Recordemos aquellas fotos de Artur Más y Durán i Lleida junto a Zapatero negociando primero el estatuto y después manifestándose a favor de éste de forma clara y radical. Con esas expresiones CiU se unía al tripartito, olvidando por unos segundos su odio visceral a esta coalición, para defender a capa y espada lo que iba a ser la gran victoria de Catalunya.

También podemos citar aquella solemne visita al notario de Artur Mas para dejar constancia que jamás gobernaría con el PP . La memoria se ha diluido, aquellas críticas feroces al nacionalismo español y los gritos que tuvieron que digerir cuando tras ganar Aznar las primeras elecciones se oían en la calle Génova, de “Pujol enano, habla castellano” han pasado a la historia.

Ahora Más que al mismo tiempo que va a votar en las consultas por la independencia de Catalunya se fotografía con Alicia Camacho del PP, ha dejado atrás una larga tradición del nacionalismo catalán de “votar a los de casa” para unirse sin ningún complejo a los que hasta hace cinco minutos eran un partido español de esos que manda desde Madrid.
¿Recuerdan aquellos mítines en donde se decía que había que votar a los partidos que tomaban decisiones desde Catalunya y para Catalunya y despreciar a los que lanzaban órdenes desde la capital del reino? Y de repente, ¡qué lejos ha quedado todo eso!

Y yo me pregunto ¿no sentirán vergüenza por lo que puedan sentir sus electores, esos catalanes y catalanas fieles a lo que decía el partido de los nacionalistas de Catalunya? Algunos lo justificarán porque es mejor cualquier cosa que volver al tripartito que tantas ampollas levantó. Todo es mejor antes que ver en el Palau de la Generalitat a los socialistas gobernando con los de Iniciativa per Catalunya y ya no digamos junto a Esquerra Republicana, ese partido que se dejó querer por los socialistas pero que de la misma forma se hubiese casado con CiU.

Pero otros muchos, la mayoría, sienten alergia y sarpullidos al ver los coqueteos de Más con Camacho. Porque esta señora forma parte del mismo partido que Camps y Fabra en Valencia con sus temas judiciales a cuestas, que Esperanza Aguirre en Madrid catapultando la enseñanza y sanidad públicas, que Aznar afirmando recientemente que “los nacionalismos son un problema serio para la Unión Europea” o que Don Manuel Fraga y todo lo que representó de represión para los catalanes.

Claro que visto lo visto ¿qué diferencia hay entre el alcalde de Badalona del PP, García Albiol y el de Salt, de CiU, Jaume Torramadé? Ninguna. Los dos quieren quitarse de encima a los inmigrantes. A lo mejor es que no son tan diferentes.

Mercè Rivas es periodista y escritora