ha refrendado por unanimidad en la votación definitiva de este jueves con el beneplácito de todos los grupos, menos de Vox, que ha pasado de la abstención “como protesta”-decían- al “no” sin paliativos. El conjunto de los partidos considera “histórico” el cambio del artículo 49 de la Carta Magna -el primero de ámbito social en la historia democrática, el tercero en la Constitución-. Criticados por la disidencia incomprensible en una cuestión de terminología y de respeto cívico, el partido de Abascal respondía “que no es el momento porque blanquea el "golpe" del independentismo con el respaldo a la propuesta del Gobierno”. Entidades sociales como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que llevaban años reivindicando este cambio terminológico en el texto de nuestra Constitución, ha celebrado que, ideología aparte, todos los partidos se hayan conseguido poner de acuerdo en esta cuestión, aunque han lamentado que haya una formación que se haya caído de este acuerdo (refiriéndose a Vox), a la que pedían replantearse el cambio de su voto.

Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno también ha intervenido en la sesión plenaria de este jueves, dejando claro que “todos ganamos cuando acordamos en aras del interés general”. Lo trascendente de la política es el efecto que tiene sobre la vida cotidiana de la gente", ha enfatizado mientras daba las gracias a los colectivos presentes de las personas con discapacidad que tanto han luchado por este avance: "Gracias a ellos estamos hoy aquí. Gracias por dignificar la democracia. El mérito es solo suyo". El líder del Ejecutivo se mostró “consciente” de que se llega “tarde” y ha querido “pedir disculpas a las personas a las que nuestra Constitución se refirió con un término ofensivo durante tantos años: Las palabras importan porque definen nuestra visión del mundo. Cumplimos con la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, pero también reconocemos que las personas con discapacidad son, sobre todo, personas y, por tanto, están sujetos a todos y cada uno de los derechos”.  Añadió: "reconocemos que la discapacidad no impide el pleno ejercicio de la autonomía personal. Los obstáculos son tan reales como moralmente inaceptables, y algunas son tan sangrantes como que la tasa de empleo sea casi 40 puntos inferior", ha asegurado. Por ello, asume que ”toca convertir las palabras en hechos” Ha pedido, eso sí, que el acuerdo no se quede aquí, sino que sea el primero de muchos porque “existen otras muchas reformas en las que los ciudadanos están esperando que lleguemos a acuerdos (...) Queda mucho por avanzar. Completamente cierto. Pero también tendría que asumir el presidente que, en democracia, y más con una mayoría tan precaria como la suya, los personalismos, la falta de diálogo en muchas ocasiones, o la falta de atención a temas en las que las formas, como él mismo dice, son tan importantes como los hechos. Algunos estamos esperando aún que, en temas bastantes sensibles y que tocan algunas de las que dice son las líneas fundamentales de su gobierno feminista y de progreso, no se queden en el olvido o sin responder. La dignificación de la memoria pasa por no agraviarla más, y algunos, comprometidos con la izquierda desde que recuerdo, esperamos la respuesta del señor presidente a los agravios cometidos y sin respuesta contra la memoria del poeta Rafael Alberti, su legado, y su esposa.

Es esta modificación del artículo 49 el primer acuerdo de la legislatura entre los dos principales partidos del país. Así lo celebraban el pasado martes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que indicaba al PP que este era “el camino”. A este señalamiento, el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, respondía que el pacto llegaba en un momento de “radicalidad” y que él y su partido, “siempre estarían en la política útil para los ciudadanos”. Este acuerdo que por fin se ha materializado se inicia en diciembre, cuando socialistas y la formación de Génova se dieron la mano para desterrar del texto la palabra “disminuidos” para sustituirlas por la de “personas con discapacidad”. La modificación del artículo se ha llevado a cabo por el procedimiento de urgencia, es decir, con tramitación directa y en lectura única, lo que evita la disolución de la cámara y la convocatoria de elecciones, como en el caso de la modificación de otros artículos que han pedido las fuerzas políticas independentistas. Ojalá esta fuera la pauta común de trabajo en favor de los intereses reales de la ciudadanía, y de mejorar su dignidad y condiciones de vida. Me temo que será un espejismo; que volveremos enseguida al insulto, a la descalificación, a poner palos en las ruedas del avance social, en fin, a una política discapacitada, que es a lo que nos tienen acostumbrados, para mal.