Moreno Bonilla continúa su batalla contra la educación pública. Cerrando aulas y centros educativos completos. Con colegios en condiciones absolutamente lamentables. Con más barracones que nunca. Con miles de clases que superan la ratio. Con bochornosas declaraciones del gobierno de Moreno Bonilla hacia alumnos con necesidades educativas especiales. Esta es su gestión educativa: un verdadero desastre.
El presidente andaluz del PP ha situado a la educación pública andaluza a la cola de España en inversión por alumno. Mientras destroza lo público, sin embargo, este curso ha aumentado los recursos para la educación concertada en 72 millones, con una inversión total que supera por primera vez los 1.000 millones de euros.
El ataque a la educación pública se comprueba, con el cierre de 2.600 aulas, desde que Moreno Bonilla llegó al gobierno de la Junta. Solo en este curso, 706 han sido fulminadas. Según USTEA los resultados provinciales son demoledores. 163 aulas menos en Sevilla; 120 menos en Cádiz; 88 menos en Málaga; 62 menos en Granada; 47 menos en Córdoba y Jaén; 39 menos en Huelva y 31 menos en Almería.
Pero no se trata solo de cierre de aulas, sino que se están cerrando centros educativos completos. Y hay otros, que se caen a pedazos, presentando un estado absolutamente lamentable. Es el caso del CEIP Tierno Galván de la barriada de Torreblanca en Sevilla, con techos semiderruidos y goteras sobre el cuadro eléctrico. ¿Hay derecho a esto?
También hay promesas que Moreno Bonilla ha olvidado y que nunca ha cumplido. Es el caso de la prometida ampliación del CPR San Miguel de San Juan de los Terreros en Pulpí (Almería). Seis años de mentiras y en los presupuestos de la Junta de este año sigue sin partida.
Por cierto, con todo lo que dijo Moreno Bonilla respecto a los barracones, las denuncias que hizo al respecto, y las promesas de que cuando fuese presidente los eliminaría, hoy hay más alumnos y alumnas que nunca en aulas prefabricadas. Basta con ir a los municipios de la Costa del Sol malagueña para comprobarlo.
El apiñamiento de alumnos en numerosas clases en Andalucía es un escándalo. Las ratios legales en Andalucía son 25 alumnos en primaria, 30 en la ESO y 35 en Bachillerato y FP. A pesar de que los colectivos en defensa de la educación publica los considera muy elevadas, la realidad es mucho peor. Se han registrado más de 230 denuncias de docentes por ratios superiores.
Nueve de cada diez docentes en Andalucía consideran “excesivas las ratios” según un sondeo realizado por sindicatos educativos. Con un dato añadido, hay aproximadamente 3.500 unidades educativas en las que se supera la ratio legalmente establecida. Faltan profesores, muchos profesores en la educación pública andaluz y Moreno Bonilla lo sabe, pero no hace nada.
Un medio nada sospechoso de ser de izquierdas, como 'La Razón', titulaba a comienzos de este curso: “Una vuelta al cole en Andalucía con 1.000 plazas de profesores vacantes”. Si hasta la derecha mediática lo reconoce, poco más hay que añadir.
Y estos días siguen coleando las “vergonzosas” declaraciones del delegado de educación de Sevilla, que se refirió con desprecio a los niños con autismo diciendo: “¿para qué quiere un niño con autismo un personal técnico en integración social? ¿Para aprender a mover la lengua delante de un espejo?”.
Un grupo de madres del distrito Norte de Sevilla le han pedido a Moreno Bonilla el cese de este delegado territorial de Educación, después de sus lamentables declaraciones, pero la consejera de educación ha salido defendiéndolo “a capa y espada”, quitándole importancia a la cuestión. Si el PP no respeta a estos niños con necesidades educativas especiales, ¿qué es lo que respeta?
La cobertura de las necesidades del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo es otra gran “asignatura suspensa” de Moreno Bonilla. Viven una situación muy complicada, a pesar de que tienen el mismo derecho a una educación de calidad que el resto de niños andaluces. Sin embargo, la realidad es que estos menores, solo reciben media hora de atención semanal, reduciéndose en algunos casos hasta los 15 minutos.
Pero por desgracia, a Moreno Bonilla esta cuestión no le importa lo más mínimo, de hecho hace unos días conocimos a través de los medios de comunicación que una familia de Nerva (Huelva) ha tenido que mudarse a 122 kilómetros de su pueblo, porque el presidente andaluz del PP no veía viable poner un aula de educación especial en su cole. ¿Hay derecho a esto?
Esta semana, todos los grupos de izquierda en el Parlamento presentaron una iniciativa “consensuada” con padres y comunidad educativa, para aumentar los recursos destinados a las necesidades educativas especiales, bajar las ratios y contratar más profesionales de atención a la diversidad. Como plantea la portavoz socialista de educación, Susana Rivas, para garantizar una educación pública inclusiva y de calidad para todos los niños y niñas andaluces. ¿Y qué ha hecho el PP? Pues votar en contra. Esto es lo que le importa esta cuestión, absolutamente nada.
Cuatro años después de la aprobación de la ley de climatización, numerosos centros educativos carecen de sistemas adecuados para enfrentar las extremas temperaturas de verano y el frío del invierno, poniendo en riesgo la salud de estudiantes y docentes.
Los comedores escolares tampoco escapan a esta realidad. Se han reportado casos de alimentos en mal estado y de raciones insuficientes, lo que ha generado protestas y denuncias por parte de las familias. Moreno Bonilla dispara el precio de los comedores escolares, pero la calidad de dicha comida deja mucho que desear en muchos casos.
Por otra parte, acabamos de conocer que en Andalucía hay un abandono escolar muy elevado. Estamos dos puntos y medio por encima de la media nacional. Son datos de la Encuesta de Población Activa y hace referencia a jóvenes de entre 18 y 24 años, que no han completado la segunda etapa de Educación Secundaria y no siguen ningún tipo de formación en nuestra región. Otro dato donde Andalucía sale mal parada en educación.
Estos días hemos conocido que Moreno Bonilla ha subido el sueldo a altos cargos de la “administración paralela”. Otra subida, en este caso, a más de un centenar de directivos, que supondrá un gasto adicional de cerca de un cuarto de millón de euros. Esto se une a la subida de su sueldo, dos veces en un año. Y la pregunta es, si hay dinero para que los altos cargos del PP se suban el sueldo, ¿por qué no lo hay para los centros educativos andaluces sean dignos y decentes?