Se acaban de cumplir tres años desde que Alberto Núñez Feijóo asumió el liderazgo del Partido Popular. Tres años marcados por su incapacidad; su mediocridad; su sumisión; sus continuos errores; sus deslices y su falta de liderazgo. Un periodo en el que ha demostrado una preocupante falta de solvencia en el ámbito europeo, donde su figura pasa desapercibida y nadie lo considera relevante. Tres años en los que ha evidenciado una total indiferencia hacia los problemas reales que afectan a España y a sus ciudadanos.

Feijóo pierde en las encuestas. Y con cada nueva encuesta, su caída es más profunda. Según el barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el PSOE sería hoy el partido más votado, con un 32,6% de intención de voto, mientras que el PP de Feijóo se desploma al 26,1%, su cota mínima. Más de seis puntos de diferencia.

Feijóo va cuesta abajo y sin frenos. No sabemos cuánto tiempo lo mantendrán al frente de su partido, pero todo apunta a que pronto le harán lo mismo que a Pablo Casado: despedirlo de la noche a la mañana.

Mientras tanto, los medios afines a la derecha hacen equilibrios para sostenerlo, recurriendo a encuestas de dudosa fiabilidad, como ya ocurrió antes de las últimas elecciones generales. ¿Ya no nos acordamos? Feijóo “ganaba” por goleada… rozaba la mayoría absoluta… pero no fue presidente. No lo fue, no porque no quisiera, sino que porque los españoles y españolas no lo quisieron.

Feijóo pierde en las votaciones. Por mucho que ciertos medios de derechas intenten ocultarlo, los datos son claros. El diario ABC, por ejemplo, publicó que el PSOE había sufrido 100 derrotas parlamentarias en 15 meses. Lo que no dijo es que, en ese mismo periodo, el Gobierno de coalición logró sacar adelante 974 votaciones, lo que representa un éxito del 89,2%. ¿Eso es una “verdad a medias” o una mentira completa? Como decía el Juan de Mairena, de Antonio Machado: “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”.

Feijóo pierde ante Ayuso. A pesar de los escándalos que han salpicado a Isabel Díaz Ayuso, el expresidente gallego ha sido incapaz de exigirle responsabilidades o su dimisión. ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Qué es lo que teme de la presidenta madrileña? Un líder verdadero debe demostrar autoridad, pero Feijóo ha sido incapaz de ejercerla en tres años.

Ayuso lo ningunea abiertamente, desautorizándolo en público cada vez que le conviene. Desde sus choques por la estrategia con Vox hasta sus declaraciones desmarcándose del partido en temas fiscales o de sanidad. Ayuso ha dejado claro que Feijóo no manda en Sol, pero tampoco en Génova.

Feijóo pierde ante Mazón. ¿Cómo es posible que Carlos Mazón siga al frente de la Generalitat Valenciana tras una tragedia con más de 200 muertes, la mayor en la historia de la comunidad? ¿Cómo puede desaparecer durante horas y horas sin dar explicaciones de dónde estuvo durante este tiempo, mientras muchos valencianos tenían el agua al cuello? ¿Cómo se le permite pactar unos presupuestos con Vox que priorizan propaganda institucional mientras se recortan fondos a servicios públicos o se eliminan partidas destinadas a la lucha contra la violencia de género?

Feijóo calla. No es capaz de exigir dimisiones ni responsabilidades. Ambos han unido su futuro político. Pero como piensan gran parte de los españoles, de los valencianos e incluso sus compañeros de partido, si el expresidente gallego tuviese un mínimo de liderazgo o de decencia política, hoy Mazón no seguiría en su puesto.

Feijóo pierde ante Vox. Mientras Vox sube en las encuestas, Feijóo se desploma. Desde el primer día, el gallego abrió las puertas de gobiernos autonómicos y municipales a la ultraderecha. Con ello, no solo ha blanqueado su discurso, sino que ha permitido retrocesos en derechos y libertades de las mujeres, del colectivo LGTBI, en la cultura y en las políticas sociales.

Feijóo es tan sumiso a Vox que ni siquiera ha alzado la voz ante el apoyo incondicional de Santiago Abascal en materia de aranceles. Un apoyo que está perjudicando gravemente a nuestros agricultores y ganaderos. Cuando para el PP es más importante Vox que España, ya sabemos lo que los ciudadanos podemos esperar de este partido político: absolutamente nada.

Feijóo traiciona a España. El silencio cómplice de Feijóo ante las medidas de Trump que afectan directamente a sectores estratégicos españoles es ensordecedor. Ni una sola propuesta en defensa de nuestros productos, de nuestra economía, de nuestra soberanía comercial. Ni una sola crítica a Vox por aplaudir esas medidas. ¿Eso es defender a España?

Feijóo pierde en Europa. Cada vez que viaja a Bruselas lo hace para hablar mal de España, profetizando desastres que jamás se cumplen. Su única propuesta conocida ha sido pedir que se retiren a nuestro país los fondos europeos. Esta actitud le ha granjeado el desprecio incluso dentro del Partido Popular europeo. Feijóo no solo no pinta nada en Europa, sino que genera rechazo. Su figura, apagada y sin proyecto, pasa completamente desapercibida. Y eso, siendo el líder de la oposición en una de las principales economías de la UE, es un fracaso mayúsculo.

Feijóo hacer perder a España. El PP ha votado en contra de la revalorización de las pensiones; de la subida del salario mínimo; de ayudas específicas para Valencia; de los abonos gratuitos de transporte; de becas; de recursos para la Ley de Dependencia, o de medidas para contener los precios del alquiler. Siempre el no por delante. Siempre bloqueando. Siempre contra el interés general.

Mientras se queja de la falta de presupuestos en el Gobierno central, Feijóo calla ante los años que comunidades gobernadas por el PP han vivido con cuentas prorrogadas. Ayuso prorrogó los presupuestos en la comunidad de Madrid en tres ocasiones desde que asumió la presidencia en 2019. Durante sus primeros cuatro años de mandato, solo logró aprobar un presupuesto. Mañueco en Castilla y León lleva 5 prórrogas presupuestarias en los seis últimos años. Pero a Feijóo solo le importa criticar a Sánchez. El doble rasero es evidente.

Feijóo pasará a la historia como el peor líder que ha tenido el PP. Por encima incluso del propio Aznar, el único que ha votado siempre en contra de lo que beneficia a los españoles. Será recordado por su falta de liderazgo, por su sumisión a la ultraderecha, por sus fracasos electorales y por su negativa sistemática a cualquier avance. La pregunta inevitable: ¿realmente merece Feijóo seguir al frente del Partido Popular? La respuesta es clara. No.

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