Cataluña enfila el rush finale de la campaña electoral. Las miras ya están puestas en el 12 de mayo, cuando todos los catalanes están llamados a las urnas. Mientras la inmigración y los pactos postelectorales copan los titulares, en Vox han pasado 48 horas de insulto en insulto a manifestantes que se concentran en los aledaños de sus mítines. El líder ultraderechista, Santiago Abascal, ha mantenido tensos enfrentamientos con colectivos antifascistas que clamaban contra su presencia en sus “barrios”. Dos actos, en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y Reus (Tarragona), que se han saldado con el presidente de la formación profiriendo improperios contra los integrantes de las movilizaciones; calificándolos como “gilipollas”, “mendrugos” o incluso llegando a asegurar que “tienen problemas con el jabón”, para deleite de sus simpatizantes.

Alrededor de un centenar de personas, convocadas por colectivos antifascistas, rodearon este pasado miércoles un acto electoral de Vox en la localidad barcelonesa de Sant Cugat del Vallès. El líder de la formación ultraderechista, Santiago Abascal, tuvo un papel protagónico. Intervino en el mitin y, además, se encaró con los manifestantes que protestaban a escasos metros del enclave escogido por los ultras.

Los manifestantes llegaron a unos 200 metros del acto central de Vox, aunque el cordón desplegado por los Mossos d’Esquadra impidió que la protesta se entremezclase con los seguidores del partido de extrema derecha. El ambiente se crispó cuando tanto Abascal como el candidato de la formación a la Generalitat, Ignacio Garriga, tomaron la palabra. Los discursos de ambos dirigentes se toparon con sonoras pitadas de las más de cien personas presentes y gritos de “fuera fascistas de nuestros barrios”.

En ese momento, efectivos de los Mossos d’Esquadra que custodiaban el emplazamiento mantuvieron tensos enfrentamientos con los manifestantes. Entre tanto, el presidente de Vox profería una ristra de improperios contra ellos, calificándolos como “cabestros” y augurando que, de aquí a unos años, serán menos las personas que protesten en Cataluña contra la formación ultraderechista.

La tensión no se detuvo ahí. Abascal continuó con su discurso, orientándolo hacia cómo el Gobierno de Pedro Sánchez “ha multiplicado por tres las violaciones en España”. “Sacan a los violadores a la calle e implorarán a gente que desprecia a la mujer”, abundó el dirigente de Vox. A continuación, se refirió a uno de los manifestantes, calificándolo como “gilipollas”, que le catalogaba como “racista”. “No es el color de la piel, mendrugo. Es lo que tienen en la cabeza. Igual que tú, que la tienes podrida”, remachó, interrumpido por la ovación y las risas cómplices de los presentes.

Más insultos en Reus

Apenas 24 horas después, en otro punto de Cataluña, concretamente en el municipio tarraconense de Reus, el líder de Vox volvió a encararse con unos manifestantes que protestaban contra el acto electoral. Abascal lanzaba su discurso mientras un grupo del orden de cinco personas gritaba consignas contra él. “Allí hay unos cuantos que tienen un problema con el jabón, entre otras cosas, y que se dedican a molestar”, espetaba el dirigente de extrema derecha, que avanzaba que “dejaba de hablar” en ese momento y amenazaba con avanzar hacia ese corpúsculo “junto con todos vosotros”. “Les echamos a todos como no los expulsen inmediatamente”, advirtió.

Los Mossos d’Esquadra impidieron que la situación fuera a mayores. Salvada la papeleta, Abascal regresó hacia el escenario, desde donde pidió que se “identificara a todos los que tratan de interrumpir” para denunciarles por presunto delito electoral. “No soy como otros muchos que aguantan estas cosas normalmente. Creo que hay que enfrentarse a esto y hay que cambiarlo, y el día que lleguemos nosotros va a haber una apisonadora contra los que intentan impedir las libertades”, sentenciaba.

Presión al PP

En lo meramente discursivo, el presidente de Vox apretó las tuercas a un Partido Popular que empieza a rebajar sus proyecciones de cara al domingo. Los ultras han arrastrado a los conservadores hacia el discurso de la inmigración, aunque en ese terreno los de Abascal se mueven con mayor soltura que sus socios. "A tres días de las votaciones se han puesto a hablar de inmigración ilegal", afeaba el líder de la formación de extrema derecha desde Tarragona, recurriendo al portazo del PP a su "iniciativa para combatir la inmigración ilegal". 

Previamente, en el municipio gobernado por el popular Xavier García Albiol, ha afeado a sus socios que sean una suerte de trampolín para "garantizar" votos al PSC tras las elecciones, en respuesta a las declaraciones del candidato conservador, Alejandro Fernández, que no rechazó un pacto con los socialistas catalanes. 

 

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