No sé qué espera la Junta de Andalucía para declarar a la multimillonaria e impresentable ex ministra Isabel García Tejerina persona non grata. Por mucho que el señor Moreno Bonilla, presidente del Partido Popular andaluz haya condenado sus declaraciones, resulta inadmisible que una figura de un partido con vocación de gobierno y que ha estado en él, insulte a los millones de andaluces en los más vulnerables de sus congéneres, los niños.

Desgraciadamente no es nuevo, cada vez que un cavernario, un exaltado, un fascista, o una imbécil necesita reafirmarse, vender su discurso político, o confrontar su identidad, el blanco es Andalucía y los andaluces. Forma parte, además de una incultura secular y su prejuicio; una forma que yo llamo “pensamiento mesetario”. Una visión de la falsa mitología de la mal llamada reconquista, según gente seria como Ortega y Gasset o como el historiador Ferrín. Una perspectiva de lo andaluz como de conversos, infieles y disipados, reconvertidos en vasallos, mano de obra humillada que debe seguir siéndolo.

Flaco favor le ha hecho Tejerina a Moreno Bonilla, en el calentamiento de la campaña autonómica. Luego se preguntarán por qué el PP no consigue mejores resultados, desde el principio de la democracia, en Andalucía. Porque de nuestra madre hablamos nosotros, nadie más, y mucho menos con desconocimiento, tópicos e insultos, para denigrarla. Debería, además, esta señora, conocer mejor la realidad que confronta de Andalucía y Castilla, porque, entre otras cosas, resulta que, según todos los estudios, es en Andalucía donde hay más cantidad de niños, a los que ella descalifica, con coeficiente de superdotados de toda España, según la base de datos de “educabase”, del Ministerio de Educación.

Perdonen que me ponga flamenco, es que a uno le puede la tierra, que vamos a hacerle, y más cuando ha dado algunos de los nombres fundamentales de la cultura española en literatura, música, pintura, política, y un largo etcétera de disciplinas humanísticas. No es que tenga nostalgia de las ferias que ahora se prodigan en la geografía andaluza, nunca me interesaron demasiado a pesar de nacer en Jerez, que tenía dos, la de la Vendimia y la del Caballo, respetándolas mucho, pero sí estoy un poco hasta la peineta, y puedo ponérmela, de que desde ámbitos como el de la política o los medios de comunicación se ridiculice lo andaluz con tanta ligereza y mala intención.

Oyendo las declaraciones de Isabel García Tejerina a uno le viene a la memoria ese prejuicio presuntamente castellano viejo e inquisitorial de los mal llamados Reyes Católicos que hicieron de sus intereses territoriales una cruzada a sangre y fuego contra lo andalusí. Además, al hablar, constantemente incurre en patadas a la gramática española gravísimas como “la dije”, “La pegué”, etcétera, etcétera. Una monstruosidad gramatical conocida como “laismo”, “leismo” y “loismo”. 

Tampoco sus conocimientos en lengua parecen muy vastos, más bien bastos, ya que, según los padres de la lingüística, lea un poquito de Saussure o Chomsky, o lea, simplemente, se distinguen, perfectamente dos conceptos como son “Lengua y Habla”, el primero como el código cerrado de comunicación con todas sus reglas, excepciones y signos, y el segundo, como la manera particular de articularlo en cada región, con sus giros, sustratos históricos, características modales, etcétera.

Su ignorancia es tan sangrante y escandalosa como cuando la señora Nebrera, entonces también militante del PP de Cataluña, llegó a decir que no entendía a los andaluces, insultando a nueve millones de personas, y convierte su “habla” en un “chiste”. Verá usted señora, da la casualidad que según todos los estudios lingüísticos, los sitios donde se construyen mejor el castellano es en Andalucía, Levante, Canarias y Latinoamérica, al margen de su habla que a usted le causa tantos problemas de comprensión, frente a otros lugares, incluso el oriundo del idioma, que es Castilla, donde los “laísmos”, “loísmos” y “leísmos”, por poner un ejemplo ya citado, han desvirtuado la construcción de la lengua, aunque su habla sea más neutra en su articulación y asequible para una mente plana como la suya.  No es que a mí me sorprenda que una persona supuestamente formada y con título universitario se comporte en sus afirmaciones como una skinhead. Necios-que etimológicamente significa “el que no sabe” o “el que desconoce” – por no decir otro calificativo más preciso, los hay en la política, en la universidad y en la judicatura. 

Además de insultante, tampoco me parece que sea muy constitucional el asunto de la caricatura de lo andaluz. Estoy convencido que a mí, que también soy andaluz, me entenderá perfectamente cuando le diga que esa actitud, recuerda demasiado, quizá no pueda evitarlo, a las maneras caciquiles de una parte y otra de nuestro país, en la que los andaluces y los extremeños no eran más que los bufones, la mano de obra miserable y explotada por los que mantenían una serie de privilegios sociales a costa del sudor de la frente ajena.

Quiero decirle que, una vez más, demuestra su ignorancia  por una cultura como la andaluza, repito, milenaria, que ha dejado en nuestro bagaje nombres fundamentales, por no retrotraerme a los días de la ciudad de Gades y su escritores, como Columela, Luis de Góngora, Cernuda, Alberti o Lorca, u otros más recientes, como Juan Ramón Jiménez o Vicente Aleixandre, dos de los pocos premios Nobel de Literatura, de los españoles, que no sé si le suenan. 

No va a conseguir conmigo, eso se lo aseguro, el enfrentismo entre catalanes, andaluces, vascos, madrileños, castellanos, etcétera,  tan pueril, y que tan malos resultados ha dado siempre. Le aconsejo que repase sus nociones de Lengua y Literatura, de historia, de Derecho Constitucional, de educación, o mejor, pida disculpas y cállese para siempre, porque hay cosas que tienen un difícil arreglo. A Andalucía y los andaluces, también le debe nuestra historia de la democracia que todos las autonomías tuviesen derechos equiparables y fuesen reconocidas. No se olvide tampoco de eso.

Somos muchos los andaluces formados y educados, como en mi caso, que distinguimos el trigo de la paja y, usted, no se representa más que a sí misma y a los que como usted siguen anclados en el desprecio a los demás, y no a una región concreta.  Además de mis maravillosos maestros andaluces, he tenido amigos fundamentales en mi vida, catalanes, vascos, latinoamericanos, y de cualquier género y condición, como Terenci Moix, Manolo Vázquez Montalbán, Fernando Quiñones, Cristina Peri Rossi, José Saramago, José Antonio Zarzalejos, Antonio Hernández, y un largo e inteligente etcétera, con los que me entendí y entiendo perfectamente, porque la inteligencia, la educación, la cultura  y la bondad son universales.

A los  que no comprendo es a las faltonas de diseño y ropa de todo a tresmil como la señora Tejerina o la señora Monserrat Nebrera, gente supuestamente formada, joven, que en vez de entrar en el fondo de las cuestiones, si éstas son criticables, manipulan datos inexactos, e insultan a una comunidad autónoma, con todas sus almas e historia, que son también las suyas, aunque parece que las desconoce, con enorme desprecio y frivolidad. Qué suerte tienen en este país que la nación, la patria andaluza sea integradora y generosa, y no se afirme por oposición ni denigración de las otras. Si no, la señora Tejerina y su adorado Aznar, también habrían hablado “andalú” en la intimidad.