Pero el marqués de Castrillón no cedió a las exigencias de lo que algunos aristócratas llaman la chusma republicana. El régimen del 18 de julio fue, según don Gonzalo, "autoritario" y de aquí no se ha movido él ni un milímetro en estos últimos meses. El vencedor de la guerra civil -también conocido como Caudillo de España por la gracia de Dios- no fue, pues, un gobernante dictatorial ni totalitario. "Autoritario" a lo sumo, eso sí, pero nada más.

Negaban la mayor
El clima político actual favorece a los partidarios, más o menos fervorosos, de aquel régimen surgido de un golpe militar y de la guerra civil. Las mayorías absolutas del PP contribuyen a la euforia –a veces contenida, a veces, no- de los muchos marqueses de castrillón que hay en España. El Partido Popular procede en sus orígenes de los principales prebostes del franquismo, aunque durante largo tiempo los dirigentes populares negaban la mayor.

¿Un adelantado de su tiempo?
La cercana muerte de Manuel Fraga Iribarne se convirtió, por parte de sus entusiastas, que son millones, en un inmenso homenaje a quien capitaneó a la derecha española tras los años del régimen "autoritario". Presentaron a Fraga la mayoría de medios de comunicación como un adelantado a su tiempo, presto a ser uno de los padres de la Constitución democrática. Silenciaron, sin embargo, sus coqueteos con los nazis, sus actuaciones de estilo falangista o fascista y su obediencia ciega a un dictador sanguinario.

Un espejismo
La España de la UCD no fue, por desgracia, más que un espejismo. Esa derecha con vocación de derecha civilizada duró muy poco y se diluyó tras haberse cargado al presidente Adolfo Suárez, al que acusaban de juguetear cada vez más con la izquierda. Casi todos los militantes y dirigentes de UCD se pasaron a la derecha dura y pura, encarnada por Fraga Iribarne. La extrema derecha, además, anidó en Génova 13.

El finado Fernández
A aquella UCD le pasó lo del finado Fernández, del cual "nunca más se supo", según decía Pepe Iglesias el Zorro en las noches de la SER de los años cincuenta. Estamos ahora en la España del marqués de Castrillón y de Mariano Rajoy. O sea, regresando en cierto modo a la España del Antiguo Régimen que, por mucho que se obstine la derecha política y la aristocracia no era "autoritario", sino –se mire como se mire- una dictadura totalitaria.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM