No estamos ante un invento revolucionario en el sentido traumático de tal término. El profesor británico T.H. Marshall lo definió como una combinación de la democracia, el bienestar social y el capitalismo. Tiene mucho de socialdemocracia y de auténtico sentido común. La prosperidad de Europa, incluida España, tiene mucho que ver con el Estado de Bienestar.

Terquedad, digna de mejor causa
Pero desde la caída del muro de Berlín y más tarde de la URSS, la derecha europea y norteamericana, nostálgicas ambas del liberalismo económico, que favorece a los ricos y perjudica a los pobres, empezó el acoso y derribo  del Estado del Bienestar. No han conseguido aún el objetivo, pero lo están intentando con terquedad digna de mejor causa.

A lomos de la crisis
Los promotores de debilitar al máximo el Estado del Bienestar y, si lo consideran preciso,  hundirlo, cabalgan  a lomos de la crisis económica y financiera, que les está ayudando a toda velocidad en el desguace de los derechos sociales, conquistados con sangre, sudor y lágrimas por los más desfavorecidos.  En España, las bases sólidas del Estado del Bienestar, que son la sanidad y la escolaridad, fueron obra del Gobierno socialista, presidido por Felipe González. El PP, de ganar en las urnas del 20-N, está dispuesto a demolerlo.

El “despilfarro”
Montoro ha equiparado el Estado del Bienestar con el “despilfarro”. Este dirigente popular –que trabaja para Rajoy- ha venido a decir, en TVE, que no es el Estado quien tiene que garantizar el bienestar de los ciudadanos. ¡Menos Estado y más sociedad!, claman los apóstoles de la ley de la selva. ¡Menos Estado y más mercado!, ladran los perros de presa. Les molesta el Estado. Que los ciudadanos se garanticen su propio bienestar y, si no puede ser, aún hay limosna y caridad cristiana.

John Maynard Keynes
Se cree la derecha que, cargándose al Estado del Bienestar, es moderna y no lo es. Ya en 1939, el banquero Gatewood, uno de los personajes de la película La Diligencia, dirigida por el gran John Ford, decía cosas muy similares a los neoliberales de ahora. Criticaba con saña al Gobierno del presidente Roosevelt –en plena crisis del año 1929- porque subía los impuestos e intervenía en la economía americana, mediante el New Deal, asesorado por John Maynard Keynes,  con el fin de frenar el crack.

¡Reducid impuestos!
Insistía Gatewood: “No sé en qué ha venido a parar el Gobierno. En vez de proteger a los empresarios, mete las manos en sus negocios, como si los banqueros no supiéramos manejar nuestros bancos. No debe el Gobierno interferir en los negocios. ¡Reducid impuestos! ¡Lo que es bueno para los bancos es bueno para el país!”. Pues no, lo que es bueno para los bancos no siempre es bueno, ni mucho menos, para el país. Cargarse el Estado del Benestar es bueno, según hemos visto, para el PP, pero no para el país ni para los ciudadanos de España. Nos quieren sustraer el Estado del Bienestar. Podemos salvarlo todavía, si el PP pierde en las urnas. Luego, si Rajoy llega a presidente, será ya demasiado tarde.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM